El encuentro comenzó con dominio del Benfica que empezó teniendo el balón en campo propio, en busca de adquirir el control del partido, ante un conjunto que le estaba atacando cuando menos se lo esperaba, y que funcionaba principalmente con balones largos al hombre de banda que se desmarcaba. El ritmo de intensidad estaba siendo bastante soporífero, aunque el conjunto visitante se fue acercando poco a poco al arco contrario, a base de mover la pelota y de ganar metros, y a base de jugar poco a poco en vertical frente a un rival que se replegaba y que no oponía resistencia.

Dominio del cuadro lisboeta, ante un rival que salía muy de vez en cuando

Silenciosamente, y sin hacer mucho ruido, el conjunto águila se fue acercando poco a poco, instalándose en campo contrario circulando la pelota en fases de ataque posicional, pero estaba siendo tan lenta, que ni aunque buscaran a los hombres de banda conseguían desbordar, pues estaban faltos de algún efectivo que aportara una calidad extra en la frontal del área, pues el equipo estaba careciendo de calidad por el medio y de velocidad por los costados. Después de unos minutos, el conjunto rojiblanco que hoy iba de blanco, tuvo un tramo de mayor de mayor lucidez en la frontal del área, un tramo en el que consiguió profundizar mucho más por los costados, y por el que creó peligro gracias a Carcela por la izquierda, ya que fue capaz de desbordar, e incluso terminó alguna jugada, además, los delanteros del Benfica estaban haciendo gala una vez más de su versatilidad cayendo en banda y dándole más fluidez a la circulación por los lados.

En los últimos minutos del primer acto, el equipo lisboeta bajó el ritmo de intensidad en el partido, y abogó mucho más por circular el balón en el centro del campo, y por hacerle llegar el balón a Mitroglou que se quedaba descolgado en el ataque con el repliegue de líneas al 4-5-1, con el que Jonas se veía mucho más obligado a ayudar al centro del campo, hoy que jugaba acompañando a un '9', y que no lo era él. Los últimos segundos de juego, fueron de muchísimo control del Benfica, pero el problema era que se estaba contagiando del bajísimo ritmo de intensidad que estaban imponiendo los locales, con el que había conseguido que el cuadro visitante apenas creara ocasiones de gol en el primer acto.

Manejo local, control visitante

El segundo acto dió comienzo con el 0-1 por medio de Mitroglou que batió al portero Salin con un disparo raso desde dentro del área. Tras el tanto, los de Rui Vitória siguieron controlando el enfrentamiento, teniendo el balón, y acercándose con más peligro al arco rival, volcando el juego sobre la izquierda, con un Carcela muy activo que estaba desbordando ante los laterales, y que únicamente estaba fallando el último pase. Después de unos minutos, el encuentro se paró tras el desplome que sufrió Mauricio Antonio que tuvo que ser retirado en camilla. Ese tramo de parón le vino bien al conjunto rojiverde, que empezó a tener más actividad en ataque buscando en largo a los jugadores de banda, especialmente la izquierda por la que André Almeida estaba siendo muy ineficaz ante Éber Bessa que estaba desbordando.

Después de los primeros minutos, el equipo de la capital portuguesa certificó que había cedido el control del juego al conjunto local, y que estaba apostando mucho más por jugar al contraataque, arriesgando bastante la poca ventaja de la que disfrutaban, y cargando todo el peso de la defensa sobre la última línea de presión que era la única que se anticipaba cuando veía a un jugador rival acercarse. El equipo madeirense controlaba la situación, pero en este momento en el que todas las miradas le enfocaban a él, estaba teniendo mucha más dificultad, para encontrar la banda izquierda, y para desbordar por ella, pues la defensa del líder estaba mucho más alertada de los intentos locales; pero aunque no estaba consiguiendo crear peligro, estaba llevando las riendas del enfrentamiento, teniendo la pelota, y siendo el equipo que más presionaba a la salida de la redonda. 

En los intantes finales del enfrentamiento, el equipo de Rui Vitória trató de recuperar el control del juego, pero no estaba consiguiendo mantener la pelota mucho tiempo ante la presión del oponente, por lo que si quería tener presencia en el partido, se veía obligado a jugar con transiciones rápidas. Gracias a una salida de esas características, el cuadro visitante consiguió forzar una falta, con la que Talisca hizo el 0-2 tras un gran golpeo en un libre directo. Ese segundo gol terminó de rematar a un equipo que ya estaba mermado en los minutos anteriores a causa del cansancio, y de la frustración al ver que después de tantos intentos, apenas habían conseguido intimidar al portero Ederson.

En el último tramo de juego que se alargó sobremanera con los diez minutos de descuento que se añadieron por la lesión de Mauricio Antonio, el líder de la Liga NOS siguió manejando la situación, mientras que el rival daba sus últimos pataleos intentando llegar por bandas sin medios realmente peligrosos para intimidar a su contrincante. El partido terminó con varios tramos de posesiones largas de los visitantes que le pusieron una inyección letal a un encuentro sentenciado desde hace bastante tiempo.

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Sobre el autor
Tarek Guerrero
Redactor de fútbol inglés en VAVEL España.