Desde que Juan Carlos Guillamón se hizo cargo del banquillo de Plásticos Romero Cartagena, el equipo ha rondado el ascenso, pero no lo ha terminado de concretar. El primer año cayeron con honor en los playoffs, y después se quedaron fuera de la pelea en la última jornada. Pero si algo caracteriza la filosofía de este club es la capacidad de plantear batalla a cualquier rival, tal y como avalan los números. Y es que casi ningún rival ha logrado sacarle los seis puntos a los portuarios cuando les han recibido en su pista en las dos pasadas temporadas: de hecho, solo tres lo han logrado. Y uno de ellos es Melilla, el rival al que visitarán en la venidera duodécima jornada el próximo fin de semana.

Si hay un recinto que se le ha atragantado al conjunto de la trimilenaria durante las dos últimas campañas, ese es el Javier Imbroda Ortiz de Melilla. En la temporada 2013/14, aunque los locales consiguieron irse con ventaja de dos goles al entretiempo, Rahali y Juanfran equilibraron la balanza en el segundo tiempo. Sin embargo, el esfuerzo físico pasó factura a los cartageneros y acabaron sucumbiendo en el tramo final de encuentro (4-2). Lo mismo les sucedió un año después, cuando se llegó al descanso con 3-1 y tantos de Rivero y Enrique devolvieron la igualada al electrónico. En cambio, su esfuerzo volvió a ser en balde, puesto que tres goles seguidos de los melillenses dejaron los tres puntos en territorio local (6-4). Este sábado dispondrán de una oportunidad de cambiar esa tendencia.

Aparte de la pista norteafricana, hay otros dos pabellones donde los cartageneros no han sumado ningún punto durante el mencionado período: el Esperanza LAG de Elche y el Fernando Argüelles de Antequera. Ambos actualmente acogen fútbol sala de la máxima categoría nacional, una categoría que Cartagena lucha por recuperar para seguir saldando sus cuentas personales. Quién sabe si tendrán la oportunidad de hacerlo el próximo curso. Desde luego, están poniendo todo de su parte para que así sea.

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