Juan Carlos Guillamón es un hombre de fútbol sala. Pese a que no se dedica a ello a tiempo completo -lo compagina con su trabajo de comercial-, encontró la pasión a este deporte viendo jugar a Paulo Roberto, y cuenta en su palmarés con un ascenso a Segunda B. De la mano del patrocinio de Plásticos Romero desembarcó en Cartagena, y no ha tardado en imponer su idea y hacer de sus dos primeras temporadas un éxito en el que se rozó el ascenso con la yema de los dedos. Cuando habla, expresa firmemente su idea de lo que quiere de su equipo y cómo lo quiere. No duda, no titubea, no se lo piensa. Simplemente lo sabe.

Pregunta: ¿Cómo llega el equipo a este inicio de temporada? Después de una pretemporada con dos victorias en cinco partidos, frente a rivales de diferentes categorías y equipos duros como ElPozo y como Palma.

Respuesta: Sí, hemos elegido rivales potentes. Si hubiéramos elegido enfrentarnos a equipos de Segunda B y Tercera, quizá estaríamos diciendo que hemos ganado todos los partidos y hemos jugado muy bien, pero al final eso no es real. Lo que hemos intentado es equilibrar, empezar muy fuerte y poco a poco ir viendo fallos, corrigiendo cosas y, a partir de ahí, tienes material para mejorar. Está claro que los resultados no han sido muy buenos, pero sí ha habido buenas sensaciones. El equipo ha tenido momentos muy buenos, contra Palma hicimos una primera parte espectacular y nos pusimos por delante 2-0, y contra ElPozo tuvimos 15 minutos muy buenos, aunque luego el equipo se hundió. Contra ElPozo B, nos metieron tres goles en un tramo muy malo, pero en la segunda parte nos rehicimos y fuimos mejores. Definitivamente, las sensaciones han sido buenas.

P: Las cuatro primeras salidas de la temporada son a Narón, Lugo, Zamora y Ferrol, más el desplazamiento de Copa entre medias y otro posible también si se pasa de ronda. ¿Cómo se prepara un inicio de temporada tan difícil, con una cantidad tan grande de kilómetros nada más empezar?

R: Está claro que eso es algo que no se puede manejar. Nosotros tenemos que ir semana a semana, primero el objetivo es ganar en Narón, es el partido válido, el que tenemos que ganar y pensar solo en él. De Narón no sabemos mucho puesto que viene de Segunda B, mientras que los de Segunda sí tenemos vídeos, por lo que no tenemos mucha información. Sabemos que tienen un buen entrenador que estuvo en Azkar Lugo, como es Albes, sabemos que están jugando con gente de allí, pero es un equipo que viene de Segunda B y vamos a jugar en su campo, con su afición, así que si pensamos que vamos a ganar fácil, nos vamos a equivocar, porque van a darlo todo. Si no ponemos más actitud que ellos, el partido se nos va a complicar.

El tema de los kilómetros es una barbaridad, nosotros intentaremos viajar lo más cómodamente posible: por ejemplo, a Narón nos vamos el jueves, llegamos el viernes, entrenamos allí, el sábado descansamos y jugamos por la tarde. Intentamos hacerlo así para los jugadores estén cómodos.

P: Lleva usted en Cartagena dos temporadas en las que el ascenso se ha rozado, se ha tenido muy cerca. Primera temporada contra el Elche en el último partido de la eliminatoria directa, segunda temporada de nuevo ante el Elche en el último partido de temporada regular para entrar en los playoffs. Para esta tercera, han renovado muchos jugadores, pudiéndose así mantener el bloque, y añadiendo jugadores con experiencia en Primera. ¿Es esa la ventaja que se buscaba?

R: La idea es esa. El primer año fue el de la ilusión, mi primera temporada en Segunda, y salía todo de cara. La gente no se lesionaba, el equipo luchaba todos los partidos de principio a fin, en las segundas partes conseguíamos remontar, ganábamos a veces jugando mal. Pero en la segunda temporada empezaron a llegar los problemas, lesiones, jugadores importantes que no están, los jugadores que vienen a lo mejor no acaban de estar a la altura rápidamente, y al final hay un cúmulo de circunstancias por las que el equipo no coge una dinámica buena, es muy irregular, hicimos partidos muy buenos y partidos muy malos.

Y este año vamos a intentar mejorar lo que nos faltaba, que era intentar tener dos quintetos potentes, y lo hemos logrado. Podemos quitar jugadores y que no haya ningún problema. Creo que con esa idea, y si no hay lesiones, podemos conseguir un buen año. Pero no podemos meter presión a los jugadores, porque si ya pensamos que estamos obligados a entrar en playoffs y ascender, al final eso se convierte en una losa que tienen los jugadores y en los momentos de igualdad, esa presión puede hacer que se equivoquen, que tengan errores. Vamos a ver qué pasa, cómo empezamos, y ya veremos dónde estamos.

P: ¿Cuán importante es tener sano a Eli? Porque él estaba muy en forma cuando se lesionó el año pasado, ha estado muchos meses parado, y ahora parece volver a estar bien y puede convertirse en un pívot determinante.

