Al partido llegaba el Oporto según las apuestas como desfavorecido, es decir, era en quien menos la gente confiaba para que culminara una gran gesta como la que hizo en la ida, aquella que los aficionados al club portugués recordarán para siempre, puesto que el mérito de la ida es imposible borrarlo, ganando a un Bayern de Múnich de "mejor nivel" y con más presupuesto que el Oporto, lo que no impidió que ganaran 3-1. De no ser por el gol de Thiago, la vuelta hubiera supuesto un escalón más para un Bayern que, con este resultado, también hubiera solventado ese hipotético problema.

Pisar el Allianz Arena, bendita bendición, pero no para ganar. Las opciones, muchas, de avanzar en la UEFA Champions League del Oporto, tras tantos años sin hacerlo de forma seria, daban vida a un equipo que aseguraba lucharía por mantener el resultado de la ida, aunque sabían que no sería tarea fácil, como más tarde se demostró.

Los locales dominan desde el principio

El partido comenzaba, con los típicos primeros minutos de tanteo, quizás con color rojo más que azul, pero, al final, de tanteo. Pronto se haría el Bayern con el dominio del balón y del partido. Julien Lopetegui no planteó un mal partido, aunque tampoco merecería un sobresaliente, ni pensarlo. El cerrojo, evidente que lo usara, no funcionó durante los primeros minutos, y esto dejó a Julen sin un plan 'B' que sacara al club blanquiazul del pozo en el que el mismo equipo se estaba sumiendo.

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Y se golpearon con la pared del pozo, durante la caída sin pausa hacia la derrota y eliminación europea, por primera vez. Thiago desvanecería las oportunidades de un Oporto que presenció un gran centro botado desde el lateral izquierdo y como se adelantaba Thiago (con 1,70 m) a la defensa del equipo portugués. Incrédulo, Fabiano, miraba su portería. No creía que tan solo empezar el encuentro el equipo de Pep Guardiola, quien planteó un partido de 10 para su equipo, se hubiera adelantado en el marcador y hubiera escrito en el global de la eliminatoria el 2-3, aún a favor del Oporto. Corría entonces el minuto 13.

Segundo mazazo bávaro

Minuto 21. No pasaría mucho tiempo tras el gol, el primero y único, hasta entonces. El partido transcurría igual. Los visitantes seguían apreciando como el asedio local se hacía notar cada vez con más fuerza y como sus intentos de montar contraataques se desvanecían en el círculo central y no más allá. Impecable el centro del campo del Bayern y la defensa del mismo equipo en labores defensivas. Todo estas causas llevaron a lo que supondría el segundo duro mazazo de la noche para gran parte del fútbol portugués. Llegó el segundo gol, de nuevo de cabeza, para el Bayern de Múnich. Gran córner botado desde la esquina izquierda de la portería lusa que llegó a Lewandowski, quien no dudó en ponerle el balón a Boateng para empezar a dejar K.O. a los visitantes.

La afición no desvanecía, ni mucho menos. Si creían en la remontada al principio del partido, una vez lograda (no verídica hasta el final del partido), aumentaron más los decibelios, lo que ayudó al equipo a conseguir el tercero. Las esperanzas portuguesas de llegar a semifinales de UEFA Champions League desvanecían, y lo hacía gracias a la cabeza de Lewandowski. Gran jugada colectiva que inicia Thiago, coordinan Lahm y Müller y define Lewandowski por alto para el tercero (min. 26).

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Manita al descanso

Müller y la defensa del Oporto dan el siguiente gol al Bayern. La goleada comenzaba a ser notable. Las esperanzas del equipo casi no existían, y menos con el siguiente y penúltimo gol del equipo local, el de Lewandowski. Antes, marcó el mediapunta alemán desde la frontal del área. Disparo de larga distancia de Müller que se desvia en Martins Indi y descoloca a Fabiano. Tras esto, que sucedió en el 35', llega el último gol de la primera mitad, el último del delantero centro en todo el partido, el de Lewandowski. Robo de balón de Müller en el área que centra para que Lewandowski defina su segundo gol tras una gran finta sobre Marcano. Sube el 5-0 al marcador.

