En el verano de 1996 tuvo lugar en Inglaterra la celebración de la octava Eurocopa de la historia, bajo el lema "el fútbol vuelve a casa". Dieciséis equipos se dieron cita entre los diferentes estadios de las islas británicas, siendo la selección portuguesa una de las presentes. Tras el varapalo sufrido hace cuatro años al no estar entre los participantes de la Euro de 1992 disputada en Suecia, la Seleção logró recomponerse, jugar bien gracias a un fútbol atractivo liderado por una gran generación de futbolistas, y plantarse entre las mejores selecciones de Europa, el lugar que nunca debió abandonar.

Primera fase, el punto de inflexión

En 1994, el equipo nacional de Portugal comenzó su fase de clasificación a la Eurocopa con el sentimiento de un león con el orgullo herido. En Irlanda del Norte, muy cerquita del país que habían marcado en rojo los futbolistas portugueses para competir en un par de años, la Seleção venció agónicamente gracias goles de Rui Costa en los diez primeros minutos y Domingos en los últimos cinco. Antes habían empatado los del Reino Unido nada más comenzar la segunda parte. Tal vez en el primer partido de clasificación se produjese ese punto de inflexión tan necesario en un equipo falto de optimismo. Portugal estaba viva, quería estarlo.

Foto: UEFA

Letonia y después Austria confirmaron los pronósticos. Portugal venció cómodamente en el país del este gracias a los goles de João Pinto por partida doble y la estrella del equipo Luís Figo, que se estrenó como goleador en fase de clasificación. Después llegó Austria al José Alvalade de Lisboa y, de nuevo, un gol de Luís Figo, santo y seña del combinado luso, le dio los tres puntos al equipo, nueve de nueve. En el mes de diciembre y como si de un regalo de fin de año se tratase, Portugal recibió en casa a Liechtenstein. Paseo turístico por Lisboa para el humilde conjunto y goleada escandalosa para el equipo portugués. Hubo ocho goles y lo más destacado de un partido con poco a destacar fue que Figo no marcase- 12 de 12.

Segunda fase: año nuevo, los fantasmas de siempre

Dicen que año nuevo es igual a vida nueva, pero en el caso de la selección portuguesa parecía un poco lo contrario. La Seleção se reencontró con esos fantasmas que tanto le habían atormentado durante el pasado, y si el punto de inflexión que iba marcar el devenir del combinado luso en los próximos años se produjo con aquella agónica victoria en Irlanda del Norte, esta vez fue Irlanda, un poco más abajo, quien bajó de la nube a los Figo y compañía con una victoria igual de justa que de indigerible para los lusos y, probablemente, los vecinos de Irlanda del Norte. 12 de 15.

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Pasaron los meses y en Oporto la selección se reencontró con su afición. La derrota ante Irlanda había hecho mucho daño y la selección necesitaba de una victoria que sanara las heridas de un equipo que sumaba cuatro victorias y tan solo una derrota. Ni el guionista más forofo de los lusos podría haber escrito un guion más idílico. Figo, Secretario y Domingos, tres goles en tan solo 20 minutos. Al partido le sobraban 70… o al menos eso creían los portugueses. Al comienzo de la segunda mitad Letonia marcó el gol del honor, 35 minutos después el del miedo, y suerte que no hubo el de la ejecución. Si perder ante Irlanda dolió, hubiera resultado incontable el número de lusos que se habrían acostado esa noche de 1995 sin cenar. El segundo punto de inflexión, el primero de la segunda fase de clasificación.

Se notó ese pequeño bajón de moral y en lugar de ocho, como en el partido de ida, Portugal solo derribo la meta en siete ocasiones ante Liechtenstein. Y nada más. Una vez retomados los partidos serios, la selección volvió a demostrar que no atravesaba por su mejor momento y empató de forma consecutiva sus dos partidos siguientes, ante Irlanda del Norte, la del primer punto de inflexión, en Portugal y ante Austria en Viena. Mismo resultado (1-1), mismo juego (malo) y misma pregunta (¿Qué le pasa a Figo?). El aficionado resultadista portugués tenía la respuesta: qué más da. Qué más da si a Portugal le sirvieron esos dos puntos de seis posibles para clasificarse y cumplir su objetivo de estar en Inglaterra el verano que viene aun habiéndose clasificado más por desmerecimiento de las otras plantillas que por juego propio. Los aficionados más estéticos esa noche la pasaron en casa.

