Italia estará presente en las semifinales de la Eurocopa de Fútbol Sala. Gracias a su victoria por la mínima ante los croatas, los transalpinos se han clasificado para la penúltima fase de este torneo, en la que se enfrentarán a la potente Portugal en uno de los duelos más esperados del campeonato.

Los azurri se tenían que jugar la clasificación ante Croacia, un equipo que ya había sorprendido a todo el mundo empatando con España a tres goles en el primer partido de este torneo. Los de Roberto Menichelli habían llegado de menos a más, ya que sufrieron una dura derrota en el encuentro ante Eslovenia (2-3) de la que se recuperaron con creces goleando a Azerbaiyán por un contundente 0-7.

Inicio goleador

El choque comenzaba de manera trepidante y sorprendiendo a todos los analistas. Croacia, elogiada por su gran defensa, encajaba el primer gol cuando aún no se había cumplido el primer minuto de juego. Romano conseguía batir a Ivo Jukić después de una serie de rechaces dentro del área tras la salida de un córner. Era el inicio soñado por el entrenador italiano, que veía cómo el espíritu del último partido ante los azaríes volvía a la pista negra de Amberes.

Los primeros diez minutos del choque fueron vibrantes. El propio Romano pudo hacer el segundo para los suyos minutos después del primer gol, pero su disparo se marchó desviado por poco. Los croatas no se quedaban atrás y, quitándose la presión inicial, empezaban a combinar buenas jugadas arriba y ponían en aprietos la meta de Mammarella, como con un disparo de Tihomir.

Esa oportunidad fue el preludio del golazo de Franko Jelovčic a los siete minutos de juego. El zurdo se marchó de tres rivales pisando la pelota, se plantó ante el portero rival, le regateó con elegancia y casi sin ángulo empujó el esférico dentro de las redes. Sin embargo, la alegría no les duró mucho a los balcánicos, ya que un par de minutos después un disparo de Fortino se coló por debajo de las piernas de Jukic en el único error del cancerbero en todo el partido.

Ese pequeño error de reflejos hizo coger más confianza al portero croata, que evitó con varias intervenciones en el mano a mano que los italianos se fueran al descanso con mayor ventaja que el 2-1. Tras el paso por los vestuarios, y con toda la segunda mitad para deducir el clasificado, ambos equipos se respetaron de manera evidente para no cometer ningún error.

Sufrimiento hasta el final

El choque siguió muy de cara para los transaplinos, que no conseguían sin embargo poner más distancias en el luminoso. Vampeta primero y Honorio después tuvieron en sus botas el gol de la tranquilidad para los suyos. Sin embargo, la pelota no quería entrar y eso le daba todavía mucha vida a los balcánicos, que llegaban con mucha confianza a la recta final del choque.

Jelovcic avisaba con un disparo al palo a ocho minutos del final. Después de un disparo de Fortino que se estrelló en el larguero, Croacia apostaba por el portero-jugador que tan buen resultado le había dado en la fase de grupos ante España y República Checa. Encerraron a su rival atrás y hasta el final lo intentaron una y otra vez.

Mammarella se mostraba inmenso bajo los palos y sus compañeros de equipo demostraron que no les pudo la presión, defendiendo el resultado por encima de todo. Sin embargo, Novak estuvo a punto de cambiar la historia de ambas selecciones en el torneo con un disparo a falta de dos segundos que pegó en la madera. Las caras de desolación de los balcánicos y de alivio en los italianos resumían un partido que se pudo haber decidido por detalles y que se acabaron llevando los azurri.

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