En otros partidos el Jaén Paraíso Interior jugó bien, pero no logró embocar. En otros partidos jugó muy bien, pero no logró puntuar (o lo hizo escasamente). En este partido, que jugó regular, acertó a meter algo más que la "puntita" y a sumar la segunda victoria de la temporada en la competición doméstica. El deporte tiene reservados tantos imprevistos que uno nunca sabe qué ni cómo ocurrirá. Lo que era palpable es que el destino le tenía reservada una recompensa al equipo andaluz, puesto que notar tanto calor en el trasero no era una coyuntura lógica después de diez jornadas.

La necesidad imperaba, no por los objetivos que se esfumaban (la Copa de España sólo la miran los optimistas en Jaén), sino por las sensaciones. Herido en el orgullo, como si hubiera sido objeto de veinte bofetadas repentinas y con los mofletes colorados, el Jaén Paraíso Interior quiso demostrar desde el primer minuto que no se le ha olvidado morder de un año para otro. El inicio fue bastante patente de sus intenciones. Ánimo y ganas ante el colista, con un punto de agresividad necesario para encajonar al rival. Jumilla defendía en zona y los alas amarillos aprovechaban para desbordar. Aquella era una de las diferencias: la intención de marcar la diferencia con el regate. Y Cuco y Eloy Rojas lo consiguieron en varias ocasiones, alguna incluso acabó con una vaselina del madrileño estrellada en la escuadra derecha de Fede. Era otra cara, con éxito en las intercepciones locales y finalizaciones. En una de ellas, Boyis atajó un balón en campo contrario y superó al meta contrario con una leve "picadita".

No obstante, las transiciones defensivas aún suscitan cierto ardor en las butacas. El equipo sufre más de lo habitual, aunque ya se convierta en tradición, en el repliegue hacia el arco propio. Cristian Rubio, en infinidad de oportunidades, y Negro, que se coló entre dos adversarios como si estuviera untado en aceite, protagonizaron alguna que otra escapada hacia Cabezón. Todas sin suerte. No obstante, Juandi, el más experimentado de los murcianos, sí que encontró el hueco para recibir en banda, practicar el reverso ante Campoy y dirigirse hacia el portero ceutí para superarlo impecablemente con un tiro a la escuadra. El ala-pívot catalán se quejó de un golpe a los árbitros, que no señalaron nada. La alegría visitante no duró más de un minuto. Primero Dani Martín avisó a Fede a bocajarro y, poco después, Eloy Rojas enganchó una volea con la pierna izquierda a poco más de diez metros que al meta jumillano se le escurrió antre los brazos.

Para entonces, el Jaén FS ya había llevado el partido a su convenencia y amasado "a su manera", con elaboraciones largas y circulaciones extensas que no siempre acababan con una salida de pelota limpia, aunque ralentizaban el juego. No se podía despistar, pues en cualquier momento los visitantes se montaban en cohete. Bajaban la mirada y proyectaban una línea recta hacia Cabezón gracias a su velocidad y anticipación. Juandi, de hecho, pudo agarrar el empate antes del descanso si no llega a anudar sus piernas cuando le rozó el balón y no había nadie en portería. Solano, a la media vuelta, se encontró con el palo y Boyis, el más activo de los jiennenses tanto en la parcela defensiva como en la atacante, dispuso de hasta tres oportunidades de cierto peligro para aumentar ventaja.

Se llegó al descanso y una curiosidad se percibió en los locales: Dani Rodríguez jugó únicamente con un pívot de referencia (Solano) y sólo durante ocho minutos (Emilio sólo apareció para lanzar una falta). Algo extraño. Además, también utilizó simultáneamente dos cierres durante todo el primer acto. Poco común en el jiennense.

Emilio sí que tuvo más peso tras la reanudación. Por lo pronto, salió de inicio. Al poco tiempo, dio un palo. Lo próximo que hizo fue anotar el 3-1 tras recibir un pase en diagonal y superar a Fede con un toque para después remachar. Con gesto serio, no hizo atisbo de celebración alguno. A la siguiente transición ofensiva, Cabezón sacó en largo para Rojas, que sin dejarla caer se la cedió en el otro costado para la volea —también sin acariciar el parqué— de Emilio, que se encontró con Fede. Rojas es un auténtico espectáculo, el más mágico de los amarillos. No hizo un partido tan vistoso o con tanto peso como en otros encuentros, pero siempre muestra detalles que lo convierten en uno de esos jugadores a los que le quieres depositar la bola, de los que provocan en la butaca un charco de admiración (o semen).

