Elián Oliva López (Murcia, 1990) es un luchador. El fútbol sala le ha castigado de la peor forma en que puede hacerlo: con dos severas lesiones. Pero con el ánimo de Juan Carlos Guillamón y Roberto Sánchez se ha levantado y se ha vuelto a calzar las botas. Este año por fin está disfrutando, aunque no se obsesiona con el ascenso. Su madre va al pabellón cuando puede y se desespera más que el propio jugador cuando la suerte de cara al gol le es esquiva. Eli quiere lo mejor para su hija, y se siente en deuda con su actual técnico, que es el mismo que ha tenido toda la vida; tanto es así, que rechazó jugar en Primera para quedarse en Cartagena para seguir aprendiendo de él.

Pregunta: ¿Qué hizo que Eli se decantase por jugar al fútbol sala?

Respuesta: Siempre estaba jugando en el colegio con los amigos, y la verdad es que me gustaba, no he sido de estudiar y siempre estaba jugando. Además, tengo una pista al lado de casa y siempre estaba jugando ahí con los amigos. Aparte, mis padres nunca han podido llevarme ni traerme, y entonces con ocho años me cogió Juan Carlos [Guillamón] y ya desde entonces sigo con él, que ha sido el que me ha llevado y me ha recogido. Él se ha encargado prácticamente de mí, ha sido más un padre que otra cosa. Me cogió con ocho años en el Cordillera, me llevó al Vistalegre, luego nos fuimos a Plásticos y luego me trajo aquí. Nada más que seis meses estuve en Tobarra, en Segunda, pero de no ser por él quizá no estaría ni jugando porque mis padres no me podían llevar por temas de trabajo. Él para todos los entrenamientos venía a recogerme a mi casa, me llevaba, me traía, y para los partidos, igual.

P: ¿Cómo es el Juan Carlos Guillamón entrenador?

R: Todo lo que sé se lo debo a él. Me siento muy valorado por Juan Carlos. Al principio me ha costado coger minutos, pero ahora mismo me encuentro al 100%, a tope, y me siento valorado porque estoy jugando de titular los últimos partidos, me está dando bastantes minutos… Llevo toda la vida con él, lo bueno y lo malo me lo ha enseñado él, todo lo que sé más o menos me lo ha enseñado él porque no he tenido nada más que otro entrenador, y solo durante seis meses.

P: Una virtud y un defecto del Eli jugador.

R: Como defecto, que me gusta defender poco. Y una virtud meter goles, pero este año no me están entrando. Hago un buen partido como el del otro día [contra O Parrulo] pero no meto un gol y la gente se queda con eso. No me quitaron la pelota, la aguanté, las ponía de cara, di una asistencia, me giré dos o tres veces bastante bien. Me veo rápido, y me ha costado mucho ponerme en forma. Vengo de una lesión de siete u ocho meses, y yo no iba a jugar más.

P: Has tenido dos lesiones graves que te han tenido dos años casi en blanco. ¿Has pensado alguna vez en colgar las botas?

R: Lo he pensado varias veces, porque yo tengo una niña y esto no da de comer. Yo por las mañanas trabajo, antes tenía un negocio, tenía una bocatería. Para venir a entrenar, tenía que dejar a una persona ahí y al final no me compensaba. Llevo dos años sin jugar, dos lesiones graves que he tenido, y sobre todo esta última. Mi mujer trabaja, no podía llevar a mi hija al colegio, había que llamar a la vecina, tenía que venir a Cartagena a rehabilitación… un desastre. Son lesiones complicadas, si no te recuperas bien, no vuelves a jugar. Se me ha pasado por la cabeza muchas veces dejarlo, sobre todo por mi hija. Económicamente, el fútbol sala es una ruina.

P: ¿Y qué te animó a seguir jugando al fútbol sala?

R: Juan Carlos, Roberto, y las ganas que tengo de hacer un año sin lesionarme.

P: Tuviste ofertas de Primera División, pero al final elegiste quedarte en Cartagena. ¿Por qué?

R: Tuve ofertas económicamente superiores a la de aquí, y estuve a punto de irme. Me ‘whatsappeé’ con Juan Carlos para despedirme, y después de eso, esa noche fui incapaz de dormir. Al día siguiente hablé con Roberto y me quedé.