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Y llegó el último partido de un Portugal ya clasificada. El rival era Irlanda, el único equipo que había logrado derrotarles hasta la fecha. Había ganas de revancha y las condiciones eran idóneas. En las botas de los futbolistas portugueses estaba la opción de eliminarles en favor de sus adversarios, no solo deportivos, de Irlanda del Norte. Los goles en la segunda mitad de Rui Costa, Helder y Cadete no impidieron que los irlandeses celebraran la repesca al término del partido, en el suelo de Lisboa como si de una Copa del Mundo se tratase. Irlanda del Norte había sido eliminada.

Eurocopa de 1996: el gran momento

Verano de 1996. Un país a conquistar: Inglaterra. El sueño de una nación: Portugal, y quince adversarios por derrotar, a cada cual más complicado. Cuando escuchas que el grupo en el que ha sido encasillado tu equipo está formado por las selecciones de Turquía, Croacia y Dinamarca tu sensación, por regla general, es de alivio y fortuna. Eso hoy, pero 20 años atrás eran otros tiempos.

Portugal debutó en la Eurocopa con la ilusión de un niño pequeño al que le levantan el castigo por buen comportamiento. Enfrente estaba la Dinamarca de Peter Schmeichel y Michael Laudrup. Eran otros tiempos. Laudrup marcó el primer gol del partido al comienzo de la primera mitad. Fue Brian y no su hermano Michael. El "malo" de los dos hijos de la familia Laudrup que durante unos minutos de la Eurocopa de 1996 eclipsó al mejor futbolista de la historia danesa. Sá Pinto marcó el gol del empate al comienzo de la segunda mitad. ¿Los que preguntaban por Figo? Ahí seguían. No duró ni una hora sobre el césped de Sheffield.

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El segundo partido era vital. La selección portuguesa debía ganar si quería mantener con vida el sueño de alcanzar la final de Wembley. Enfrente estaba la correosa selección de Turquía. Sobre el tapete verde no parecía un enfrentamiento excesivamente complicado, aunque luego el partido no fuese un baño para los lusos. 60 minutos de partido y el resultado seguía sin moverse, Portugal dominaba y Turquía esperaba agazapada su turno para intentar colgar algún balón al área. La suerte estaba echada. En el minuto 66 de encuentro, el mítico central portugués Fernando Couto marcó el único y definitivo del partido. Que el tanto que le valiese los tres puntos a Portugal lo marcase un defensa dice mucho de cómo fue el partido. Figo jugó, y muy bien.

En el tercer y último partido del grupo la selección lusa midió sus fuerzas ante la Croacia de Bilic, Prosinecki o Suker. Casi parecía que era más fácil clasificarte para octavos aun perdiendo que ganar el partido, y más aun viendo el paupérrimo juego de la Seleção en los dos duelos anteriores. El partido fue todo lo contrario y Portugal ganó fácilmente. De hecho, sobran los sinónimos de sencillo para expresar el desarrollo del encuentro. En Nottingham, los lusos creyeron en una suerte de tercer punto de inflexión. Y en qué momento parecían enchufarse. A los cuatro minutos de que el árbitro marcara el comienzo del encuentro Luis Figo, ese tan criticado, marcó el primero de los tres goles de la noche. Después João Pinto y Domingos. Que fácil fue ganar. E ilusionarse.

