El partido de la jornada en la LNFS tiene tanta repercusión que hasta contagia el clima que se respira en los instantes previos. El sol dejó el cielo despejado para que nada chirriara para el encuentro que enfrentaría al Jaén Paraíso Interior, cuarto clasificado de la competición, y al Inter Movistar, líder de la misma. El escenario era idóneo. Tras las dos horas de partido, los madrileños bajaron un escalón merced al empate que su rival le propinó a falta de siete décimas para el final. Andalucía engulló el liderato del Inter Movistar y realzó la moral de su primer representante para la Copa de España, que la semana que viene da comienzo en Ciudad Real.

Una vez los equipos estaban dispuestos antes de que rodara el balón, llamaba la atención la presencia de dos cierres (José López y Carlinhos) y un pívot corpulento (Solano) en el quinteto titular jiennense. Tal despliegue centraba su atención en Cardinal, el pívot portugués que atrae miradas por motivos tan obvios como impredecibles son sus maniobras, dada su infinidad de recursos para el juego de espalda, pero también para facilitar la llegada por banda de los alas. A él acudieron los primeros balones de los interistas, que alguna vez estuvo contenido por Solano y, otras, por Carlinhos, dependiendo de la zona de recepción. Los primeros minutos, como es frecuente en el pabellón jiennense, muestran a un visitante más acoplado a la pista. Se desconoce si existe algún sistema de aspersión que enturbia las facultades de los locales, pero suele ocurrir que los foráneos se encuentran más cómodos al inicio. Dani Rodríguez, además, rompió con lo habitual y utilizó rotaciones muy cortas para evitar el sosiego inicial. Rafael, con un larguero, o el propio Cardinal tuvieron algunas oportunidades al principio.

Ante la inestabilidad expuesta, Dani Rodríguez dio entrada a Fabian, hombre de confianza del equilibrio. Con él, Inter seguía con la posesión de la pelota, aunque con el transcurso de los minutos fue cambiando la situación, como un degradado de negro a azul oscuro, hacia el lado local, que gozó de una notable racha de oportunidades consecutivas: Chino o José López se acercaron a Jesús Herrero en un par de ocasiones cada uno, e incluso Carlinhos se encontró con el palo en un disparo que desvió el meta. Inter no sentía ardor en la salida de balón, como si su piel fuera hermética al ambiente hostil, pero sufría en las acciones a balón parado, donde los andaluces disponen de armas de destrucción "aprendidas". No obstante, el vigente campeón liguero no se encontraba cómodo, pues ni Ricardinho ni Daniel tenían el visor despejado para ordenar el juego. Fue entonces cuando Rafael, apoyándose en Cardinal, se erigió como el activo más versátil en los madrileños. El brasileño sería capaz de hacerse amigo de las alarmas y robar en domicilios, dado su sigilo para rajar defensas. A punto estuvo de superar a Prieto con una vaselina deliciosa en uno de los tres mano a mano que desbarataría el arquero en la primera parte.

Jaén tenía su talón de Aquiles en el marcaje durante las transiciones defensivas. Corría hacia atrás y sufría cuando Pazos, Rivillos o Rafael ganaban espacio en los balones largos de Jesús Herrero, que a veces hacía de cierre por su excelente anticipación en el juego directo de Jaén. Hubo una ocasión, sin precedente en la comedia, en la que Herrero arrebató el balón en una de sus recuperaciones, recorrió la banda hasta el área rival y decidió pasar con nula efectividad, lo que le obligó a intervenir con la cabeza ante el empeño de los jiennenses en anotar con un balón aéreo. En apenas diez segundos, desarrolló un cursillo acelerado de Benny Hill. Los andaluces, que tampoco encontraban una elaboración fluida, veían en Emilio Buendía su oportunidad para coger oxígeno y asentarse. El pívot contribuyó con una entrada por detrás a Pola a que el ambiente se caldeara y la intensidad, que ya era alta, llegara a las nubes.

