Madrileños y gallegos saltaban al parqué del Pabellón Caja Madrid buscando sus mejores armas para desnivelar el luminoso a su favor. Sin embargo los principales protagonistas eran los porteros, Jesús Herrero y Raúl Jérez, que evitaban que se estrenase el marcador con grandes intervenciones respondiendo a los incisivos ataques de ambos conjuntos. El atractivo partido ganaba en ritmo y ocasiones, disparos de Batería y un mano a mano de Rafael eran las acciones más claras de un Inter comandado de nuevo por la magia de Ricardinho, mientras que Santiago llegaba con menos frecuencia pero igual peligro con oportunidades de Barroso y Palomeque por partida doble.

Diego Quintela abrió el marcador

Cuando corría el minuto 15, y con un equipo local que rozaba el tanto que evitaba una y otra vez el inspirado portero visitante Raúl, un rápido ataque gallego elaborado por David Pazos y Palomeque sorprendió a la zaga verde y permitió a Diego Quintela anotar el 0-1 que sorprendía a un repleto pabellón alcalaíno y con el que llegaríamos al descanso del choque.

Pola, encargado de la remontada

La segunda parte comenzó con el guión lógico, un Inter Movistar con todo en busca del empate y un Santiago Futsal aguantando con una buena defensa las acometidas locales. Los compostelanos soportaron el acoso hasta el minuto 24, momento en el que el ex santiagués Pola devolvía las tablas con un disparo desde fuera del área, un tanto que hizo más fragante el dominio de los anfitriones que no cesaron en la busca de la remontada pero los palos frenaron en primera estancia la misma, Rafael y Ricardinho con una gran volea probaron la madera.

El 2-1 estaba reservado para el autor del primer gol, de nuevo Pola mandó al fondo de las mallas una gran asistencia del también ex Lobelle Rafael dando la vuelta al marcador en el minuto 34.

Rivillos y Batería sentencian

Los santiagueses estaban obligados a reaccionar, lo hicieron fieles a su estilo luchador pero, sin embargo, vieron como su portería volvía a ser batida un minuto después con un golazo de Mario Rivillos. Con el 3-1, Santi Valladares decidió arriesgar con el juego de cinco y vistió a Barroso con la camiseta de portero jugador para recortar distancias, algo que evitó Jesús con un paradón. Con el partido entrando en su recta final, Batería sentenció tras una delicatesen de control y una gran vaselina que  ponía el 4-1 final en el marcador del Caja Madrid de Alcalá de Henares.