Los granizos que caían del cielo jiennense alrededor de las 18 horas de la tarde, momento fijado para el inicio del partido entre el Jaén Paraíso Interior y el Uruguay Tenerífe, eran el primer síntoma de que la tarde sería atípica, tanto en el plano deportivo como en el emotivo. La situación del equipo tinerfeño empatiza instantáneamente con cualquier aficionado que tenga un dedo de frente, pues su plantilla, íntegramente perteneciente a la isla canaria, ha recogido un regalo negrusco del que le es imposible sacudirse desde que el plantel empezara a desarmarse por razones extradeportivas. De aquel Uruguay inicial en agosto sólo quedan Pablo, Jacinto y Josué Cancio, y en Jaén únicamente pudo estar presente el primero, por lo que los de Ruymán Cabello llegaron a la península con 11 efectivos —de los que jugaron diez— y una tarde de clima horrendo.

El guión parecía establecido desde el calentamiento. Jaén, en el pabellón de La Salobreja, había conseguido 23 de 30 puntos posibles, siendo el equipo que menos goles encaja cuando actúa de local. En contraposición, a lo largo de la semana, el entrenador insular, Ruymán Cabello, había encarado el resto de la competición con el deseo de seguir aprendiendo de cara a una próxima temporada en Segunda División. Con un escenario tan devastador y desnivelado, el encuentro echaría a correr.

El Jaén Paraíso Interior, acostumbrado a amasar la bola, lo hacía con un mayor dominio, incluso, y tenía la tranquilidad de seguir haciéndolo con la sensación de que por simple inercia los espacios aparecerían. Con confianza se fueron sucediendo las ocasiones y el Uruguay se defendía con una defensa zonal tibia y despistada en la recuperación. A menudo se repitió la secuencia de un jugador amarillo robando un balón mientras el celeste apenas tenía conciencia de ostentar la posesión de la pelota. De esta forma, los andaluces se centraban en anotar el primer gol y no desgastarse en exceso. A los cinco minutos, Solano recibiría una bola que guardaría y serviría a Emilio, cuyo disparo lo rechazaría José Luis y este caería a José López, que sin dejarla caer inauguraría el marcador.

Con el primero en fila, acaeció la inevitable ternura visitante. Los jóvenes no son ajenos a lo que suceden y eso pesa en la mente, aunque menos que el paso de jugar en Segunda B a hacerlo en Primera, la principal causa de su desquebrajamiento. Cada acercamiento local podría acabar en peligro. Por ejemplo, una jugada por banda de Emilio desembocó en un pase alto hacia Víctor Montes, que voleó la asistencia para conseguir su primer gol en el campeonato y señalar al cielo. Instantes después, Cuco aprovecharía un fallo en la salida de presión del Uruguay, que tenía al arquero abierto en banda contraria, y anotaría a puerta vacía. Este último gol sintetizó los infortunios que a lo largo de la campaña sufre, por unos motivos u otros, la institución.

Los visitantes apenas podían emprender la marcha hacia Gonzalo Ramos, aunque tuvieron dos claras oportunidades en Pablo y Adri Isaac para anotar el primero en su cuenta. Incluso, el partido se estabilizó durante nueve minutos y el marcador no se movió, ni siquiera cuando Solano fue el encargado de ejecutar un penalti. José Luis evitó que el cordobés celebrara su primer gol como amarillo y fue una de las pocas alegrías de los celestes durante el choque. A continuación, en apenas un minuto, Emilio —por partida doble y de disparos potentes— y Cuco —en el segundo palo a pase de José López— llevarían a su club al descanso con media docena a su favor.

Dani Rodríguez aprovechó para descargar de minutos a los más habituales (Carlinhos, de hecho, fue uno de los descartes en la convocatoria), como José López o Emilio. Otros como Borja Blanco, que necesita coger ritmo y minutos, o Víctor Montes, con pocas oportunidades esta temporada, acumularon mucho tiempo sobre la pista. Eloy Rojas, otro de los hombres importantes para su entrenador, se tomó un descanso en el primer acto, así que contrajo una deuda con la afición, que le espera a cada partido para conocer los trucos de su chistera. En la reanudación, encaró a tres rivales en banda y en un ejercicio de escapismo se desembarazó de todos ellos con una bicicleta para anotar el séptimo de su equipo. El gaditano, con sus últimas actuaciones, ya manda misivas al domicilio de José Venancio López. Por si fuera poco, un minuto después se inventaría una asistencia picuda (y perfecta) para que Víctor Montes definiera a placer, casi sin mover un músculo.

