El encuentro comenzó con dominio de balón del conjunto inglés que se estaba instalando en terreno de juego del contrincante a base de tocar e intentando abrir el juego hacia las bandas, ante un rival que se mantenía replegado en su campo, que intentaba cerrar los espacios como podía y que estaba consiguiendo acercarse al arco rival con una cierta facilidad aunque no terminaba de profundizar ni por el costado ni entre líneas. Pasaban los minutos, el ritmo de intensidad seguía siendo muy bajo y ninguno de los dos conjuntos lograba elaborar una jugada bien encadenada para poder profundizar y llegar con peligro a la portería rival. 

Dominio hammer sin regularidad en ataque

Después de los primeros minutos el conjunto dirigido por Slaven Bilic siguió controlando el juego a base de tener la posesión de la redonda ante un equipo muy intermitente, con dificultades para recuperar la pelota, y con poca contundencia cuando se agrupaba en su campo para defender. Pasaba el tiempo, y por increíble que pareciera el ritmo de intensidad seguía decayendo al mismo tiempo que el conjunto local se hacía con el dominio del encuentro, ya que estaba llevando mucho más peligro en sus acciones que un conjunto londinense languído que estaba jugando a medio gas, y apenas presionaba con el 4-1-4-1. 

En los últimos minutos de juego, el West Ham recuperó la posesión del esférico y volvió a dominar el juego encerrando a un conjunto local que había cesado su actividad en ataque. Insistiendo con un Töre por la banda el equipo inglés consiguió crear un gran desequilibrio por el costado derecho, que era el de mayor caudal ofensivo de un equipo al que lo único que le estaba fallando era el remate pues estaba consiguiendo formular buenas jugadas de ataque. Los visitantes tocaron con pausa aunque sin ralentizar excesivamente la circulación de balón, y en algún tramo dotó de mayor intensidad y de mayor velocidad en el juego. El 0-1 llegó por medio de Noble que engañó al guardameta Lung desde los once metros tras una mano dentro del área cometida por Christian Sapunaru.

Noble hizo el 0-1 desde el punto de penalti. Foto: Rex Features
Noble hizo el 0-1 desde el punto de penalti. Foto: Rex Features

Repliegue visitante y empate sobre la bocina

El segundo tiempo comenzó con el equipo local llevando la iniciativa del juego al desplegarse con más jugadores en ataque ante un conjunto inglés que tuvo inevitablemente que mantener más jugadores en defensa y que apenas se estaba desplegando con cuatro jugadores para salir al contra ataque. Después de unos minutos el ritmo de intensidad siguió siendo muy bajo ya que ni siquiera las salidas en velocidad de los hammers conseguían revitalizar el encuentro. A pesar de que estaba creando más peligro, el equipo de Slaven Bilic estaba teniendo dificultades para mantener la pelota controlada cuando cruzaba a campo contrario.

Después de los primeros compases de la segunda mitad el West Ham cedió el control del juego y el conjunto del Astra Giurgiu pasó a llevar la iniciativa teniendo la posesión del esférico e intentando acercarse al área rival con peligro abriendo el juego hacia las bandas aunque estaba teniendo evidentes dificultades para rematar las jugadas con peligro. Después de un cuarto de hora de mayor sufrimiento el West Ham tuvo otra fase de dominio en terreno de juego rival en la que movió la pelota bien alrededor del área rival y en la que tuvo alguna buena ocasión de gol, saliendo al contraataque en velocidad con pocos efectivos.

El 1-1 llegó por medio de Alibec que recibió el balón tras un córner, lo controló dentro del área ante el marcaje de un defensor del West Ham y sacó un disparo potente con el que batió a Randolph en área pequeña. Tras el gol, el conjunto del este Londres trató de reaccionar con alguna salida en transición rápida por el flanco izquierdo del ataque, aunque el equipo local no dejó de buscar el tanto de la victoria. A base de centrar balones al área tanto con centros laterales como con saques de banda potentes los rumanos envíaban balones que siempre aterrizaban en el corazón del área. El encuentro finalizó con el conjunto local dominando la pelota e intentando crear ocasiones de gol aunque era obvio que la eliminatoria se terminaría decidiendo en el Estadio Olímpico londinese.