El encuentro comenzó con dominio de balón del conjunto local, que buscó la portería contraria desde el primer minuto con fases de ataque posicional desde el primer minuto, y abriendo mucho el juego hacia las bandas para darle más fluidez a la circulación del esférico en campo del oponente. Mientras tanto, este se mantenía replegado en su terreno de juego, y esperaba la oportunidad para recuperar la pelota y poder salir en velocidad al contraataque, atacando especialmente por los costados, que eran los puntos más débiles del líder de la Liga NOS.

Dominio local ratificado con dos goles

El 1-0 llegó por medio de Nico Gaitán que batió al guardameta Gottardi en el minuto 23 del primer acto. Tras ese gol, el conjunto rojiblanco siguió llevando la iniciativa, y siguió teniendo el balón y continuó buscando un segundo gol que prácticamente certificara su título liguero, buscando especialmente a Pizzi y a Nico Gaitán, que estaban creando un gran desequilibrio por los costados. Al mismo tiempo, el conjunto madeirense apostó por replegarse en su campo con las líneas muy juntas, y renunciando bastante a tener la posesión, y con ello a atacarle al equipo lisboeta cuyo gran control del partido no se veía perturbado por nada ni nadie, ni siquiera la momentánea victoria del Sporting de Lisboa le causaba nerviosismo alguno.

En los últimos minutos de la primera parte, la cadencia de intensidad estaba siendo realmente baja, a causa de la soporífera velocidad que le estaba imprimiendo a la circulación del esférico, aunque a pesar de ello, logró marcar el segundo gol de la mano de Jonas Gonçalves que batió el arco del Nacional tras rebotarle el balón en uno de los dos pies, después de que rematara ante el portero contrincante un balón largo desde la zona defensiva que a duras penas consiguió domar. Los instantes finales del primer acto fueron de mucho control por parte de los locales que siguieron domando a su contrincante, que apenas era capaz de crear desequilibrio en los últimos metros.

Sentencia, y ambiente de celebración

El segundo tiempo comenzó con mayor dominio de balón del conjunto blanquinegro, que se intentó acercar al arco rival a base de mover la pelota y de buscar espacios en la defensa de un Benfica que se agrupaba en los primeros metros, y que aprovechaba la más mínima recuperación de balón para salir al contraataque, o para buscar a Jonas y a Mitrouglou con balones largos que estos controlaban de espaldas a portería contraria. El 3-0 llegó por medio de Nicolás Gaitán, que remató en boca de gol, un remate rechazado de Mitrouglou al larguero. Tras el gol, el conjunto dirigido por Paulo Fonseca siguió teniendo el mando del partido, y lo manejó a su antojo a base de mover la pelota, y de dormir el juego que poco a poco iba languídeciendo.

A pesar del bajo ritmo de intensidad que reinaba en el enfrentamiento, ambos equipos siguieron gozando de ocasiones claras de gol, aunque el cuadro águila había bajado la velocidad del encuentro hace bastantes minutos, y se dedicaba única y exclusivamente a buscar a sus dos atacantes en largo, para que mantuvieran la pelota alejada del arco propio. Mientras tanto, el equipo visitante se dedicaba solamente a tocar, y a dormir el partido, para permitir que el tiempo corriese, y poder terminar la temporada tras un partido algo decepcionante en el que cayeron con mucha facilidad ante las garras del campeón.

El cuarto gol llegó por medio de Pizzi que batió al guardamenta Gottardi tras una asistencia de gol de Jonas Gonçalves, para terminar de lustrar el título liguero, que el conjunto lisboeta estaba a escasos minutos de lograr, y por ello, se replegó totalmente en su propio campo. El 4-1 llegó por medio de Salvador Agra que batió al portero Paulo Lopes, con un disparo desde el costado izquierdo, que el veterano portero estuvo a punto de blocar, a pesar de que su rechace se coló dentro de la portería. Finalmente, el encuentro llegó a su fin, después de una serie de despejes del combinado de la capital portuguesa, con los que se coronó campeón de liga de Portugal.