Un fatídico requiebro del destino para unos, y un gran final para otros. El fútbol sala, como una moneda, guarda una cara y una cruz, un vencido y un vencedor que a veces se revelan con una inusitada crueldad y demasiado suspense. El cambio en los acontecimientos dramatiza mucho más el desenlace, sobre todo para el que se vio arriba y se tiene que conformar con terminar abajo. En un minuto vimos perder una final de una Copa de Europa en el descuento, en un minuto se pudo sentenciar un partido y se pasó a lamentarse de la ocasión perdida. En fútbol sala, con mucho mayor motivo.

Así pueden sentirse en Tudela tras la derrota sufrida ayer en el derbi navarro contra Magna Navarra, que logró levantar una situación muy complicada a última hora para certificar su acceso a la fase donde los ocho mejores de la liga regular jugarán por ganar la liga. Cuando quedaban tres minutos para el final del partido, los locales ganaban por 3-2 el partido y se relamían con la posibilidad de ser ellos los que asegurasen su puesto entre los ocho mejores de la máxima categoría del fútbol sala nacional.

El derbi navarro cayó del lado de los pamplonicas. Lo hizo en un trepidante último minuto, en el que la ventaja tudelana se esfumó en apenas un abrir y cerrar los ojos a falta de tres minutos para terminar el duelo, cuando los visitantes atacaban con portero-jugador, el cambio táctico de Imanol Arregui surtió efecto y terminó de desnivelar un partido que estaba cuesta arriba para sus intereses.

Fueron dos goles en un minuto, uno de Eseverri y otro de Roberto Martil, los que desencadenaron la tragedia para unos, los locales, y la enorme alegría para otros, los visitantes, que se situaban al borde del final con los tres puntos en su mano. Pero antes del final, el derbi navarro tuvo mucho picante. Ocurrieron muchas cosas, y en casi todas había un sabor a igualdad muy fuerte. Porque el playoff estaba en juego y los dos quieren estar entre los ocho mejores al final de la liga regular. El triunfo asegura que Magna Navarra ya sea uno de los conjuntos que participarán en la pelea final por el título, mientras que los riberos tendrán que esperar a la última jornada para certificar su billete.

Igualdad, la tónica dominante en el primer tiempo

El duelo entre tudelanos y pamplonicas se movió desde el pitido inicial en el equilibrio de fuerzas. Tanto los de 'Pato' Un ejercicio de funambulismo en el que ninguno de los dos equipos quería dar un paso en falso para no precipitarse al vacío. Las ocasiones, sin que fueran en gran cantidad, se sucedían en ambas áreas, con Molina y Asier atentos para evitar males mayores a las primeras de cambio.

El ensordecedor ambiente que había generado la afición local en el Ciudad de Tudela fue una de las principales razones por la que los suyos pusieron un punto más de ritmo al partido. Andresito, a la salida de un córner, adelantaba al conjunto azulón en el derbi navarro cuando apenas se llevaban cuatro minutos, y desataba la pasión y la locura en las gradas del recinto tudelano. Con Ríos Renovables apretando a su rival, un error en su campo permitió que Javi Eseverri pusiera el empate a uno momentáneo antes del minuto diez del primer periodo.

El choque rompió con el gol de Magna Navarra en partido de alta tensión. Ríos Renovables, herido en su orgullo, tomó el mando de la situación y comenzó a asestar golpes duros a la defensa de los de Imanol Arregui. Andresito, de nuevo, y Palmas, los dos cuando quedaban pocos minutos para la finalización del primer acto, ponían dos goles de diferencia en el marcador para los locales y encarrilaban un partido donde la igualdad y el equilibrio de fuerzas parecían su color predominante. Un golpe que estuvo a punto de mandar a la lona a Magna Navarra, aturdido por la diferencia que adquiría el equipo azulón.

Magna Navarra impone su ley

En la segunda mitad del partido, todo cambió. Ese escenario donde ambos equipos se movían en la cuerda floja sin red varió por completo. Mientras Magna Navarra recuperó el equilibrio tras los goles encajados en el descanso, a Ríos Renovables le entró el vértigo y prefirió ser precavido. Empeñado en defender más que en atacar, el equipo local de José Lucas Mena se metió muy atrás en la pista, y lo que recibió fue un rodillo pamplonica durante 20 minutos. Un asedio que terminaría encontrando su premio en los últimos instantes del choque.

Mientras los azulones encontraban resquicios para el contragolpe, había momentos para sacudirse el dominio visitante. Los de verde tardaron en recortar distancias, pero lo hicieron mediada la reanudación por medio de un gol de falta de Carlitos que ponía el momentáneo 3-2 a falta de 11 minutos para la conclusión. Restaba tiempo para lograr remontar. Sólo fue un aviso de lo que se vendría encima en el tramo final del partido.

El asedio de Magna Navarra creció cuando el propio Carlitos se enfundó la camiseta de portero para jugar con superioridad en ataque, pero no fue decisivo a la hora de lograr remontar el encuentro. Primero, el eterno capitán Javi Eseverri, que empataba el partido tras ver como Ríos Renovables pudo hacer el 4-2 a puerta vacía. Apenas unos segundos después, un latigazo de Roberto Martil superaba a Molina y daba la vuelta al partido a falta de poco más de dos minutos para el final.

"Pato" y los suyos se la tuvieron que jugar tras el duro revés sufrido en forma de goles. Fue el momento de Asier, que detuvo todas las ocasiones en las que tuvo que intervenir. El meta mantuvo el 3-4 y certificó el triunfo visitante "in extremis". Tres puntos que aseguran que Magna Navarra juegue el playoff por el título, y hace que Ríos Renovables, que pudo lograr la clasificación de haber ganado, se la tenga que jugar en la última jornada en Jumilla ante Montesinos.