Cabezón intervino poco, pero lo hizo con seguridad, como en la acción en la que Macías se enfrentó a él y le detuvo la bola con el pecho. De pronto, el Jaén se encontró en una coyuntura muy similar a la de meses anteriores, cuando protagonizaba llegadas con asiduidad y controlaba el tempo del encuentro con efectividad. Incluso Murga, que jugaba su tercer partido de Liga, cortaba por el centro y conseguía rematar. Fuera, pero lo conseguía. Hay elegancia en el gaditano a poco que consiga consistencia. Boyis seguía de dulce y con un acaparamiento ofensivo indiscutible. De nuevo, tras varios rechaces, acertó a superar a Fede por segunda vez y llevar tranquilidad a La Salobreja. Restaban trece minutos y lo único que inquietó al publico jiennense fue la quinta falta cometida por su equipo (sería la última).

El devenir del choque vertió confianza en los amarillos, que se gustaron. Murga dejó a Dani Martín solo con un pase diagonal con el exterior precioso (fuera), Cuco provocaba con sus regates un esguince neuronal en sus adversarios (parada de Fede) y Emilio gozó de alguna oportunidad en un mano a mano (sin suerte). Se vieron sonrisas en el pabellón. A ocho minutos del final, Jumilla se vio obligado a utilizar portero-jugador con un omnipresente Cristian Rubio —con juventud y coraje para tirar del carro de su equipo junto con Juandi—. En la primera oportunidad, Juandi embocó y dio alguna ala a los visitantes. Eloy Rojas la volvió a cortar con otra acción imprevisible: Cuco, en saque de banda, envió un balón bombeado al otro costado para que Rojas, con ánimo de volear, amagara el disparo y cediera, gracias a un toque sutil, a José López el gol, quien se encontraba sin pareja de baila en el centro del área. El quinto ya sepultó las esperanzas murcianas, a pesar de los intentos.

No se trató de un partido brillante de ninguno de los dos, pero el escozor jiennense se calmó con unos tres puntos importantes en el cambio de dinámica. Jumilla, en su afán por seguir creciendo, debe sonsacar la competitividad de la primera parte para no desfallecer en el resto de la temporada y no confiar en los robos o las individualidades su futuro próximo.

Los entrenadores analizaron el partido

Gea analizó el encuentro tras la finalicación del mismo: "No creo que haya sido muy vistoso, nosotros no hemos planteado lo que teníamos que hacer. Pienso que al descanso ha estado igualado, hemos tenido ocasiones ambos equipos, dentro de que hemos hecho un juego regular, bajo mi punto de vista. En la segunda parte tenemos que aguantar el resultado ajustado más tiempo y en tres minutos hemos encajado dos goles y eso es dar demasiadas facilidades. Creo que Jaén es justo vencedor y le felicito por la victoria. No ha necesitado hacer demasiado esfuerzo".

También se refirió a la juventud de su equipo y a lo que ello conlleva: "Las imprecisiones es normal en un equipo tan joven como el nuestro. Les falta experiencia. Todos son muy buenos y van a llegar lejos, pero les pedimos que jueguen en Primera División y no es fácil. Lo que ocurre es que caminamos entre luces y sombras y nos desconectamos del partido, como es propio con esa inexperiencia. En Segunda B o Segunda las desconexiones no se pagan tan caras como aquí. Precisamente nos desconectamos en el tramo en el que tenemos que estar lo contrario y nos hacen dos goles para pasar del 2-1 al 4-1 y que se acabe el partido en tres minutos, que son los que tienen que ser los más duros para que tenga preocupado al otro equipo. El desánimo, quieras o no quieras, aparece y es complicado de que salgan de ahí. Estamos a tres puntos de sacar cabeza y seguro que lo sacaremos en una de estas. Hemos tenido para ganar a Palma y a ElPozo y no lo hemos conseguido. Alguna habrá". En cuanto a la posición del equipo, colista, no está excesivamente preocupaco: "El equipo está bien porque hacen todo lo que se les dice que hagan. Ponen ilusión y no se les puede poner un pero. Para mí son unos héroes por jugar en Primera División".

En cuanto al técnico local, Dani Rodríguez, coincidió con su homólogo en que no fue un choque brillante. "En líneas generales, no ha sido bueno del todo, pero había que hacer el partido que había que hacer. Ganar como fuera. A pesar de que podiamos resolver un poquito antes, en una dinámica negativa las dudas surgen porque cualquier jugada se te hace un mundo. Un encuentro que en otros momentos podría no tener ninguna historia y hoy se ha complicado. En los últimos partidos creo que hemos sido superiores al rival y no hemos podido ganar", aseguró. Acusó algún momento de excesiva confianza: "Nos estábamos gustando demasiado y nos olvidábamos de hacer ayudas. Ni alas contrarias ni coberturas en un partido que se puede complicar en cualquier momento".

Por último, analizó la situación de jugar con dos cierres y sin pívots de referencia durante mucho tiempo: "La semana pasada tambén jugamos sin pívots excepto en el tramo final. El equipo se está sintiendo más cómodo y los equipos nos han venido a buscar. Queremos aprovechar esos espacios que nos dejan a la espalda. De que hemos visto que no pasábamos en la primera línea, sacamos los pívots para hundir la defensa. Tiene que ver con la actitud del equipo contrario, si nos vienen a jugar o se encierran en doce metros".