Se esperaba más. Después del costoso desembolso que supuso su fichaje (28 millones de euros), pocos habrían imaginado el secundario papel que iba a tener el delantero surcoreano Son Heung-Min dentro de la plantilla "spur" esta temporada. Partiendo con la papeleta de titular, la espectacular irrupción de Dele Alli y la regularidad mantenida por Erik Lamela, relegaron al banquillo al que a día de hoy es el futbolista asiático más caro de toda la historia.

Con 28 partidos disputados, pero apenas 13 de ellos como titular, el ex jugador del Bayer Leverkusen ha logrado cuatro goles y una asistencia, lo que ha llevado a la directiva de White Hart Lane a replantearse su futuro. No obstante, Son está tranquilo y seguro de que la temporada que viene seguirá vistiendo los colores del Tottenham: "No he oído nada desde el club con respecto a estos rumores. Estoy seguro de que mi club se hará cargo de esto, y creo que no hay nada de lo que preocuparse".

"Creo que no hay nada de lo que preocuparse"A pesar de todo, sus 22 años, cualidades técnicas y la esperada explosión definitiva que se espera de él, hacen de Son un jugador muy a tener cuenta que entra dentro de los requisitos exigidos por Pochettino -joven, con talento y con capacidad de sacrificio-: "No he cumplido con las expectativas en mi primera temporada en la Premier League, pero he ganado una buena experiencia. Para mi primer curso, he jugado con la idea de que debería de aprender muchas cosas aquí,  y así ha sido."

Por último, la clasificación de Corea del Sur para la próxima edición de los Juegos Olímpicos, provoca que el bueno de Son quiera representar a su país en el evento deportivo más grande del mundo. Sin embargo, su participación demoraría su incorporación a los "spurs" hasta el 21 de agosto, mientras que el Tottenham comienza el campeonato el 13 de ese mismo mes: "Ya le dije a mi club que yo quiero ir a los Juegos Olímpicos, y ellos parecían examinar mi solicitud con una actitud positiva", dijo.