Con dos lesiones graves en los dos últimos años, en la cabeza de Eli rondaba a diario la idea de colgar las botas. El fútbol sala no da para comer, y su hija es lo más importante del mundo para él. Juan Carlos y Roberto le convencieron para seguir. En agosto, a dos semanas de empezar la competición oficial, iba prácticamente cojo, su nivel rondaba el 20% de su capacidad. Aún así, la Primera División le tentó para cambiar de equipo. El '9' dejó a un lado la cuestión económica y decidió no moverse del lado de su 'padre' deportivo.

"Yo me iba a ir, pero luego, a la hora de la verdad, Juan Carlos me tira mucho. Yo le respeto como entrenador, pero le tengo un afecto más allá. Solo me fui a Tobarra seis meses porque creí que debía dar el salto a Segunda. A los seis meses vi que no había dinero en Tobarra y volví con él. Llevo con él toda la vida, y gracias a él estoy aquí. Si yo no hubiera coincidido con él, yo no estaría jugando al fútbol sala, porque ¿quién se iba a encargar de una persona que vive a media hora, llevarle y traerle? Eso lo ha hecho él todos los días, y yo me siento en deuda con él", aseguró el jugador.

Aún así, no se arrepiente de su decisión. Primero, porque ha conseguido ascender junto a sus compañeros y su entrenador. Segundo, porque esta temporada ha tenido la oportunidad de demostrar su calidad y alejar los fantasmas del pasado. La fórmula del éxito de Eli es simple: recibir, girar, golpear, celebrar. Un gran porcentaje de sus goles esta temporada han llegado repitiendo esos pasos que son complicados pero que él sabe hacer sencillos. El mejor pívot de toda la Segunda División ha tirado del carro cartagenero en el tramo final de la campaña, cuando los momentos de más tensión rodeaban al equipo. Doce goles en las seis últimas jornadas -un promedio de dos por encuentro- avalan al ‘9’, que silenció a sus críticos con sublimes actuaciones que permitieron al Plásticos Romero confirmar el ascenso.

El murciano ha salido en el quinteto titular en 13 de los 25 partidos del curso, siendo suplente los doce restantes. Eso significa que ha participado en todos los encuentros de la recién acabada campaña, por lo que las lesiones le han respetado y permitido exhibir su calidad a lo largo del año futsalero. Con veinte goles, Eli ha sido el máximo goleador del equipo este curso. Once de ellos han llegado en ‘La Bombonera’, y nueve como visitante. Sin sus tantos, el Plásticos Romero habría contado con 14 puntos menos en la tabla clasificatoria, cifra que no le hubiera servido ni siquiera para entrar en playoffs. Además, ha inaugurado el marcador en seis ocasiones para deshacer el empate sin goles inicial.

Hay dos momentos clave en la campaña de Eli. Dos partidos en casa, dos brillantes exhibiciones del pívot para grabar y enseñarlas en las escuelas. El hat-trick ante el Betis, con gol incluído en la última décima de segundo del tiempo reglamentario, dio a los portuarios tres puntos fundamentales en su lucha por mantener el puesto de ascenso directo. También apareció en el encuentro decisivo por subir a la máxima categoría, cuando Melilla había conseguido ponerse 1-3 y parecía estropear la fiesta cartagenera: con cuatro goles en la segunda parte, Eli completó un partido perfecto y el ascenso se celebró en el Central esa misma tarde. Pese a llegar a la última jornada sin jugarse nada, dos goles suyos más propiciaron el triunfo de los de Guillamón en El Cagigal de Murcia ante el campeón.

Veinte goles anotados, una única amonestación recibida, cero lesiones sufridas. Además, ha aprendido a conducir la pelota por sí mismo corriendo a lo largo de la pista. Eli lo tiene todo de su parte para que el Cartagena FS le ofrezca la renovación en las próximas semanas. El jugador está dispuesto a seguir un año más -y ya van camino de las dos décadas- junto a Juan Carlos Guillamón, pero a buen seguro que las ofertas no le van a faltar. El desenlace, pronto.

La anécdota de la temporada

El '9' recordó los dos momentos que más le marcaron de esta campaña: “A partir del partido de Canarias, que Enrique se había lesionado y fuimos a jugar ocho jugadores y conseguimos sacar los tres puntos, empecé a pensar que podíamos conseguir el ascenso. Otro momento fue cuando, antes de viajar a Melilla, a Fran se le cayó un tronco en el pie cogiendo leña y no pudo acompañar al equipo al viaje”.

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