Los de Óscar García dieron una clase magistral de efectividad frente al arco rival, no así el cuadro local. El Uruguay Tenerife gozó de un sinfín de oportunidades que rindieron cuentas de la justicia del resultado. Pese a sufrir más de lo merecido, la victoria se quedó en casa. Los locales consiguieron el único resultado factible, ganar, para en efecto, alargar la promoción hasta el próximo domingo

Primera mitad: Uruguay negado, Elche efectivo

Excepcional ambiente en los compases precedentes. Un graderío volcado en la coyuntura circundante recibió al Uruguay Tenerife con un mosaico de estampa blanquiazul. La primera parte gozó de dos claros periodos. Los diez minutos incipientes dieron cuenta de la motivación con la que salían los efectivos de Francis Arocas. Las primeras ocasiones vinieron a cargo de Ayose y Carlos Corvo. Dos disparos dirigidos a la diestra del cancerbero, el primero cerca de la madera y el segundo estampado en el poste. Fueron esas primeras acometidas las que rompieron la cinta defensiva y a la postre darían pie a un sinfín de oportunidades tinerfeñistas. La posesión era azul y del Elche, sólo había noticias cuando la zaga local forzaba un error.

Tras llegar al ecuador de la primera mitad, Carde pudo estrenar a los suyos en cuanto a disparos al arco se refiere; sólo ante Iago Barroso, siendo éste el que atajaría el esférico. Ante la desigualdad implantada sobre el parqué, el tiempo muerto solicitado desde la línea técnica cayó como agua en el desierto. Y sería efectivo. El segundo tramo del primer periodo constó más igualado. El Elche fue incapaz de crear jugadas peligrosas, sin embargo, la falta de acierto insular y el desdén pulverizado entre las filas ilicitanas, resultó en el equilibrio de posesión y de fuerzas.

Una igualdad que acabó haciendo justicia en el marcador. El Uruguay golpearía primero a falta de 2:41 para el final; Víctor Suazo interceptaría el balón en banda izquierda y con mucha potencia trasladaría el esférico desde la madera hasta la escuadra. Previa solicitud tinerfeña de tiempo muerto -viendo el ascenso ofensivo del Elche-, los ilicitanos conseguirían empatar el luminoso a un minuto para la bocina. Asistencia de Juanjo desde la siniestra y disparo de Kiwi a puerta vacía tras el aclarado que el pasador ejerció con el guardameta. El descanso aterrizaría en el pabellón con un empate que se celebraba más en Valencia que en Tenerife.

Segunda mitad: carrusel de goles 

Otra historia habría que narrar del segundo periodo. El Elche había recibido como una bocanada de oxígeno ese empate que, a pesar de las ocasiones encajadas, pudieron conseguir. Kiwi le daría el segundo disgusto de la noche al respetable chicharrero. En el minuto 22, un error defensivo del Uruguay permitiría al peninsular postularse frente a Iago Barro y esquivando su figura, adelantarse en el marcador.

Apenas un minuto después, en el 23 del encuentro, la distancia entre canarios y valencianos se agrandaría. El Elche no dio tiempo de reacción al cuadro de Francis Arocas antes de que implantara el tercer tanto en el luminoso. Manu cruzaría el esférico al segundo palo del arquero y merced de su sorpresa silenciaría las 4 500 almas congregadas entonces.

Incansables. De esa forma había saltado a la cancha el cuadro visitante. Hasta ese momento las acometidas valencianas podían contarse por aciertos. Una dinámica negativa que sería ahondada por sus adversarios previa obtención del cuero; por primera vez desde que el encuentro comenzara, el esférico se teñiría de color ilicitano. La única preocupación que por aquel tramo existía en la técnica valenciana era el cupo de faltas. Hasta el minuto 35 el cuadro de Oscar García mantendría cuatro frente a las inexistentes tinerfeñistas. Una coyuntura que condicionaría el juego del Elche ante la quimera de los dobles penaltis en el horizonte.

Minutos de locura

Eternos eran los minutos que sopesaba el Uruguay con más pena que gloria. Racha negativa que recortó Carlos Covo en el minuto 31. Un gol que sería marcado sin ángulo desde el prisma zurdo y rozando la magia acabaría cruzando de palo a palo hasta el fondo de las mallas. El Uruguay volvería entonces a manejar el encuentro. La tensión vivida en el pabellón resultaría en una arenga final del respetable que se demostraría sobre el parqué. El Elche surcaba sus minutos más duros y visiblemente tocado aguantaba las acometidas insulares.

Poco después del recorte de distancias, el Uruguay volvió a dar un golpe sobre la mesa. Cuando corría el 35 en el luminoso, Kike Barroso aprovechaba un magnifico pase de Pedro Toro desde la medular, para golear. Alegría que apenas duraría dos minutos. Acto seguido, Pitu adelantaría al Elche en el 38’ a puerta vacía previo error defensivo del Uruguay. Error que sería subsanado en ese mismo tramo del encuentro con gol de Víctor Suazo. Bajo los palos recibió y encajó un balón rechazado por una defensa ilicitana que no pudo mantener la victoria en el bolsillo. En ese momento, a pesar de que aún no eran conscientes, los de Óscar García firmarían su capitulación.

Último minuto de partido. Carpintero Pedraza señala un penalti de Juanjo tras derribar a Carlos Corvo. El propio local dispara desde el punto sagrado. La afición entra en éxtasis total. El gol del Uruguay cae como un jarro de agua fría entre las filas valencianas. La bocina resuena y en ese instante la promoción vuelve a emplazar a sendos cuadros al próximo domingo. La victoria se quedó justamente en Santa Cruz de Tenerife.