La fiesta de la copa, en esta ocasión la de la Taça da Liga, hacía que un coloso como el Benfica visitara el Campo Engenheiro Carlos Salema para enfrentar al humilde Oriental de Lisboa en lo que supone la segunda jornada de ambos conjuntos por el grupo B de una de las tres competiciones nacionales de primer nivel. Entre semana, y a una hora peculiar, el segundo clasificado y actual campeón de la Liga NOS, el SL Benfica buscaba llevarse los tres puntos sin demasiados sobresaltos ante el Oriental para colocarse líder del grupo.

Entre tanto, los locales son penúltimos de la Segunda Liga lusa y cayeron derrotados por cuatro goles a dos ante Moreirense en la primera jornada de la presente Taça da Liga. La a priori gran superioridad encarnada hizo que Rui Vitória presentara un once plagado de suplentes, con Ederson en la portería, Nélson Semedo, Lindelof, Lisandro López y Sílvio en la zaga; el habitual titular Andreas Samaris, junto a Talisca, Guedes y Mehdi Carcela en el centro del campo; y el griego Mitroglou en punta de ataque acompañado de Djuricic, con muy poca actividad esta temporada.

Pese a ser un once poco común, no dejaba de ser una alineación con jugadores de primer nivel, que perfectamente iban a poder llevarse la victoria del feudo del Oriental, que por su parte afrontaban el duelo como un desafío, pero sabiendo que el objetivo principal es otro, el de la salvación.

Máxima igualdad en la primera mitad

Comenzaba el encuentro en el modesto estadio local, que desprendía la magía del fútbol de antaño por todos los costados, y lo que parecía que iba a ser un trámite para los benfiquistas no fue del todo así. Desde la primera jugada, como si de una declaración de intenciones se tratara, el conjunto local se plantó en el área benfiquista, obligando al jugador con más jerarquía de la zaga, Lisandro López a despejar de chilena para acabar con el susto inicial. El terreno de juego no estaba en óptimas condiciones, por no decir que su estado era bastante deplorable.

Seguramente ello contribuyó a que los dirigidos por Rui Vitória no se sintieran cómodos en ningún momento, además con una presión asfixiante por parte del equipo local, que había salido a morder al gigante de su ciudad. Fue efectiva dicha presión agresiva del Oriental, ya que gracias a ella apenas sufrieron durante la primera mitad. Es más, fueron ellos los que tuvieron más próximos del gol, disputando además la posesión del esférico a las águilas, consiguiendo un meritorio 45% de la tenencia de balón durante los primeros 45 minutos.

Como siempre, Konstanstinos Mitroglou se mostraba participativo en ataque. Sin embargo, Diego y Hugo Grilo mantuvieron a raya al ariete griego, que solo pudo rematar dos veces y con escaso peligro, en una oportunidad desde bastante lejos y en otra de cabeza muy desviado. Se finalizaba la primera mitad, y Oriental aguantaba el empate y la portería a cero ante un Benfica muy plano, que en ningún momento fue claro, y al que le faltó la presencia de un hombre como Pizzi que llevara la batuta y asistiera de buena manera a los atacantes.

Foto: Ojogo.
Foto: Ojogo.

Talisca al rescate

Tampoco sufrieron los encarnados, pero de igual manera el empate ante el conjunto de Segunda Liga resultaba insuficiente, por lo que tendrían que mejorar y mucho en la segunda mitad. Se reanudaba el partido, y el propio Pizzi era el único cambio de Rui Vitória, que dejaba en el banquillo a Djuricic en busca de la clarividencia que no habían tenido los suyos en la primera parte. En Oriental, los mismos once jugadores que habían comenzado el encuentro seguían presentes sobre el terreno de juego en la segunda mitad.

No varió demasiado el desarrollo del partido en la segunda mitad, con Oriental ejerciendo la misma presión que antes a un Benfica desorientado, que sin embargo de vez en cuando se aproximaba al área rival. Fue en el minuto 74 cuando Anderson Talisca aprovechó un rechace para de volea rematar fuerte, superando a Mota y convirtiendo el primer y último gol del partido.

A partir de ahí, la presión de Oriental fue decreciendo, y el Benfica se hizo totalmente con el control del juego, hasta el pitido final del colegiado Tiago Antunes. De esta manera, el Benfica se sitúa líder del grupo B con seis puntos de seis, mientras que Oriental queda relegado al último puesto con dos derrotas en dos partidos.