En esa lucha de poder, ningún equipo miró la clasificación. Se trataba de un duelo personal, sin matices, en el que cada uno exponía su potencial tal y como es. Sin especulaciones. De ahí se obtuvo un precioso juego de vaivenes para el espectador, con múltiples ocasiones para ambos conjuntos. Cardinal, por ejemplo, fue autor de un autopase en banda y una posterior dejada al segundo palo para que Pola, sin oposición, estrellara el balón en Prieto. Dani Martín, en el otro extremo, desactivó un regate de Ricardinho y se lanzó con rebufo hacia Jesús Herrero, que también le paró los pies. Daniel o Rivillos no dejaron a Prieto caer en la quietud y le obligaron a esforzarse para evitar el gol visitante. El regusto al descanso, a pesar de la sequía de tantos, evidenció una emoción de primer nivel entre ambos.

Después del descanso, Inter Movistar, en vistas de que podía bajar del primer puesto de la Liga, impuso mayor movilidad en los suyos. La salida de balón iba precedida de constantes permutas hasta que hubiera opción de pase. Ricardinho y Rafael, por dos veces, dieron el primer aviso de que los madrileños estaban cerca del gol, como el preámbulo de un libro de Stephen King, en el que ya huele a sangre antes de pasar página. Así fue. Apareció la conexión portuguesa para avivar al Inter. Ricardinho, en propio campo, filtró un pase raso hacia Cardinal de 20 metros en el que el pívot parecía venirse abajo, como en una detonación de edificios, pero en la que se incorporó de nuevo para regatear a Prieto, primero, y marcar sin apenas ángulo, después, para conseguir el primer gol del partido. A los tres minutos, Campoy perdió otra bola en portería contraria y posibilitó el contraataque de Inter y la posterior definición impecable de Rivillos por alto. "El gol se paga" era el pensamiento que sobrevolaba La Salobreja, más cuando hacía unos instantes Emilio había estrellado un balón en la madera tras una buena maniobra de reverso.

El desánimo y el "otra vez igual" ya tenían su asiento en el pabellón. A Inter no le importó la renta y continuaba con una presión a toda pista para inhabilitar la reacción local. Lo consiguió hasta que Jaén, en una pared entre Dani Martín y Cuco, acabó con el madrileño en el suelo tras un empujón, lo que desembocó en un penalti que transformó el propio Cuco y encendió a la grada. Esa acción permitió a los andaluces volver a encontrar el botón de "ON" cuando tenían los plomos escondidos y sí que dieron entonces síntomas de confianza en la remontada. A continuación, el encuentro pasó a un "período de expectación" en el que Jaén lavó su cara y recordó al juego elaborativo del resto de la temporada e Inter Movistar amasó la bola y evidenció que su comportamiento no se rige por arrebatos emocionales. Sin embargo, la distancia entre ambos era tan escasa que en cualquier momento podría producirse un vuelco de emociones. A pesar de que Rafael y Pola, omnipresentes, gozaron de ciertas posiciones favorables, no encontraron un objetivo que sí halló Carlinhos a falta de cuatro minutos para el final, cuando recogió el rechazo al palo de un disparo de Fabián y puso las tablas con cierta fortuna.

Con la emoción de un escenario indescifrable, no sabía uno qué podía esperarse en un galimatías que se había convertido el encuentro. Poco margen para maniobrar y gestionar los sentimientos. Jaén Paraíso Interior defendía con más de 1.000 personas, pero Inter se mostraba como en el jardín de casa, aunque no contó con que, a poco más de dos minutos para el final, tuviera cinco faltas. Aquello le contuvo bastante, sobre todo, porque José López, con zapatillas de correcaminos, salió disparao a la contra y a punto estuvo de poner a su equipo por delante. Cuando quedaban 90 segundos, Ricardinho se enfundó la camiseta de portero-jugador y se puso manos a la obra. Una oportunidad de fogueo precedió al gol de Rafael, que encontró una pelota en un barullo y la metió dentro, como no podía ser de otra forma.

43 segundos en el marcador y otra vez el "otra vez".

Rápidamente, Cuco se puso la zamarra rosa y casi con el impulso de la desesperación armaron la jugada. El destino vio conveniente que la última acción (o eso se creía) del partido naciera de un saque de banda en campo interista. El disparo con fe propio de estos instantes rebotó en la mano de Rafael antes de caer al suelo. En estas situaciones, la única voluntariedad que se escenifica es la del árbitro, que señaló, por segunda vez, pena máxima a favor de los locales. Con siete décimas de margen, Emilio anotó su 21º gol en el torneo y selló la remontada amarilla. El tiempo que quedaba apenas ocupó un suspiro.

