La magia en Cartagena tiene nombres y apellidos. Sergio Rivero Palomero (Cádiz, 1979) conoce bien la ciudad y el club cuyo escudo defiende actualmente. Estuvo cinco temporadas en la época más boyante de la entidad, pero se marchó para sentir lo que significa ascender a Primera. Lo hizo en dos ocasiones, algo que le convierte en el único jugador de la plantilla que ha conseguido tal hito. Plásticos Romero Cartagena y Hércules San Vicente se enfrentan este sábado con la posibilidad de que los cartageneros asciendan si logran la victoria, lo que sería el tercero para Rivero.

En la temporada 2008/09, el formato de la Segunda División constituía dos grupos de once equipos cada uno que se enfrentaban todos contra todos a doble vuelta. Arcebansa Zamora y Sala 10 Zaragoza empataron a 44 puntos al frente de la tabla clasificatoria en el grupo Norte. Posteriormente, los seis primeros clasificados de cada grupo pasaban a otra fase formada por dos nuevos grupos de seis equipos cada uno, ascendiendo el primer clasificado de cada grupo. Con nueve victorias y una sola derrota en diez encuentros, los zaragozanos sellaron el liderato de su grupo y celebraron el ascenso a División de Honor -la Primera División de nuestros días-.

Uno de los principales baluartes de que Zaragoza volviera a colocar su nombre en la máxima categoría del fútbol sala español fue Sergio. Llegó a un equipo recién descendido y dio su mejor versión para que regresara entre los grandes en una sola temporada. El gaditano marcó 25 goles, solo por detrás de los 31 que sumó Corvo.

Tras el éxito, el técnico Santi Herrero decidió quedarse con Rivero para su proyecto en Primera. De nuevo el ala respondió a la confianza siendo uno de los mejores jugadores del equipo, anotando 13 goles y firmando otra vez ser el segundo máximo goleador del conjunto maño. Ese año, el Sala 10 Zaragoza peleó por mantener la categoría tras una pésima segunda vuelta (11 puntos de 45 posibles) y lo consiguió holgadamente, con diez puntos sobre la zona de descenso. Sin embargo, su buena primera vuelta le permitió estar en la Copa de España, donde les eliminó Inter Movistar en los cuartos de final por un ajustado 4-3.

La campaña 2010/11 fue mejor para el equipo, que se quedó a dos puntos de alcanzar los playoffs por el título, pero no disputó el torneo copero. Sergio aportó diez goles y contó nuevamente con la confianza del entrenador, pero acabó desvinculándose del club al final de esa temporada.

Con mucho fútbol sala aún en sus botas, decidió ser profeta en su Andalucía natal y firmó por el Oxipharma Granada, de Segunda División. Los granadinos quedaron primeros con 59 puntos y lograron en la pista un ascenso que no pudo ser culminado en los despachos debido a la retirada del patrocinador. Rivero había aportado diez goles para intentar que hubiese un representante andaluz en la máxima categoría, algo que finalmente no fue posible.

Tras un año en el extranjero, decidió atender la llamada de Cartagena y sumarse al proyecto de Plásticos Romero en la 2013/14, con el nuevo entrenador Juan Carlos Guillamón a la cabeza. Ahora, con un nuevo ascenso a tiro de piedra, es junto a Rubén Zamora el único integrante de la plantilla cartagenera que sabe lo que es subir a Primera, pero el único que lo sabe dos veces y quiere saberlo una tercera. Porque no hay dos sin tres para Sergio Rivero.