Vancouver Whitecaps consiguió llevarse los tres puntos en un partido en el que las dos partes fueron completamente iguales, con un penalti detenido por Ousted y un gol en cada mitad. La única diferencia fue la expulsión en el inicio del centrocampista de New York Red Bulls, Sacha Kljestan. La primera parte estuvo muy disputada por ambos conjuntos, pero la segunda fue de dominio local, pese a que no conseguir marcar hasta los minutos finales.

Superioridad insulsa

El inicio del partido vaticinó que sería muy disputado, y ya en el minuto 3 los locales tuvieron la oportunidad de adelantarse, gracias a un penalti de Beitashour a Zizzo. Pero el goleador de los Red Bulls, Wright Phillips, no consiguió materializarlo ya que Ousted adivinó la dirección del golpeo. Pero las malas noticias no dejaron de llegar para los New York Red Bulls, ya que Kljestan vio la tarjeta roja directa tras una agresión a Waston.

Los visitantes no se amilanaron ante la intensidad de los neoyorkinos, teniendo ellos también varias acciones de peligro, sobre todo por banda izquierda con Kekuta Manneh. Y este mismo jugador sería el que adelantaría a su equipo en el marcador, aprovechando la superioridad numérica. Una jugada por el carril derecho entre Techera y Beitashour, continuó con un centro al área pequeña donde Manneh se adelantaría a su marcador para poner el 0-1 en el marcador.

Los locales no supieron sobreponerse a la expulsión, efecto que aprovecharon los Whitecaps para tener mayor intensidad y llevar más peligro a la portería de Robles. Y Rivero tuvo la oportunidad de conseguir el segundo en una jugada individual en la que ningún defensa trató de detenerle, y estrelló un disparo desde fuera del área al palo.

NY Red Bulls era el que llevaba la iniciativa en el juego pese a tener un jugador menos e ir por detrás en el marcador.

Mediada la primera mitad, los locales consiguieron entrar en el partido de nuevo, con una par de jugadas peligrosas por las bandas, que parecieron alentar ellos mismos y a la afición. Estas acciones venían con contraataques o balones en largo, buscando aprovechar los espacios que dejaba la defensa canadiense.

Pese a contar con un jugador menos los Red Bulls contaban con momentos en los que tenían la posesión de balón. Esto provocó que el partido dejara de tener un dueño claro, y ambos conjuntos buscaran constantemente la portería contraria. Pero eran los locales los que buscaban elaborar la jugada e intentar progresar con el balón, sin embargo los Whitecaps intentaban aprovechar la rapidez de sus delanteros para sorprender. Pero el marcador ya no se movería a favor de ninguno de los dos equipos, llegando al descanso con la victoria parcial de los visitantes.

La Maquina del Tiempo

La segunda parte tuvo un inicio muy similar al final de la primera, en donde los locales eran los que llevaban el peso del juego, y los canadienses los que trataban de buscar los espacios para salir al contraataque. Los canadienses, pese a contar con un jugador más, les era muy difícil conseguir superar la línea de presión del centro del campo ‘taurino’.

Pasaban los minutos y los locales eran los que mayor peligro llevaban sobre la portería contraria, sobre todo buscándolo por las bandas, tratando de aprovchar la debilidad rival en esas zonas. Y en una de esas jugadas el árbitro se cobraría un segundo penalti por un agarrón a Abang cuando este se disponía a rematar. Wright-Phillips se volvía a encontrar solo frente a Ousted por segunda vez, y el guardameta le volvió a ganar la partida, deteniendo el penalti.

Ousted detiene el segundo penalti (Imagen: newsday.com)

Este fallo dejó tocados a los Red Bulls unos minutos en donde los canadienses tuvieron alguna oportunidad de conseguir el segundo, pero Robles estuvo muy atento para poder detener las acometidas. Sin embargo con el paso de los minutos volvieron a tener el control sobre el balón.

Volió a repetirse la secuencia de la primera parte. Penalti fallado y gol de los visitantes

Pero como si de una máquina del tiempo se tratase, los protagonistas volvieron a vivir una situación similar a la del primer tiempo. Kianz recuperó un balón en el centro del campo se lo pasó a Rivero que comenzó un contraataque. El uruguayo le devolvió el balón a Kianz que desmarcándose se quedó solo frente a Robles, y consiguió marcar de disparo cruzado. La historia se repetía.

Los neoyorkinos, pese a verse en una inferioridad numérica y en el marcador, se supo consciente de la superioridad futbolística y no cejó en su empeño de querer puntuar frente a sus aficionados. Y minutos después del gol canadiense lograron acercarse en el marcador con un gol de volea del joven Abang. Como si de un ‘Ave Fénix’ se tratase los locales tuvieron dos ocasiones consecutivas de lograr el empate, pero Ousted volvió a erigirse como el salvador de su equipo, deteniendo los dos balones.

Dane Richards (Imagen: empireofsoccer.com)

Los últimos minutos del partido fueron un ‘acoso y derribo’ por parte de los locales, pero no consiguieron el premio del gol, lo que hizo que el partido finalizara con la victoria del lado canadiense. Un gran partido por parte del guardameta de Vancouver, Ousted, que deteniendo dos penaltis a Wright-Phillips, y varias acciones en los últimos minutos, hizo que se llevaran los tres puntos de un estadio complicado.