La de Diego Ríos Gayoso (Lugo, 1984) es una historia singular. Tras muchos años ligado a las categorías inferiores del equipo de su ciudad, el Azkar Lugo, la directiva le dio la oportunidad de ponerse al frente del banquillo de la primera plantilla a los 27 años, convirtiéndole en el entrenador más joven de toda la Primera División. La decisión la motivó el buen hacer del técnico con el filial lucense en la Segunda B.

Así pues, con menos de tres décadas de vida, Ríos cogió las riendas de un equipo al que le iba a tocar sufrir para salvar la categoría. Y así fue. En una temporada (la 2011/12) con más sombras que luces, el Azkar parecía un claro candidato al descenso, pero el joven entrenador debutante supo salir del atolladero: encadenó una buena racha de resultados -especialmente, a domicilio- y consiguió revertir la situación.

Una de esas victorias a domicilio constituyó una de las páginas más negras de la historia del fútbol sala en Cartagena: él era el entrenador del Azkar Lugo que venció en el Wssell de Guimbarda por 1-3 aquella oscura mañana de abril de 2012 y que certificó el descenso matemático del conjunto portuario a la Segunda División, consiguiendo finalmente salvar a los lucenses no solo del descenso, sino también de la promoción. Se salvaron de la quema con un meritorio tramo final de competición, lo que empezó a dar caché al técnico en su campaña de debut.

Con Diego Ríos al frente, el Lugo salvó la categoría en tres campañas consecutivas. Abandonó la disciplina del club gallego al final de la temporada 2013/14 por los problemas económicos y situaciones de impagos que vivía la entidad, y justo al año siguiente consumaron su descenso a Segunda. Para entonces, él ya se había enrolado en las filas de otro equipo de Galicia, el Cofersa O Parrulo de Ferrol.

Llegar al conjunto ferrolano era un nuevo reto para el técnico, puesto que no contaba con experiencia en la categoría: había estado en Segunda B con el filial del Azkar y en Primera con la primera plantilla. Aún así, logró salvar holgadamente a un equipo que el curso anterior -antes de su llegada- solo había conseguido un punto en 24 jornadas. Además, le llevó a conquistar la Copa Xunta venciendo en la final a todo un Santiago Futsal por 3-7.

El propio Juan Carlos Guillamón, entrenador del Plásticos Romero Cartagena y que mantiene una buena relación personal con Ríos, le ha catalogado como “el mejor entrenador de la categoría”, forma de pensar compartida por otros homólogos y jugadores del fútbol sala nacional. Ahora, a sus casi 32 años, llega este sábado a ‘La Bombonera’ para tratar de enturbiar otra vez el camino de los cartageneros.