R: Sí, Eli puede ser nuestro mejor fichaje de la temporada. Eli tiene muchas ganas, mucha ilusión, va de menos a más, poco a poco va cogiendo minutos, aunque para estar al 100% creo que le falta alrededor de un mes. Ahora mismo va entrando en la dinámica del equipo, y está claro que cuando él está en pista pasan cosas diferentes. Apenas hay jugadores como él, se gira bastante bien, recibe muy bien de espaldas, va a ser un revulsivo muy bueno y un recurso espectacular para nosotros esta temporada. Esperemos que no se lesione, porque si no lo hace, en un mes vamos a tener al mejor pívot de la categoría.

P: ¿Qué aporta Javi Matía ahora mismo al equipo, con su veteranía?

R: Aporta 50-50 entre vestuario y sobre la pista. En el vestuario, los jugadores le respetan mucho, y él intenta ayudar a los más jóvenes. A nivel del cuerpo técnico, me apoyo en él en cosas, en el tema de la estrategia, le pregunto su opinión. Luego sobre la pista también juega, le ves entrenar y tiene unos registros espectaculares tanto a nivel físico como a nivel técnico-táctico. Tiene mucha experiencia, en los minutos en los que los rivales te presionan y no sabes cómo salir, Javi te da salida de balón. Va a ser un jugador muy importante en minutos muy importantes e intentaremos que juegue el tiempo que él pueda dar. Será clave en minutos de estrategia, portero-jugador y demás.

P: ¿Cartagena está en el grupo de favoritos para ascender?

R: Sí, yo creo que estamos ahí, en el grupo. El problema es que este año hay muchos equipos en ese grupo. Nosotros nos hemos reforzado bien, pero Segovia se ha reforzado bien, Valdepeñas se ha reforzado bien con los jugadores del Brihuega; Gran Canaria quiere ascender y lo ha manifestado públicamente, han fichado a Víctor Cachón, a Ayose, más el equipo que ya tenían. Luego, Hércules ha fichado a dos brasileños como Fabricio y Murillo, a Fran Conde…

Hay una terna de equipos que van a hacer que esta liga sea muy igualada, de las más competitivas de los últimos años, y no creo que vaya a haber un equipo sólido que vaya a ganar todos los partidos y se vaya a escapar en la clasificación. Vamos a estar siete u ocho equipos que nos vamos a jugar meternos en los playoffs, y está claro que Cartagena tiene que estar ahí. Nosotros vamos a ir de menos a más, ahora mismo el equipo va en línea recta pero va lento, a mí me gustaría que tuviera un poco más de chispa ya, un mejor juego, pero alcanzaremos el 100%.

P: ¿Los jugadores creen en esa posibilidad de ascender?

R: Sí, los jugadores saben que hay rivales muy potentes, pero también saben que si dan alcanzan el 100% de su nivel pueden ganar muchos partidos. Va a ser muy difícil que nos ganen en casa, va a ser muy importante sumar todos los puntos. El equipo sabe que si no damos la cara o no hay actitud, vamos a perder. Saben el potencial que hay aquí, saben que es un año muy importante para ellos porque pueden jugar en Primera División, y algunos tienen ya una edad que es ahora o nunca. Saben dónde estamos y que la idea es esa, intentar llegar a los playoffs.

P: Este año tiene a Roberto Sánchez en el banquillo como mano derecha. ¿Qué le aporta a la figura de Juan Carlos Guillamón como entrenador tener a su lado a una persona tan ligada al fútbol sala cartagenero durante tantos años?

R: Cuatro ojos ven más que dos. Hay momentos en que los partidos se complican y en que tanto jugadores como cuerpo técnico se bloquean, y es necesario ese apoyo. Él tiene mucha más experiencia, ha visto mucho fútbol sala desde la grada, y va a ser un apoyo fundamental sobre todo en esos momentos en que el entrenador se bloquea. El año pasado yo me bloqueé muchas veces y no era yo, hacía cosas que yo nunca haría porque hay momentos en que te puede la presión. Tener a un compañero como él te hace tener más confianza.

P: En cuanto al tema de la presión, ¿hay mucha diferencia entre entrenar a Molina y entrenar a Cartagena?

R: Por supuesto. Yo venía de entrenar niños, de formar jugadores que luego se llevaba ElPozo. Nosotros éramos campeones de España de la categoría, y cuando llegaban a edad cadete o juvenil, ElPozo se los llevaba porque nosotros no teníamos un equipo en Primera. Entonces, se iban allí porque sabían que podían jugar en Plata. Ese era mi trabajo. Al llegar aquí, es más complicado porque tienes gente con mucha experiencia y que sabe jugar. Con Molina ascendimos a Segunda B pero no tenía experiencia en Segunda, y aquí te encuentras con jugadores como Javi Matía y Sergio Rivero, que han jugado hasta en Primera. Pero al final he sabido llevarlo, he conseguido que ellos confíen en mí y mediante los entrenamientos, mediante el juego y mediante mi idea, he intentado que ellos se convenzan.