Llegamos al descanso. Momento de reflexión para ambos equipos, aunque, como se demostró en toda la segunda mitad, la reflexión tuvo más conciencia en un equipo, en el que dominó todo el partido. Julien estaba desesperado. Tras el tercer gol dio salida a Reyes, sustituyendo a Ricardo, cambio que tampoco dio buenos frutos. Su partido era un desastre, aunque un gol le metería en la eliminatoria, la cuál finalmente se llevarían los locales.

Así, se reanuda el juego, empezando por el minuto 45, en el que ya se demostró que quien tendría de nuevo la bola sería el Bayern, equipo peligroso cuando hace uso de la misma, y carencioso cuando no la tiene. Antes, entró Neves y salió Quaresma. Gotze fue el primero en avisar al Oporto, con un disparo que lamió el palo de la portería de los portugueses, del ritmo que llevaría el segundo tiempo, y no fue, ni más ni menos, que el mismo que se llevó en la primera parte. Dominio del balón, de las ocasiones y, por lo tanto del partido, por parte local.

Mediocampo de garantías

Xabi Alonso tampoco se andaba con chiquitas. Ante el partidazo del mediocampo, tanto Thiago con su gol, asistencia y gran juego y despliegue físico, como Xabi Alonso con su solidez en acciones defensivas y precisión en pases y tiros, el mediocentro del Oporto no pudo disponer de la pelota durante más de 10 segundos consecutivos. El mismo Xabi avisó con un tiro que se marchó por encima del travesaño, aunque lamiendo el larguero.

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El Oporto seguía intentando conseguir el empate. Salía Brahimi y entraba Evandro. Quizás ésta fue una de las claves del gol visitante. 6 minutos después, tras un gran centro de Herrera, Jackson Martínez recortaba distancias, insalvables, definiendo al palo corto de la portería de Neuer. Este gol, llegado en el minuto 72, daba las mínimas esperanzas de remontar a la afición que Lewandowski, entre otros, quitaron en la primera parte.

4 de los 6 goles locales fueron de cabeza

Ese fue el punto de inflexión de un Oporto que, a raíz del gol, vio una luz brillar en la oscuridad, dislumbraba esta luz a nombre de Jackson Martínez, que supo dar provecho a cualquier balón que le llegara, llegando incluso a chutar, llegado ya el minuto 80, zafándose de varios rivales y adentrándose en el área, aunque el disparo se marchó desviado por centrímetros de la portería del portero internacional alemán. La réplica la tuvo Lewandowski minutos más tarde, en una jugada muy similar a la anteriormente mencionada.

Gol de falta directa como colofón

Llegado el minuto 85, los visitantes se dieron defenitivamente por vencidos. No supieron hacer más que aguantar las últimas embestidas del Bayern. En una de éstas, Gotze iba a adentrarse en al área rival, cuando la defensa lusa lo frenaba sin miramientos, lo que provocó la expulsión de Marcano, el defensa, que vio desde el túnel a vestuarios como su falta no la desaprovecharía Xabi Alonso. Desde más allá de la frontal del área, el español lanzaba un disparo fuerte y colocado, con efecto, a la escuadra derecha de Fabiano, un tremendo golazo.

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Así, y cruzando los tres de añadido del árbitro se llegó al final de un partido liderado en todo momento por un Bayern que se mostró con ganas de remontar la eliminatoria desde el primer minuto ante un Oporto al que no le funcionó el cerrojazo. Tras esto, es el Bayern quien pasa de cabeza, literalmente, a semifinales, y conocerá su rival el viernes a la una de la tarde en el sorteo en la siguiente ronda.