Con actitud elegante, imponente, seguro de los suyos. Temible con toda una afición tras un líder que ilusiona a la parroquia a la que siempre perteneció su corazón. Así se presentaba Jorge Jesus en el debut liguero de esta ilusionante etapa del Sporting. Un nuevo rumbo del cuadro sportinguista que se iniciaba fuera de casa, por llamarlo de alguna manera, ya que las gradas del Municipal de Aveiro estaban pobladas por más de 20.000 leones que tuvieron que esperar hasta el último minuto para rugir con sus primeros tres puntos.

El CD Tondela, único club que debuta en la presente temporada en la Liga NOS, jugará sus partidos ante los equipos más potentes de Portugal en Aveiro. Un club humilde que hace no muchas temporadas ni rozaba el fútbol profesional y que, con sus pocos más de 5000 habitantes, sueñan con el histórico logro de mantenerse en la máxima categoría portugesa. En el día de hoy, sin duda alguna, demostraron coraje y pundonor de sobra para ello.

El Sporting deslumbra en el inicio

El arranque del partido estuvo marcado por el ímpetu y las ganas de agradar a los suyos por parte de ambos equipos, pero bien pronto se hicieron muy visibles las diferencias entre ambas escuadras.

El reconocible 1-4-4-2 de Jorge Jesus no tardó mucho en mostrar alardes del gran conjunto que se prevee. Con João Mário y Slimani como los 'visitantes' más activos, el Sporting fue creciendo lentamente tanto en juego y dominio, como en ocasiones.

João Mário abrió el partido

En el minuto 9, llegaba la primera en las botas de Slimani y, a partir de entonces, una cascada de ocasiones arreciaron a un indefenso Matt Jones que solo pudo salvaguardar su meta hasta el cuarto de hora de juego. João Mário fue el encargado de sellar el primer tanto de la temporada 2015-2016 cazando un balón muerto dentro del área que entró desviado con mucha fortuna. El centrocampista había empezado el partido a todo tren y ese gol fue la rúbrica de un inicio espectacular.

Foto: LUSA-Joao Morais.

Tras el gol, el Sporting no bajó el ritmo en busca de otro tanto que pusiera más tierra de por medio, pero la suerte no les acompañaba en los metros finales. Con un Slimani más participativo que certero, y un Teo desaparecido en combate, el Tondela solo sufría con las acometidas de los habilidosos bandas leoninos, Bryan Ruiz y Carrillo.

El Tondela reacciona ante el conformismo leonino

Hasta superar la media hora de juego, los de Vítor Paneira no consiguieron adaptarse al fuerte ritmo leonino. A partir de entonces, redujeron el sufrimiento en defensa y adelantaron líneas, aunque sin llegar a crear excesivo peligro.

El cuadro leonino pecó de conformismo y no dio por malo el resultado que campeaba en el luminoso, bajando así ostensiblemente la intensidad en todas sus líneas. Así se llegó al descanso, en una primera mitad en la que el Sporting dominó, pero con muchos altibajos en su vistoso fútbol.

Tras la reanudación, el partido siguió por el mismo cauce. El Tondela ya rondaba el área de Rui Patricio con cierto peligro ante el gris juego dle Sporting, lo que llevó al Tondela a crecerse más y más hasta encontrarse con el empate.

Luis Alberto, primer goleador en Primera del Tondela

A balón parado llegaba el primer tanto de la historia del Tondela en la Primera división portuguesa, obra de Luis Alberto (1-1). Un remate no muy ortodoxo y lleno de polémica -por una posible mano-, sellaba una igualada que parecía imposible viendo el inicio del encuentro del Sporting.

El inesperado gol del empate inundó de nervios y dudas a los Leones. Todo lo contrario en el Tondela que se desmelenó en su juego poniendo en serios aprietos a los pupilos de Jorge Jesus, los cuales ya no encontraban la manera de dañar a la zaga tondelense.

La nula capacidad para generar peligro y las constantes pérdidas de tiempo de los locales, impacientaban a una afición que se desplazó en masa en busca de una goleada. El crono volaba en su contra y el Tondela empezaba a acariciar la 'machada' de debutar ante uno de los gallitos de la Liga NOS puntuando.

Adrien Silva imparte justicia desde los once metros

Hasta que en el último minuto llegó lo que ya nadie esperaba, el gol de la victoria, la épica. En una de las últimas intentonas Gelson Martins era derribado dentro del área y Carlos Xistra decretaba la pena máxima. Adrien Silva no dudó ni un momento a la hora de transformar un penalti que valía tres puntos (1-2).

Tranquilidad, calma, lo que necesita el proyecto de Jorge Jesus y lo que sintieron los 20.000 sportinguistas que poblaron el espectacular campo de Aveiro. Tres puntos que antaño quizás hubieran volado.