P: Con respecto a eso de la idea, ¿es más fácil para usted cambiar el sistema o los jugadores?

R: Yo tengo una idea de juego, que es ser un equipo dominante y presionar lo más arriba posible para intentar robar el balón lo más cerca de la portería contraria, y esa es una idea que yo nunca voy a cambiar. Es decir, mi defensa tiene que ser alta y que presione mucho. Ahora bien, está claro que depende de los jugadores que tengas, puedes defender de una manera o defender de otra. Con los jugadores que tengo ahora aquí, pienso que mi idea es válida. Pero también soy una persona que si veo que el equipo no reacciona o no llega porque requiere a unos jugadores de mucha resistencia y de mucha potencia anaeróbica para jugar, pues te puedes amoldar un poco a ellos y ser un poco más conservador. Al final, durante la Liga hay momentos en que te das cuenta que el entrenador no siempre tiene la razón, creo que los jugadores son los protagonistas y el entrenador tiene que acoplarse a ellos.

En resumen, todo es ver qué jugadores tienes, y en función de eso jugar con un sistema u otro. Y los jugadores que tengo son válidos para mi idea. Al venir Jesús y Rubén Zamora y quedarse Rahali y Fran, creo que mi idea puede ser mucho más importante este año que en la temporada pasada. Yo antes no podía presionar los 40 minutos, empezaba cinco o seis minutos y después elevaba la intensidad. Es lo que yo busco y es lo que quiero. Ahora hay que hacerlo en la pista, porque los rivales también juegan. Pero la idea es esa, mantener esa intensidad y ese ritmo durante todo el partido.

P: Si tuviera que elegir tres palabras con las que definir a su plantilla, ¿cuáles serían?

R: El equipo tiene ilusión y convencimiento, están convencidos de que, si lo hacen bien, se puede conseguir el objetivo. Y además hay una buena sincronización entre los jugadores y el cuerpo técnico, nos llevamos todos muy bien, hay una buena piña. Hay ilusión y trabajo, y no hay problemas de vestuario. Yo también soy una persona que les gasta bromas, ellos me gastan bromas a mí, no soy estricto, y a veces eso puede ser bueno o puede ser malo. Yo soy uno más de ellos, soy el entrenador, pongo una idea y la desarrollo.

P: ¿Cómo debe ser la relación entre un entrenador y sus jugadores? ¿Dónde debe estar el límite en el que el entrenador tiene que ser entrenador aparte de ser uno más del grupo?

R: Está claro que ese límite hay que ponerlo, ellos saben perfectamente hasta dónde pueden llegar. Cuando las cosas no se hacen bien, el entrenador tiene que estar ahí para decírselo, darles un toque de atención tanto colectiva como individualmente. Ellos saben que si las cosas no se hacen como yo quiero, como se han entrenado, puede haber ese tipo de cosas.

P: ¿Recuerda su mejor y peor momento en el banquillo de Cartagena?

R: El peor fue sin duda el partido contra Antequera, el 4-9, en ese partido lo pasé muy mal, pensé hasta en dejarlo. Era la cuarta o quinta jornada, nosotros estábamos mal, ante nuestra afición perdimos también contra ElPozo B, contra Valdepeñas, que era un partido importantísimo. Se fallaron esos partidos y yo lo sentí mucho, me dolió mucho y a los jugadores también, aparte es que se jugó mal. Y el mejor, cuando se ganó en casa a O Parrulo, que nos dio el pase a los playoffs, no hay nada como clasificarse. También el primer partido contra el Elche en esos playoffs, que hicimos un partidazo. Pero está claro que, en esto del fútbol sala, perder o ganar te cambia la semana entera, la forma de ver las cosas.

P: Si pudiera elegir un equipo a lo largo de la historia del fútbol sala al que haber entrenado, ¿cuál elegiría?

R: Elegiría a ElPozo de Paulo Roberto. Paulo Roberto, Vicentín, Pato… Hacía cosas como las que hace ahora Ricardinho, la gente iba al pabellón a ver a Paulo Roberto, los goles que metía, las jugadas que hacía, y ahí fue cuando todo el mundo se enganchó al fútbol sala en Murcia. Fue la época en la que yo viví el fútbol sala y me gustó mucho.

P: ¿Paulo Roberto es entonces el mejor jugador que ha visto usted jugar al fútbol sala? ¿Mejor que Ricardinho?

R: Paulo Roberto para mí era superior. Antes que Ricardinho, también estaba Matías, que era muy bueno pero se lesionó. 

P: Si pudiera poner una regla en el fútbol sala y quitar otra, ¿cuáles serían?

R: Yo el juego de cinco lo quitaría. O lo dejaría, como mucho, para los últimos tres o cinco minutos. Pero es que hay equipos que lo usan en todo momento, y al final yo eso lo veo como que no tienen muchos recursos. Y pondría la regla que estaba antes de que el portero no pudiera pasar con el saque a campo contrario, así los equipos estarían obligados a presionar más y habría más robos de balón. Al final, con el saque en largo tienes un recurso en el que te quitas el balón de encima cada vez que te presionan, y buscas el saque largo hacia el pívot.