República Checa: la sorpresa en el camino

Conviene hacer un alto en el camino y contar la historia de la revelación de esta Eurocopa. La República Checa sacó su billete a Inglaterra clasificándose a duras penas. Perdió ante Luxemburgo en la fase de clasificación, solo eso dice mucho de su pase. En la fase de grupos obró el milagro al derrotar en Liverpool a la selección italiana de Maldini, Nesta y Donadoni en su segundo partido. Solo un estadio como Anfield podía ser testigo de una gesta de tal calibre. Antes había perdido ante Alemania, nada sorprendente. El país checo liderado por su mejor futbolista de las últimas décadas, Pavel Nedved, afrontó su último partido con serias posibilidades de hacer saltar la banca y clasificarse en el grupo de la muerte.

En el último encuentro del grupo, los checos se enfrentaron al rival más asequible, Rusia, en el mismo estadio en que obraron la gesta italiana. Necesitaban ganar y no lo hicieron. Como si de una película de humor español se tratase, la selección centroeuropea logró su billete a octavos a última hora, gracias a la mala actuación de Italia. 3-3 en una auténtica locura de encuentro. Los aficionados tenían motivos esa noche para creer que sus futbolistas les estaban tomando el pelo. A los 20 minutos ganaban 2-0. Rusia remontó marcando el tercer gol del partido en el 85 de juego. La República Checa estaba fuera. Tres minutos después hicieron el gol de la clasificación. La cara de los rusos era un poema, y no de los bonitos. 85 minutos a contracorriente para que después de todo el esfuerzo realizado los rivales marcaran al instante.

Portugal y la República Checa en los octavos de final de la Eurocopa. Los portugueses venían crecidos tras su exhibición ante Croacia. Los checos, advertidos, después de su esperpento ante Rusia. Portugal dominó durante los cuarenta y cinco primeros minutos. Al comienzo de la segunda mitad, los visitantes le hicieron un Rusia a Portugal y después de todo el sacrificio de la primera mitad, un disparo de volea espectacular de Poborsky hundió las esperanzas del país luso. El mazazo fue muy duro. Ya nada cambiaría.

Alguien dijo que el fútbol es un deporte de once contra once en el que siempre ganan los alemanes. El máximo goleador de la competición fue un inglés, y menudo inglés, Alan Shearer. La copa se la llevó Alemania… ante la República Checa. Quién sabe qué hubiera sucedido si Portugal hubiese derrotado a los checos en los octavos de final. La competición fue una decepción sin duda. Y otra vez la misma pregunta: ¿Qué le pasa a Figo?

Partidos

RONDA PARTIDO RESULTADO
Fase de Clasificación Irlanda del Norte - Portugal 1 - 2
Fase de Clasificación Letonia - Portugal 1- 3
Fase de Clasificación Portugal - Austria 1 - 0
Fase de Clasificación Portugal - Liechtenstein 8 - 0
Fase de Clasificación República de Irlanda - Portugal 1 - 0
Fase de Clasificación Portugal - Letonia 3 - 2
Fase de Clasificación Liechtenstein - Portugal 0 - 7
Fase de Clasificación Portugal - Irlanda del Norte 1 - 1
Fase de Clasificación Austria - Portugal 1 - 1
Fase de Clasificación Portugal - República de Irlanda 3 - 0
Eurocopa - Fase de Grupos Dinamarca - Portugal 1 - 1
Eurocopa - Fase de Grupos Portugal - Turquía 1 - 0
Eurocopa - Fase de Grupos Croacia - Portugal 0 - 3
Eurocopa - Octavos de Final República Checa - Portugal 1 - 0

Plantilla

DORSAL JUGADOR
1 Vitor Bahia
2 Secretario
3 Paulinho Santos
4 Oceano
5 Fernando Couto
6 Tavares
7 Vitor Paneira
8 Joao Pinto
9 Sa Pinto
10 Rui Costa
11 Jorge Cadete
12 Alfredo
13 Dimas
14 Pedro Barbosa
15 Domingos
16 Hélder
17 Hugo Porfirio
18 Folha
19 Paulo Sousa
20 Luís Figo
21 Paulo Madeira
22 Rui Correia