Con el aumento a 18 equipos, en el arranque de la temporada 2014/15 la Primeira Liga perdió competitividad y ganó mayor previsibilidad: apenas dos equipos tendrían el infortunio de bajar de categoría – entre los candidatos más obvios al descenso estaban los recién ascendidos Boavista (viniendo del CNS), Moreirense y Penafiel. Gil Vicente, que desde 2011/12 militaba en el máximo escalón, estaba fuera de esos cálculos y con relativa sorpresa el fútbol portugués asistió a su comienzo de temporada titubeante. Con João de Deus en el comando de la nave gilista, el Gil buscaba, por lo menos, igualar el registro de puntos similar al de 2013/14, que le había permitido huir del descenso con siete puntos por encima.

Tras un mal arranque, el equipo cambió de entrenador

Pero el arranque de temporada fue el primer gran desastre que venía a servir de mal augurio al equipo de Barcelos – tres partidos de liga, tres derrotas, dos de ellas en casa (frente al Vitória Guimarães y Marítimo). Como consecuencia drástica, la dirección gilista decidió romper la relación con el entrenador João de Deus, apostando por la experiencia de José Mota. Tras dar el primer paso en falso, el club intentó invertir pronto el rumbo, pero la situación nunca conoció un resultado positivo – un empate fuera de casa, tras la cuarta jornada, podría indicar mejoría, pero las siguientes jornadas mostrarían que los malos resultados habían venido para quedarse en 2014/15.

José Mota. | Foto: LUSA

Los tropiezos del Gil Vicente se acumulaban y ni los elementos más cruciales de la plantilla conseguían guiar al equipo a las victorias. Con un once basado en la experiencia del portero Adriano Facchini y del defensa Evaldo (ex del Sporting CP o del Deportivo de la Coruña), en la batuta del medio João Vilela y en el virtuosismo del joven Diogo Viana, Gil Vicente intentaba agarrar puntos, pero en el primer tercio del campeonato se vio a un gallo sin voz, posicionado detrás hasta del frágil pero abnegado Boavista, del organizado Moreirense y en igualdad de condiciones con el débil Penafiel. Pasaron quince jornadas hasta que el Gil Vicente festejó su primera victoria en liga, señal de que el descenso sería difícil de evitar…

Hasta enero el conjunto gilista no logró su primera victoria

Totalmente "en ayunas" de victorias durante los cinco primeros meses de competición, Gil Vicente vendría finalmente a conocer el sabor del triunfo el día 11 de enero de 2015, altura en que, en su campo, batía al Penafiel por 2-1, ganando aliento para la gigantesca tarea de mantenerse en la Primeira Liga. Con solo nueve puntos en 16 partidos, los gilistas necesitaban realizar una revolución de exhibiciones: las llegadas de los centrales Cadú y Markus Berger, en enero, fueron las mejores apuestas en la fortificación del claudicante sector defensivo (donde apenas Gabriel se hacía notar a ratos). El equipo notó mejoría técnica dentro de las cuatro líneas y vendría a vivir el mejor periodo en el mes de febrero.

En ese mes, el equipo de José Mota, con una defensa revitalizada, obtuvo dos victorias consecutivas frente a Marítimo y Paços de Ferreira. A pesar de la alegría del momento, el futuro traería tristezas para el conjunto de Barcelos: la sonrisa de la victoria solo se volvería a repetir nueve jornadas después, el día 25 de abril, contra Académica, algo que en nada ayudaría al equipo, desesperado por conseguir victorias que pudiesen materializar el ya difícil sueño de la permanencia. La recta final del campeonato cogió a Gil Vicente aplastado, débil y desesperado. La goleada por 0-5 (jornada 31) sufrida a manos del devastador Benfica fue un puro reflejo de ese estado de espíritu.

Foto: LUSA

Gil Vicente no pudo evitar el descenso

La confirmación de la caída se produciría en la penúltima jornada, cuando el ya condenado Penafiel derrotó al Gil Vicente por 2-1, llevando consigo a los gilistas a la Segunda Liga – confirmado el descenso, los números de la actuación global del equipo de Barcelos son, como mínimo, penosos: solo cuatro victorias en Liga, 19 derrotas, el segundo peor registro defensivo del campeonato (60 goles concedidos) y el segundo peor registro ofensivo (solo un gol más que el Vitória de Setúbal, que logró 24). En definitiva, la temporada del Gil Vicente terminaba como comenzó: con una serie de derrotas y la marcha del técnico; José Mota abandonaría en mayo el equipo, tras el final de Liga.

La próxima temporada los gilistas tienen el objetivo muy definido: volver a la Liga NOS. Para ello, han confiado en Nandinho, quien era entrenador del equipo juvenil con unos magníficos resultados, para que devuelva al equipo de Barcelos a la máxima competición portuguesa. Pero en una Segunda Liga tan dura y con tantos equipos (24) no deben dejarse llevar por la ansiedad o los nervios y tener paciencia. Los jugadores más destacados ya han abandonado el equipo y deberán hacer una gran remodelación para conseguir el ascenso.

Posición Puntos Participación Goles a favor Goles en contra
Liga Portuguesa 17º 23 - 25 60
Taça de Portugal - - Cuartos de final 7 8
Taça da Liga 4º (grupo) 0 Tercera ronda 4 7
Competiciones europeas - - - - -

Los tres mejores jugadores de la temporada

Adriano Facchini. El portero brasileño ya era un marco defensivo que daba estabilidad a la zona defensiva del Gil Vicente y, a pesar de la fragilidad total que el equipo presentó durante toda la temporada, Adriano supo actuar a su nivel, ayudando a mitigar las debilidades de los gilistas e impidiendo que las goleadas fuesen mayores. Tranquilo, Adriano mantuvo lo que quedaba de integridad defensiva del equipo y coordino, durante toda la temporada, un sector repleto de lagunas tácticas y técnicas.

Foto: LUSA

João Vilela. La clase del centrocampista portugués no tuvo igual en la plantilla gilista; el jugador de 29 años fue el timonel técnico del equipo dentro de las cuatro líneas, mostrando calidad y seguridad en el pase, visión de juego y hambre de gol, apuntando siete tantos y siendo el segundo mejor goleador de la plantilla en 2014/15. Tal como Adriano, abandonó el club a final de temporada, dejando el club de Barcelos huérfano de dos de los jugadores más destacados de la plantilla.

Simy Nwankwo. El delantero nigeriano de 23 años ha hecho su mejor temporada al servicio del Gil Vicente marcando once goles durante toda la temporada y destacándose como el mejor artillero de la plantilla. Con su poderosa envergadura, Simy fue demostrando que la fuerza y la entrega eran solución viables para el ataque del equipo, ganando poco a poco su espacio en la maniobra ofensiva de José Mota. Sin duda, un valor a tener en cuenta para el ataque al ascenso en 2015/16.

Once tipo de la temporada

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Sobre el autor
Jose Corbacho / Bruno Falcão
Amante de Portugal y del fútbol portugués. http://jcorbacho1.wix.com/footugal