“No soy el monstruo que se ha creado. Me veo representado y no soy la persona que dicen, creo que es injusto que mucha gente me acuse de ser algo que no soy. El apoyo al equipo debería ser incondicional. Como hombre, como entrenador, a nadie le gusta escucharlo. Lo padece mi familia, mis hijos cuando van al colegio. Se refleja en la vida personal”. Las declaraciones bien podría firmarlas un ladrón de bancos juzgado ante un tribunal popular. Corren malos tiempos para Nuno Espírito Santo en las aguas del Turia. Guardiola perdió el cabello por el estrés de dirigir a un grande, si al portugués no se le ha caído el pelo entrenando al Valencia CF es porque llegó al club bien afeitado. Su fútbol no convence a Mestalla, pero no por falta de ideas (el año pasado maravilló) sino por consecuencias externas, llámelo X o llámelo Negredo. El entrenador che está sufriendo las consecuencias de estar en el foco más luminoso de todos los problemas, dentro de no mucho también de los personales, de la afición más exigente de España.

Hubo un tiempo en que esto fue diferente. Han pasado tan solo 2 años, aunque parezcan 2 lustros, desde que Nuno Espírito Santo abandonase el club que le hizo grande, Rio Ave, en busca de un futuro mejor. A Nuno lo enchufó (o aterrizó con la carta de recomendación, como mejor suene) su amigo Jorge Mendes (si Blatter es el dueño del fútbol, él es el de los futbolistas). En Vila do Conde, Nuno rompió con todos los pronósticos, salvando con creces al humilde equipo en su primera temporada y clasificándolo para las finales de Copa y Copa de la Liga en su segundo y último año.

La relación entre Nuno y los banquillos dio sus primeros pasos gracias a su gran amigo Mendes, que atribuyéndose el puesto de director deportivo del Rio Ave, apostó muy fuertemente por él. "Se habla mucho de si yo llegué al Rio Ave por ser próximo a Jorge Mendes. Es verdad, llegué aquí porque él me ayudó a entrar, él me representa y por tanto es lógico que eso pase", contestó Nuno en su día. La apuesta no era arriesgada de cara a la galería. Probablemente Mendes haya enchufado a más amigos suyos por diferentes clubes portugueses y nadie se da cuenta hasta que tengan éxito, fichen por un grande de Europa y salga a la luz “el verdadero responsable en la sombra”.

El Rio Ave de Nuno logró, contra todo pronóstico, clasificarse para las finales de Taça da Liga y Taça de Portugal En su primera temporada en Vila do Conde Nuno cumplió con nota, con un meritorio sexto puesto en la clasificación, muy alejados de la zona de descenso. La sorpresa se volvió consolidación en su segundo año. Rio Ave quedó cinco puestos por debajo de lo conseguido la temporada anterior, evitando con la misma comodidad la quema del descenso. Donde se produjo el boom fue en las copas. Como ya hiciera el Athletic de Bielsa hace unos años con la Copa del Rey y la Europa League, el Rio Ave de Nuno logró contra todo pronóstico clasificarse para las finales de Copa y Copa de la Liga en Portugal, eliminando en ambas semifinales al mismo rival, Sporting de Braga, y cayendo en sendas finales ante el mismo conjunto, Benfica.

Una de las anécdotas que mejor representa la relación entre Mendes y Nuno se produjo al término de un encuentro de Copa en el que su equipo se clasificó para la gran final. En medio de la rueda de prensa el entrenador del Rio Ave recibió una llamada de su amigo Mendes. Nuno no dudó en responder al teléfono y mirando a la cámara central de la televisión portuguesa dedicarle en directo unas bonitas palabras de agradecimiento: "¿Me estás viendo? Esto es por ti y para ti". Uno de los amigos personales de Nuno declaró que una de las claves por las que su colega triunfó en Portugal fue por convertir "al conjunto en la verdadera estrella, por encima de cualquier individualidad”. "Es buena gente y de fácil trato, agrada a los futbolistas por su condición de líder y se hace respetar", concluyó Mendes.