Con la inercia que dan los goles, Jaén Paraíso Interior se gustó y vio cómo Uruguay comenzaba a notar el desgaste de los minutos. Solano, ansioso después de fallar la pena máxima, se atrevió con una vaselina que se escapó por poco, mientras que Dani Martín o Emilio quisieron anotar más goles de tacón, ambos sin suerte, aunque el salmantino sí pudo finalizar con éxito una asistencia de Campoy en el segundo palo. En ese momento, a pesar del abultado marcador en contra, los insulares se estiraron un poco y los disparos de Kevin y Yeray hicieron trabajar a Gonzalo hasta que, a la tercera, Kevin pudo batir al arquero y celebrar su gol. La grada, consciente de los kilómetros y tantos que los jóvenes llevan a sus espaldas, recompensaron el esfuerzo con aplausos de ánimos y buenos deseos.

El partido fue agonizando con dos goles más, hasta el 11-1, de Dani Martín y el triplete de Montes, que culminó su festín gracias a la generosidad de Emilio en el último pase. Aún restaban 10 minutos y la losa era tan pesada para Uruguay que el aire parecía hormigón. Ambos se dieron una tregua amistosa en el resto del tiempo y vieron conveniente el marcador, a pesar de la expulsión de Yeray. Tras el pitido final, la grada volvió a ovacionar a ambos conjuntos.

De esta forma, el Jaén Paraíso Interior se mantiene en la cuarta posición, con seis puntos de ventaja frente a Palma Futsal y Aspil-Vidal Ribera Navarra, mientras que los tinerfeños son penúltimos con 9 puntos, después de una racha de 12 derrotas consecutivas en la competición liguera.

Los entrenadores valoraron el encuentro

Dani Rodríguez analizó lo que dio de sí el choque: "Fue un partido contra un equipo que viene muy mermado y que es una pena que tenga que competir en estas condiciones, pero creo que lo importante es que hemos sumado tres puntos, que el equipo se lo ha tomado muy en serio y esa es la nota positiva". En cuanto a la dosificación de los minutos y los descartes, el técnico también habló. "Creo que al final todos trabajan para jugar el fin de semana, pero hemos aprovechado para dar minutos a aquellos que no los tenían. Juanlu también podría a haber entrado en la convocatoria, por ejemplo. Estoy contento por la actitud del equipo y hemos sido lo más respetuosos posibles porque es una pena que los chavales [de Uruguay] se tengan que comer este marrón", declaró.

Respecto a las siguientes semanas, cuando pueden sellar su clasificación a playoffs, dijo: "Veo al equipo muy entero. Recuperamos a Fabián —que incluso puede ir convocado el siguiente partido—, a gente que viene con muchas ganas y, junto con Solano, tengo a 15 jugadores con mucho hambre y espero que sigamos en la misma línea. El calendario se complica ahora más, con dos salidas [a Valencia y a Santiago] que serán complicadas, pero sabemos que vamos a competir en todos los partidos".

Por su parte, Ruymán Cabello también pasó por rueda de prensa: "El resultado lo refleja todo. La distancia entre Jaén y nosotros es abismal a día de hoy. Felicitar a Jaén por la temporada que están haciendo y desearle suerte porque es un club que lleva trabajando varios años. Al final, el trabajo tiene sus frutos y se ve reflejado en la competición. No es sólo un trabajo de equipo, sino institucional. Para nosotros, es un orgullo haber estado aquí y hemos intentado competir decente. Somos realistas y ahora mismo estamos muy lejos de poder competir en Primera División".

La situación del equipo sigue siendo de incertidumbre desde que se conocieran las incidencias legales: "Tenemos claro desde Navidades por todo lo que ha sucedido que nuestro principal objetivo es acabar la temporada. Sobre todo, sanear el club, resolver los problemas judiciales y que podamos tener un futuro. Lo segundo, es creer en un proyecto para que todo lo que estamos trabajando, a pesar de que los resultados no se ven. Saltar de Segunda B a Primera es un paso muy grande y la verdad es que no le puedo reprochar nada a los jugadores. Tenemos que seguir trabajando y que la próxima temporada, en Segunda División, podamos competir. Nosotros animamos a la junta directiva de la misma forma que peleamos en la cancha. Como deportistas, tenemos nuestro orgullo y deseamos que nuestro esfuerzo no sea en valde. Nosotros mejoramos, pero nuestros pasos son pequeños e internamente evaluamos nuestro proceso y vemos que mejoramos".