La segunda jornada de la Primera División de la LNFS cerraba su turno de partidos con uno muy especial. A pesar de que sólo nos encontremos en la segunda ronda de la competición, el fútbol sala nacional se disponía a vivir uno de sus encuentros más intensos en el derbi regional navarro entre Aspil-Vidal Ribera Navarra y Magna Navarra. El duelo tuvo todo lo que se le pide a un partido de estas características y no decepcionó a nadie, salvo a los visitantes, derrotados en el último minuto.

Un gol de Andresito, cuando José Lucas Mena “Pato” ordenó quemar todas sus naves para vencer el partido introduciendo a Rubí como portero jugador, dio los tres primeros puntos al conjunto ribero, que todavía tuvo que cerrarse atrás para defender su ventaja en los últimos veintitrés segundos. El ala cordobés aprovechó la superioridad en ataque a la primera oportunidad para batir a Asier y conseguir el triunfo para su equipo.

Antes del gol decisivo, sucedieron muchas cosas en el Ciudad de Tudela, que registraba un gran ambiente para vivir un nuevo duelo entre grandes rivales. Desde el primer minuto se notó el enorme respeto mutuo que mantienen una entidad con la otra, y eso se notó desde el inicio del partido. Los locales comenzaron llevando la iniciativa ante el equipo de Imanol Arregui, bien pertrechado para tratar de sufrir lo menos posible en esa fase del partido.

Hamza, mediado el primer tiempo, abría el marcador en una buena jugada de saque de banda en la que el aclarado local permitió un golpeo limpio de rivales al ex de Santiago Futsal. El partido, con constantes faltas e interrupciones, también dejaba  bastantes oportunidades de gol en ese tramo intermedio, hasta que ambos equipos llegaron a la quinta falta cuando restaban más de dos minutos para terminar el primer tiempo.

Mientras que Aspil-Vidal Ribera Navarra se lamentaba de haber dispuesto de dos lanzamientos desde los diez metros para ampliar su diferencia, el que sí aprovechaba el doble penalti era Carlitos, que empataba el partido al filo del descanso para Magna Navarra. La tensión, el alto ritmo de juego, y la dura pugna por los tres puntos mantenía las espadas en todo lo alto.

Andresito pone la rúbrica a un derbi azulón

El guión del inicio del primer periodo se volvía a repetir, con los riberos llevando el peso del partido y teniendo las mejores opciones para hacer gol. De hecho, a los cuatro minutos de la reanudación, era Joselito el que conseguía anotar el 2-1 para los locales en un mano a mano al borde del área pamplonica, donde fintó a la izquierda para conseguir espacio para disparar y superar a Asier con su disparo.

La locura se adueñó del ritmo del partido. Las ocasiones iban y venían de un área a otro sin ningún tipo de control, con un ritmo frenético y endiablado que nadie quería parar, ni siquiera desde los banquillos. Expuestos a recibir gol en cada oportunidad, esta vez la moneda cayó del lado visitante. Marc Tolrá, en un disparo a ocho metros de distancia, superaba a Molina, que no llegaba a despejar con el pie y empataba el partido en el minuto 33.

En ese momento, si interesó la pausa y la calma. Los dos equipos se dieron cuenta de lo mucho que se estaban jugando, y con la igualdad en las fuerzas y el marcador, nadie quiso exponer en demasía lo que había conseguido hasta ese momento. Sobre todo Ribera Navarra, que ya experimentó con una derrota similar la temporada pasada ante el mismo rival. Roger, con un disparo cruzado en exceso, y Carlitos, al palo, tuvieron las mejores ocasiones.

Todo estaba por decidir. Y con Joselito y Roger cargando de faltas al equipo visitante, llegó el momento de Andresito. En una buena jugada de saque de banda con Rubí como quinto hombre, el ala llegó al segundo palo para rematar con la izquierda y hacer el tercer y definitivo tanto de su equipo con el que sellaba la victoria. Quedaban veintitrés segundos, Arregui se la jugó colocando el portero-jugador, pero no le salió bien. Los puntos y el triunfo se quedaban en Tudela.