Ante uno de los rivales más peligrosos de los que hasta entonces han visto frente a su esquema, el Uruguay Tenerife salió derrotado de su quinto encuentro en Primera División. ​ ​

Es interpretable la perspectiva que desde Jaén se tiene sobre el representativo canario. "Un equipo anárquico pero que puede dar la sorpresa" decía uno de los emisarios jiennenses al culminar el choque. Ciertamente hoy no se vio la cara habitual del cuadro insular, de hecho es posible que ésta haya sido la peor. Ello disipa cualquier atisbo de confianza en demasía y subraya la gran labor realizada hasta entonces.

Golpe andaluz 

El encuentro comenzó con dominio alterno. El Uruguay no fue capaz de hacer valer su incipiente capacidad distribuidora expuesta sin embargo en los primeros minutos del partido contra Levante.

Excelente primer tercio del Jaén

Jose López abrió la veda al comienzo del encuentro. Fueron tres los goles que en los primeros lances se pudieron observar en la cancha insular. Como respuesta inmediata, Carlos Corvo empató por mediación de un zapatazo desde el carril zurdo.

A pesar de que incialmente se despejaron las dudas cosechadas tras la avanzadilla peninsular, cuando corría el 17:15, Iago Barro no fue capaz de tapar su palo en la internada de Fabián Robledo desde la zurda. El desempate cayó por su propio peso tras un excelente primer tercio visitante.

Ante la práctica y peligrosa estrategia ofensiva de los aurguitanos, los de Francis Arocas propusieron una necesaria presión en el primer cuarto de la cancha.  Y les resultó. A partir del ecuador del primer periodo el balón no dejó de correr en otro sitio que no fuera el área de Alfonso Prieto.

En la travesía de los últimos compases, tanto Chino, para los andaluces, como Toro, para los canarios, pudieron engrosar los dígitos del luminoso. Sendas acometidas fueron planteadas a partir de dos vis a vis con los guardametas rivales. Parecida jugada, misma definición.

Al término del primer periodo, tras la recomposición estratégica de los andaluces, Jordi Campoy definió una jugada personal, de banda a banda logró cruzar el cuero e implantar el tercero.

Brío sin regalo

Ayose regaló el recorte al principio del segundo capítulo. Un dos contra uno con ventaja tinerfeña acabó en gol gracias a la mejor asistencia posible que dejó a Lolo Suazo con el arco visitante a su merced. A partir de entonces, el Uruguay tuvo que lidiar con la feroz respuesta del Jaén. Francis Arocas partió con una disposición libre de pivote, ello dio control, distribución y creación pero a la postre, poca profundidad.

En el 27’ Dani Martín pudo introducir el cuarto tanto en mallas insulares. Sería gracias a un pase de nivel que saltó las marcas defensivas y que dentro del área pudo aprovechar el ala. Emilio Buendía definió el quinto golpe a partir de un libre directo envenenado desde su despegue. Iago Barro poco pudo hacer.

La falta de intensidad  celeste permitió que el cuadro andaluz dominara

Solo el balón parado pudo solventar, en cierta medida, una situación que parecía abocada al fiasco. En el 31’ Lolo Suazo marcó de libre directo. Sin embargo el sexto peninsular no se haría esperar. Vino a caballo gracias a una jugada de bonitas vestimentas. Jordi Campoy asistió a un Cuco que cruzó el redondo desde la zurda hasta el segundo palo. La falta de intensidad y la previsibilidad celeste permitieron que el brío andaluz dominara.

El juego en superioridad no pudo parar la tormenta que arreciaba en el Municipal de Santa Cruz. Campoy robó una posesión que sin demasiadas ideas merodeaba el área visitante para, con el arco vacío, incluir el séptimo desde su mitad. El físico fue la enésima nota discordante en un encuentro que si bien hizo justicia, no demostró de lo que el Uruguay es capaz. Octavo y noveno llegaron gracias a Chino y a José López.

Lolo Suazo pudo maquillar débilmente el marcador cuando se llegaba al final de la contienda.