Habría que diseccionar la idiosincrasia, los cambios y el desarrollo de cada uno de los equipos para diagnosticar por qué tanto Montesinos Jumilla como Jaén Paraíso Interior, siendo ambos recién ascendidos en aparentes condiciones de igualdad, se distancian tanto en la clasificación y obtienen resultados tan poco parejos con los diferentes competidores que pueblan la LNFS.

En primer caso, la actitud es un síntoma fundamental. Los murcianos, desde la primera jornada, saben qué es eso de conseguir tres puntos de una tacada y sacudirse la presión del que se sabe virgen. Dieron la talla prematuramente y no ante un rival de rasero bajo, sino ante todo un histórico como Xota. Con un inicio tan prometedor, las piernas se sueltan, el corazón confía y la responsabilidad se comparte con menos ansiedad. En cambio, Jaén Paraíso Interior tuvo que esperar seis semanas hasta conseguir su primera victoria, frente al colista, que le motivó, pero no dejó de ser un pequeño desahogo después de varios puntos escapados.

En segundo caso y consecuencia del primero, la moral a la hora de encarar los partidos distingue al competidor del aficionado. Con un respaldo en la retaguardia, las entradas son firmes y los rivales, más asustadizos. El puntaje, que incide intensamente en esta faceta, también modifica la disposición mental de los jugadores y su cuerpo técnico. A mayor positivismo, mejor calidad de juego y confianza.

Y tercero, evidentemente, el azar. O la suerte. O la x. Sea lo que sea, hay un componente oculto en varias facetas de la vida y el fútbol sala no iba a ser menos por sucumbir ante este concepto abstracto e incontrolable. El deporte es un cóctel que incluye aspectos como la rapidez, la velocidad, la precisión, la potencia y, dependiendo del escenario y las circunstancias, también la suerte. Tanto la buena como la mala. Una pizca de alguna de las dos dará o quitará puntos. Sucede.

Ya entrados en materia, Montesinos Jumilla goza de un plantel jovial y poco angustiado, preocupado únicamente por disfrutar y libre de toda presión o exigencia que le amargue su estancia en la LNFS. Así, con felicidad y desparpajo, suceden los resultados, sobre todo, los positivos. No hay más que ver la clasificación –séptimos- y las cuentas goleadores de Pichí (11 goles) o Pizarro (7) para constatar que la complementación con la labor de Chico (uno de los cancerberos más eléctricos) no es casualidad. Son un bloque compacto que se mueve con celeridad y gusta.

En cambio, Jaén Paraíso Interior aboga por el bloque defensivo como su mayor arma junto al público de La Salobreja. Entre otras cosas, querrá despedirse de la competición (ya que descansa la próxima jornada, justo antes del parón por el Europeo de Bélgica) con un buen sabor de boca que les aúpe un poco más lejos de los puestos de descenso y así mantener la buena sintonía que no se le presuponía en un principio. No podemos decir que no sufran, pero han conseguido acomodarse en la zona de tranquilidad.

En cuanto a los antecedentes más inmediatos, en la primera vuelta se llegó a un empate a dos final con muchas alternativas en ambas porterías y un acierto inusitado en las metas, que obligaron al reparto de puntos. Respecto a este encuentro, Jaén FS no podrá contar con Sergio García y Jorge Bellvert por lesión, aunque recupera a Víctor Montes. Los murcianos contarán con sus principales espadas para conseguir su segunda victoria consecutiva.