Hospital de Llevant Manacor y Colegio Arenas Gáldar jugaban el penúltimo choque de la temporada con motivaciones totalmente opuestas. Los locales a pesar de su gran final de temporada,  llevaban ya semanas sin ninguna opción de poder entrar en los playoffs y a la vez completamente salvado, por lo que la escuadra mallorquina se movía por una zona tranquila en la que la única ambición era confirmar las buenas sensaciones que ha dejado el equipo de Tomás de Dios en la segunda vuelta.

Sin embargo, el partido era de vida o muerte para los visitantes. La escuadra canaria, que tenía hace unos meses la salvación casi imposible, veía como todavía le quedaba un rayo de esperanza para mantenerse en la máxima categoría del fútbol sala español. Para ello, sólo tenía que ganar el choque ante el Manacor, y en la última jornada se enfrentaría a su único rival por la permanencia, el Umacón Zaragoza, al que con una victoria enviaría a Segunda División.

Dominio sin premio

Con eso en la cabeza, los grancanarios saltaron a la cancha con mucha intensidad en sus acciones. Sabían lo que se jugaban e intentaron dejarse todo en el campo. La posesión poco a poco empezaba a ponerse de cara visitante, y con pocos toques buscaban llegar a la portería de Carlos Barrón. No obstante, los locales fueron mucho más efectivos y comenzaron adelantándose en el marcador por medio de Toni Terrón, que aprovechó un error de la defensa para marcharse sólo ante Igor y no perdonar.

El gol de los baleares no supuso un cambio de estrategia en el banquillo de Suso Méndez, y el partido siguió transcurriendo por el mismo cauce. Esta vez sí le iba a funcionar a los canarios, que empatarían la contienda con un gol de gran belleza de Marc Areny, que definió con una bonita vaselina ante la salida de Carlos Barrón.

Estábamos ante los mejores minutos de los colegiales, que condenaron caros sus errores de cara a portería y sobre todo, en defensa. Un nuevo fallo imperdonable dejaba sólo a Alejandro Vega, que batía por debajo de las piernas a Igor en la salida del cancerbero. Los manacories volvían a cobrar ventaja en el marcador en un partido en el que se tomaron el choque de manera relajada, ya sin presión, y gracias a eso le fueron saliendo las cosas en el aspecto ofensivo.

Manacor aprovecha los regalos

Tras el paso por vestuarios, el dominio visitante seguía en Son Moix. Los jugadores dirigidos por Sus Méndez llegaron a tener varias ocasiones muy claras, una de ellas a puerta vacía, dando mucha facilidad a su rival, que no desperdició los regalos y empezó a poner ventaja en el luminoso.  Chicho hacía el tercero en minuto 24, poniendo a machada mucho más difícil. Los grancanarios buscaron la desesperada con el portero-jugador, y les empezó a salir bien con el tanto de Campoy, que daba vida a los suyos.

En el ecuador de la segunda mitad, la igualdad no podía ser máxima. El pichichi balear, Bruno Taffy, ponía el 4-2, pero instantes después, Carlos Alberto volvía a poner a su equipo a uno. La afición vibraba con un partido de infarto, y llevó a los suyos en volandas para acabar de rematar el partido. A cuatro de final, y con las espaldas por todo lo alto, Vega y Joselito se encargaron de marcar dos goles que suponían la sentencia para los canarios, que vieron como el dominio del balón no les sirvió de mucho para lograr su objetivo.

El partido agonizaba como las opciones de Gáldar de conseguir la ansiada salvación. Hasta el final, se pudieron ver dos goles más: el segundo de Bruno Taffy en su  cuenta particular y el del honor para Campoy, que cerraba esta etapa del Colegios Gáldar Gran Canaria , que a pesar de las dificultades y de estar casi sentenciado desde muy temprano, no dejó de luchar hasta casi el final. 

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