Portugal es un querer y no poder constante. Como si de una maldición se tratase, por algún motivo o cuestión, la Seleção acaba fracasando pese a muchas veces merecer mejor suerte, dejando siempre un sabor agridulce en sus desaventuras. Es innegable que los penaltis han formado parte de la historia de Portugal, para lo bueno y, principalmente, para lo malo. Ellos han sido los que, de forma tan cruel como traumática, penaron a los lusos tantas veces. La realidad dicta que la historia portuguesa está llena de fracasos, colmada de desesperanzas y desgracias.

Recalcando algunos hechos puntuales como la Eurocopa 2004, donde Charisteas arrebató de las manos el título a la Seleção das Quinas cuando más cerca de la gloria se encontraba, por jugar en casa y por ser muy favorito ante Grecia, en lo que era una especie de 'David contra Goliat'. Sin embargo, ese gol del mítico delantero griego significó algo similar a la piedra que acabó con el gigante según las escrituras bíblicas, dejando en silencio al Estádio da Luz y a una buena parte de la Península Ibérica, además de una imagen para el recuerdo: la de Cristiano Ronaldo, aún joven y con el dorsal 17 a su espalda, llorando desconsoladamente.

Ricardo. | Foto: www.quecrack.com
Foto: www.quecrack.com

Otro suceso triste como el ocurrido tan solo dos años después en el Allianz Arena, el cual también estuvo marcado por un penalti, ya que Portugal caería en semifinales del Mundial 2006 ante la Francia de Zidane por 0-1, y sería el propio 'Zizou' el que sentenciaría desde los once metros, batiendo por apenas centímetros a Ricardo tras una falta de Carvalho sobre Henry. También durante ese Mundial, la Seleção había vivido la otra cara de la moneda en cuartos de final, pues eliminó a Inglaterra en los penaltis tras una memorable actuación del guardameta Ricardo, que llegó a parar hasta tres penaltis. Así Portugal comenzaba su especial relación con las 'penas máximas'.

Portugal tiene un balance negativo en las tandas de penaltis en los últimos años

De nuevo, en la Eurocopa 2012, Portugal se enfrentaba a la cruel tanda como último obstáculo para llegar a una ansiada final tras haber ido de menos a más en un torneo donde consiguió sobreponerse a Holanda en la fase de grupos, para luego derrotar en cuartos de final a la República Checa con un tardío gol de Ronaldo. De nuevo, la fortuna le fue esquiva, esta vez ante España. Cristiano, ya convertido en referente del Real Madrid y su selección, decidió rematar el último de los cinco penaltis, a priori, el definitivo. Lo cierto es que ese quinto penalti nunca llegó. Primero Moutinho, tras una paradinha poco fructífera; y luego Bruno Alves, que estrelló su disparo contra el larguero dieron la clasificación a España, dejando de nuevo a la generación de 'CR7' tan cerca de la gloria.

Hace pocos días, se produciría el último encuentro con los once metros. Casualmente, depararía el éxito, o no, para la Seleçao en el Europeo Sub-21 de República Checa. Portugal llegaba a la final con el pasaje a los Juegos Olímpicos de 2016 bajo el brazo tras ser líder de grupo y endosarle cinco goles a una Alemania repleta de jóvenes estrellas como ter Stegen, Emre Can o Kevin Volland. Sin embargo, los chicos de Rui Jorge no fueron capaces de superar a Suecia durante los 120 minutos de juego. Sí, otra vez Portugal estaba a once metros de la gloria. Y sí, otra vez se les escapó. José Sá, destacado guardameta de Marítimo, logró detener uno de los penaltis, pero Ricardo Esgaio y William Carvalho no lograron batir a Carlgren y Suecia se proclamó campeón. Así mismo, la generación de los Bernardo Silva (que al igual que Cristiano en 2012 no pateó) o William Carvalho entabla una relación tan mala con los penaltis como la de sus antecesores.

Portugal en la Eurocopa Sub-21. | Foto: Getty Images
Portugal en la Euro Sub-21. | Foto: Getty Images

Y esto no fue lo único que ha relacionado a Portugal con los penaltis en los últimos años, pues este verano la Seleção cayó en los cuartos de final del Mundial Sub-20 de Nueva Zelanda. Con Brasil como rival, los lusos dominaron de principio a fin el partido pero, en la tanda de penaltis, volvieron a 'hincar la rodilla'. De esta forma, continuaría la relación amor-odio entre Portugal y los penaltis, siendo la mayoría de las veces las que los once metros dieron la espalda a la Seleção. Teniendo en cuenta la historia más bien recientes, no es de dudar que Portugal se vuelva a enfrentar ante su bestia negra cuando esté cerca de la gloria. Solo es cuestión de tiempo saber si al fin logran vencer ese obstáculo, o que se pueda convertir en algo psicológico para todo un país.