Primer partido de preparación y muchas cosas por mejorar. Es cierto que la falta de jugadores que todavía se encuentran con sus respectivos clubes, así como la poca carga de entrenamientos que se han realizado debido a la finalización de las ligas nacionales hace apenas una semana, pueden llevar a la selección inglesa al camino de la tranquilidad y del sosiego de que las cosas terminarán por salir bien, pero será mejor que sea más pronto que tarde, porque los apuros que se llevaron los británicos ante Turquía durante la tarde del sábado no deberían de volver a repetirse para una selección que aspira a levantar la copa que la galardone como la mejor de Europa.

No obstante, el once inicial tuvo más de titular que de suplente, y eso es lo que alarma. A la espera de los Rooney, Lallana o Smalling, el conjunto que salió ayer de inicio al césped del Etihad Stadium, es lo más parecido a un equipo tipo que quiere Roy Hodgson. Con un esquema de 4-3-3, para dominar el centro del campo y buscar la apertura a las bandas, Eric Dier hacía de faro para todos y para el balón. Alli y Wilshere como interiores y, una novedad, Vardy tirado a banda izquierda. Ya sabemos que al ex entrenador del Liverpool le gusta colocar a los delanteros hábiles en banda. Lo vimos con Welbeck y lo más probable es que lo veamos con Vardy en la Eurocopa. 

Esquema durante la primera parte

                                

Llegó la segunda parte y con ella un cambio de sistema a 4-2-3-1. La posesión del balón era turca, así que Hodgson decidió retrasar la posición de Wilshere hasta el doble pivote para así mantener más el cuero en zona central. Alli se descolgaba en la mediapunta para presionar la salida de balón con más criterio e Inglaterra disfrutaba ahora del dominio y de las ocasiones. Todo ello sin olvidar las subidas de Rose y Walker. Los dos laterales "spurs" fueron un quebradero de cabeza para la defensa otomana a lo largo de los segundos 45 minutos. Sabían cómo y cuándo aparecer.

Esquema durante la segunda mitad

                               

Sin embargo, al cuerpo técnico de los ingleses le gusta innovar, y a raíz de los cambios, un nuevo planteamiento para probar. Henderson por Wilshere y Drinkwater por Sterling. Dos mediocentros puros para asegurar, más si cabe, la posesión y no correr apuros defensivos a falta de quince minutos para el final. Disposición de 4-3-1-2, con Dier de nuevo como pivote y Henderson y Drinkwater en la posición de interiores. Alli se mantiene en la mediapunta y Kane y Vardy formando una doble punta arriba. Así llegaría el gol de la victoria.

Esquema a raíz de los cambios

                              

Dejando un poco de lado el partido del combinado británico (que no jugó mal, pero pueden y deben hacerlo mucho mejor), lo cierto es que la precocidad de la fecha y la falta de confirmación de la lista de jugadores oficial, sí sirve como excusa para una selección que sueña con llevarse la Eurocopa a casa, un torneo que no han sido capaces de ganar en sus más de 100 años de historia. Para ello contarán con una de las mejores generaciones inglesas de todos los tiempos y con Roy Hodgson y sus cambios de sistema durante el partido. Nueva oportunidad para un país entero. Nueva oportunidad de llenar la sala de trofeos. El camino a París acaba de comenzar.