Quien dice "coco" lo dice, en este caso, por dos motivos con un punto en común: tanto Marfil como Jaén son dos buenas plantillas, al menos, por lo mostrado en este inicio liguero. Lo de "coco" puede identificarse por dos ramas. La primera, evidente, señala al favoritismo que los catalanes tienen sobre el resto de las plantillas medias, es decir, las que van más allá de los tres grandes. El curso pasado ya demostraron vencer con suficiencia y acumular un monte de puntos importante para no pasar apuros y ser cabeza de serie en los playoffs por el título. En la otra orilla, se encuentra el otro "coco", el de los nuevos, que crece a cada jornada por el rápido acople de las nuevas caras (aun sin la inclusión de Borja Blanco) y el impulso que han adquirido. Jaén Paraíso Interior está llamado a ser el incordio de quien se precie.

Lo de Marfil va para monumento. El decano del fútbol sala español ha cosechado dos victorias en las dos primeras citas: 7-3 ante Azkar Lugo y 2-5 ante Uruguay Tenerife. Esto, lo que quiere decir, es que los de Santa Coloma siguen siendo una máquina de hacer goles, especialmente, Dani Salgado, al que su lesión en el tendón de Aquiles no le ha impedido cumplir un año natural como Pichichi de la Liga. Actualmente, el pívot, que no desaprovecha ninguna oportunidad para perforar metas, acumula cinco tantos, al igual que Jordi Lledó, Rafael y Sergio Lozano —todos ellos, con uno o dos partidos más—. Es la principal amenaza en ataque.

Que no la única, pues Xavi Passarrius cuenta con más armas para destrozar porterías. A las que ya estaban, como son Sepe, Eric Martel (duda por molestias en el adductor), Adolfo (jugador revelación de la pasada campaña) o Segura, se les une el olfato de Charlie, que en la pasada campaña anotó 18 goles. Acabar con la portería a cero contra Marfil es como encontrar pepitas de oro en un río: casi nunca sucede. Atrás se unen Rubén y el saque en largo del portero Dídac, un recurso que ya, en la temporada pasada, dio frutos frente a rivales de renombre, como el FC Barcelona.

En Jaén están entusiasmados con su equipo. No suman todos los puntos posibles, pero el rasero de la ilusión está desbordante. Más allá de la primera victoria, a domicilio, frente a D-Link Zaragoza (1-5), lo que ha catapultado las ambiciones de la afición andaluza es el empate conseguido ante el supercampeón ElPozo Murcia (0-0). Inesperado tanto para los seguidores como para los propios técnicos, que suelen contar este tipo de partidos como una derrota prácticamente asegurada.

En este inicio liguero, están destacando los fichajes de Chino y Cuco, que añaden velocidad, remate y experiencia, respectivamente. Dani Rodríguez ha hallado la fórmula para conjugar una plantilla remodelada por completo, en la que Fabián y José López convierten sus años en razones para pelear y ganar. Emilio, con dos goles, sigue teniendo la pólvora arriba, además del sello autóctono jiennense. El pívot vuelve al pabellón donde debutó en Primera División, aunque el recuerdo guarde más sinsabores que éxitos. Eloy Rojas o Jordi Campoy añaden frescura y habilidad al plantel, que sueña con salir invicto del Jacint Verdaguer.

La campaña pasada fue así, pues sonsacaron un punto de Santa Coloma (2-2) y les arrancaron los tres puntos en La Salobreja (6-3), por lo que las experiencias, por ahora, no son muy traumáticas. Esperan repetir, al menos, la hazaña, en una pista donde, la temporada pasada, los de Passarrius ganaron la mitad de lo que jugaron. Difícil empresa.

Dani Rodríguez dejó fuera de la convocatoria a Javi Viedma, Borja Blanco, Ginés y Víctor Montes. El resto, con las altas de Gonzalo Ramos y Dani Martín (tras cumplir sanción), estará a sus órdenes. "[Marfil] Estará durante toda la temporada en la parte alta de la tabla clasificatoria y su inicio no es sorpresa para ningún aficionado al fútbol sala", aseguró el entrenador. Por parte de Marfil, la única incógnita es si Martel se recupera de las molestias sufridas.