A mí me llamó Cobeta, del Elche. Y yo me iba a ir, pero luego, a la hora de la verdad, Juan Carlos me tira mucho. Yo le respeto como entrenador, pero le tengo un afecto más allá. Solo me fui a Tobarra seis meses porque creí que debía dar el salto a Segunda. A los seis meses vi que no había dinero en Tobarra y volví con él. Llevo con él toda la vida, y gracias a él estoy aquí. Si yo no hubiera coincidido con él, yo no estaría jugando al fútbol sala, porque ¿quién se iba a encargar de una persona que vive a media hora, llevarle y traerle? Eso lo ha hecho él todos los días, y yo me siento en deuda con él. El Elche era jugar en Primera, pero me quedé aquí.

P: ¿Y te arrepientes de no haber aceptado la oferta del Elche?

R: No me arrepiento, porque este año estoy disfrutando mucho. También pienso que no estaba para jugar en Primera después de la lesión. A lo mejor el año que viene que ya esté al 100%, pero este año no. Eso Cobeta lo sabía y le daba igual. Me dijo ‘tú no te preocupes, que tú empezarás a estar bien en enero’. Me daba mi tiempo. Yo le fui sincero, no sabía si me iba a recuperar bien o no, porque en agosto yo iba cojo. Pero al final, no me arrepiento para nada. Se ve que aquí este año pueden pasar cosas bonitas. Tras dos años aquí lesionado, ascender con Cartagena sería lo más grande que he vivido. El año que viene, si me quieren, me quedo.

P: La palabra “ascenso”, ¿motiva o desconcentra?

R: Motiva, pero tampoco hay que obsesionarse con el ascenso. Hay que ir partido a partido y ya está, porque la gente aquí en Cartagena cree que ya estamos en Primera, y hay que ir todavía a Segovia, luego viene Hércules aquí, cualquier equipo te puede ganar. El equipo en los últimos partidos está regular, el otro día no se jugó bien, pero tenemos la mejor plantilla de la categoría y cuando no aparece uno, aparece otro. Tenemos muchas individualidades. Si el otro día O Parrulo viene con dos jugadores más, nos gana, o si viene un Segovia o un Hércules. A lo mejor con esa gente te motivas de otra manera, y es bonito pensar en el ascenso pero no hay que obsesionarse porque si no es peor. Hay que ir tranquilamente, paso a paso.

P: ¿Qué se aprende compartiendo vestuario con Javi Matía?

R: Se aprenden muchas cosas. A mí siempre está corrigiéndome cosas. Me encanta jugar con él en la pista porque el balón siempre me va al pie, siempre que levanto la cabeza, él me busca y me la manda directa al pie. Con él y con Patricio son de los que más me gusta jugar porque me hinchan a balones. Se aprende mucho por los consejos que te da y la experiencia que ha tenido -que nos está ayudando mucho-.

P: El mejor jugador que tú hayas visto sobre una pista de fútbol sala.

R: Que yo haya visto, Paulo Roberto. Y que yo haya compartido vestuario con él, Sergio Rivero.

P: Un entrenador que te gustaría tener o haber tenido.

R: Juan Francisco Fuentes, porque me han hablado muy bien de él todos los compañeros.

P: Una regla que cambiarías en el fútbol sala.

R: Yo quitaría el portero-jugador, lo dejaría para los últimos cinco minutos. Y pondría hacer los saques de banda con la mano, dejar los córners con el pie, como el fútbol.

P: La afición te ha demostrado su cariño en varias ocasiones. ¿Cómo te hace sentir?

R: Me siento bastante querido. Cuando me he lesionado me han mandado whatsapps, han ido aficionados a verme al Virgen de la Caridad cuando me han operado. Me siento muy querido aquí, me quedo por Juan Carlos y también por la afición, porque aquí son espectaculares. Me siento súper querido, de los más queridos, la afición me quiere un montón.

P: Un sueño que te quede por cumplir en el fútbol sala.

R: Jugar en Primera. Ahora mismo solo quiero ascender. Y luego ya jugar Copa, Playoffs y lo que venga.

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