Dos equipos que el año pasado sufrieron y mucho para conseguir la permanencia se enfrentaban a las primeras de cambio en el presente curso. Vitória Setúbal y Boavista llegaban con las aspiraciones claras de empezar con buen pie, ganando tres puntos a un a priori rival directo. El conjunto sadino, con Quim Machado al frente y con numerosas caras nuevas llegaba con algo más de responsabilidad que su rival al disputarse el encuentro en su feudo, el Estádio do Bonfim. Al otro lado se encontraba el histórico Boavista, que no había realizado tantas variaciones respecto a la campaña anterior, manteniendo el bloque de su primera temporada tras el regreso a la élite.

Inicio igualado

La pelota echó a rodar cuando salía el sol en la tarde de Bonfim, y durante los primeros minutos ambos conjuntos se dedicaron principalmente a tantearse, produciéndose alguna ocasión visitante como un remate de cabeza de Paulo Vinícius, que se marcharía por encima de la portería local. Sin embargo, desde el principio fueron los sadinos los encargados de llevar el ritmo del partido, pese a no gozar de ocasiones peligrosas durante los primeros quince minutos de partido, ante un Boavista bien plantado y que buscaba salir rápido a la contra.

Foto: LUSA / Miguel Lopes

Se declinó la balanza

Tan solo un par de ocasiones, sin demasiado peligro para el meta visitante Gideão, había tenido el cuadro dirigido por Quim Machado hasta el minuto 17. Todo cambió cuando André Claro conectó un remate que inesperadamente batió al arquero ajedrezado y se metió pegado al poste derecho, significando el primer gol del partido, vital para un Vitória Setúbal que tuvo muchos problemas con el gol durante la temporada pasada. A partir de ahí, los sadinos enfriaron el partido, desconectando a un Boavista que no lograba reaccionar tras el gol local. Petit no estaba nada conforme con el desarrollo del partido, y decidió dar entrada rápidamente a Leozinho en detrimento de Ruben Gabriel, de pobre desempeño hoy.

Sin embargo, dicho cambio no solucionaría los problemas visitantes, que continuaban teniendo dificultades a la hora de sobrepasar la barrera defensiva local, además, tampoco lograban impedir que los sadinos siguieran llegando con facilidad al área defendida por Gideão. Cuando la primera mitad agonizaba, y ambos conjuntos ya pensaban en el segundo tiempo, un descuido de Paulo Vinícius permitió al coreano Suk robar el esférico y asistir a Ruca, que con solvencía aumentó la ventaja para los suyos.

Foto: LUSA / Miguel Lopes

Heroica ajedrezada

Tras una primera parte en la que los locales fueron muy superiores, el guión se repetiría durante los primeros minutos de la segunda mitad. André Horta, Suk, Claro y Ruca seguían creando peligro a Paulo Vinícius y Sampaio, hoy imprecisos ante la presión ejercida por los atacantes locales. Boavista no lograba apenas llegar al área contraria, por lo que Petit decidió sustituir al delantero Uchebo por Zé Manuel cuando el juego transcurría los 60 minutos. Pronto el panorama se torcería aún más para los visitantes, ya que una dura entrada de Idris dejó al equipo de la ciudad de Oporto con uno menos diez minutos después.

Boavista demostró la pasta de la que está hecho, y se sobrepuso a todas las adversidades para conseguir un punto de oro. Primero, a falta de quince minutos para el final un remate con mucho efecto de Afonso Figueiredo descontó en el marcador. Y tan solo 300 segundos después, un libre directo ejecutado por Luisinho sorprendió a Raeder, que no pudo hacer nada por detener el lanzamiento franco. Así, un auténtico partidazo deja un punto para cada conjunto. En el caso de Boavista, podemos asegurar que el empate sabe a gloria, mientras que los sadinos estarán muy decepcionados por dejar escapar dos puntos en los minutos finales.

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