De esta forma, Jaén Paraíso Interior llega a la Copa de España en cuarta posición, clasificado para los playoffs por el título y con la moral alta, dada la motivación que desempeñaron frente a Inter Movistar. Los madrileños perdieron el liderato en una de las canchas más difíciles del campeonato y siembra alguna duda de su rendimiento antes de la cita de Ciudad Real.

Los técnicos hablaron del partido

El técnico visitante, Jesús Velasco, valoró el empate: "Creo que ha habido dos tiempos bien marcados. El primero ha sido más del Jaén y el segundo, nuestro. Nos ha faltado intensidad, tanto en el aspecto defensivo como en el ofensivo y creo que ellos han hecho una defensa agresiva que nos ha complicado mucho la salida de balón. Hemos sufrido y nos ha faltado determinación a la hora de apretar la salida de Jaén. En el segundo tiempo hemos entrado mejor, mucho más dinámicos, y ahí les hemos dificultado más la defensa. Creo que esas han sido las claves. A partir de ahí, detalles y episodios en los que no hemos sido capaces de matar el partido. Jaén ha creído en ello y al final han conseguido empatarlo. Nuestro objetivo era ganar, pero hay que seguir adelante".

No cree, sin embargo, que este traspié les afecte negativamente en la Copa de España: "Esto es deporte, no hay problema. Nosotros sabemos cuáles son nuestras cualidades y nuestros defectos. Seguramente hoy tenemos que lamentarnos porque hemos regaladao 20 minutos de los 40, más o menos. Llegar a la Copa primero es mejor que llegar segundo, pero vamos a ir con la misma ilusión y quizá algo más enrabietados. Vamos a intentar sacar el aspecto positivo de esto. Todo el mundo compite y hay muy buenos equipos en esta Liga".

Dani Rodríguez, el entrenador del Jaén Paraíso Interior, también analizó lo sucedido: "Fue un partido igualado, donde ambos equipos hemos tenido ocasiones, lástima que hasta última hora no hayamos empatado. Es complicado remontarle un 0-2 en contra a Inter y creo que la diferencia del partido es la efectividad. Es normal entre sendos equipos, pero el equipo ha sufrido muy bien, con ganas y muy intenso. Una pena que el primer empate haya llegado hasta los últimos cuatro minutos. Luego, el gol en el último segundo es mucha euforia, pero creo que hubiéramos merecido empatar antes o, en alguna jugada, ponernos por delante. En el cómputo global es justo el empate, pero creo que hay jugadas determinadas en el que la situación hubiera cambiado. Hablamos de que se ponen 2-3 por delante gracias a un rebote en nuestro área y de que nosotros hemos tenido tres disparos al palo. Si hubiéramos conseguido un gol en alguno de ellos, creo que el equipo estaba muy entero para ponerle las cosas un poquito más difícil".

En cuanto a las declaraciones de Velasco, en las que dijo que Inter regaló 20 minutos, Rodríguez dijo: "Lo que yo sé es que mi equipo ha estado muy centrado y contra un equipo tan bueno como este, creo que hay que estar al límite y estoy muy contento por eso más que por el punto". Tampoco tuvo la sensación de que el marcador en este partido condicionaría el debut en la Copa: "Independientemente del resultado, el día de la Copa va a ser un partido de empezar de nuevo y que nadie va a poner en duda la capacidad de sufrimiento de este equipo. Es verdad que ir con la moral alta puede venir bien o mal si hay un exceso de confianza. Hoy teníamos 1.000 personas a nuestro favor y, en la Copa, la grada estará repartida. Tenemos que tener cautela porque ya hay un título en juego y ElPozo es ElPozo".

Tampoco le amedrenta la condición de novato en el torneo copero: "No tengo miedo de ser debutante, tengo miedo de que me marquen un gol rápido y de rebote. Eso es lo que temo. La diferencia de los tres grandes y el resto es la efectividad de cara a puerta y estamos hablando de un equipo que tiene mucho gol y que es uno de los principales miedos que tengo. Espero que estemos bien asentados en pista y que no nos pueda en exceso la responsabilidad". Respecto a las dos penas máximas que le señalaron a favor, respondió: "Cuando son penalti, no hay dudas. Si hubiera habido un penalti dudoso, no lo habrían señalado. Creo que ha habido alguna falta más para algún doble penalti. Los penaltis han sido muy claros".