Juan Carlos Guillamón, campeón de España en categoría base, no pudo resistir la oferta que le presentó Juan Fernando Romero de dirigir al Cartagena FS cuando el patrocinio de su empresa, Plásticos Romero, desembarcó en la trimilenaria. Dejó a los chavales y cogió a los mayores, con el riesgo que ello conllevaba. Él siempre ha definido el fútbol sala como un hobbie, teniendo su trabajo aparte. En su primera temporada, el equipo alcanzó los playoffs de ascenso y cayó de manera muy ajustada; un año después, las lesiones lastraron sus planes pero aún así llegaron a la última jornada con posibilidades de pelear por ascender. Y a la tercera fue la vencida. El nombre del técnico murciano ya está escrito con letras de oro en la historia del deporte en Cartagena.

Roberto no duda en alabar el trabajo del míster: “Hemos un gran tándem, pero el artífice de esto es él, es el máximo responsable. Es verdad que tenemos una visión muy parecida del fútbol sala, de lo que nos gusta y cómo nos gusta este juego a nivel técnico y táctico, y eso ha hecho todo mucho más fácil. El mérito a nivel deportivo lo tiene Juan Carlos Guillamón, que ha sido el primer entrenador en llevar a este equipo a Primera División”.

Guillamón se lleva el trabajo a casa. Cuando pierde un partido, es incapaz de quitárselo de la cabeza hasta dos o tres días después. Esta campaña ha tenido las piezas necesarias para desarrollar su idea: “Yo tengo una idea de juego, que es ser un equipo dominante y presionar lo más arriba posible para intentar robar el balón lo más cerca de la portería contraria, y esa es una idea que yo nunca voy a cambiar. Es decir, mi defensa tiene que ser alta y que presione mucho. Ahora bien, está claro que depende de los jugadores que tengas, puedes defender de una manera o defender de otra. Con los jugadores que tengo ahora aquí, pienso que mi idea es válida”.

La gestión de la plantilla por su parte ha sido intachable, de manera que el objetivo de jugar los playoffs ha sido ampliamente superado. Su contrato finaliza próximamente, pero el club le ofrecerá una muy merecida renovación. Si se llega a un acuerdo por ambas partes, Juan Carlos Guillamón capitaneará la nave cartagenera en la máxima categoría del fútbol sala español.

Juan Carlos y Roberto, junto al resto del cuerpo técnico. (Foto: Cartagena FS)

Roberto Sánchez, la mano derecha perfecta

Roberto Sánchez tiene alma de entrenador. Tras muchos años viendo los toros desde la barrera, el cartagenero ya adquirió experiencia como segundo de Luis Fonseca en la época de Reale. Con el descenso a Segunda División y la salida de Antonio Mínguez, Roberto dio un paso al frente y se hizo con las riendas del club. Deshizo una entidad endeudada hasta los topes y montó un proyecto deportivo desde cero, un proyecto de club con modelo de cantera y un primer equipo que se ganase en la pista las mieles del éxito.

Le ofrecieron ocupar una plaza en Primera, pero la rechazó. “Las cosas hay que hacerlas bien y cuando llegue el momento. La única forma de volver a Primera es tener una base sólida. Yo creo que primero había que sentar unas bases sólidas de club, y a partir de ahí que el tema deportivo acompañe y poco a poco ir sumando todo, la afición está volviendo a ‘La Bombonera’ y seguro que va a seguir haciéndolo porque hay mucha afición al fútbol sala desde hace muchos años en Primera División”, afirmó.

En el verano de 2015, el gerente decidió pluriemplearse otra vez y bajar al banquillo, a ocupar el lugar al lado de Guillamón. El propio técnico valoraba tener a Roberto tan cerca: “Cuatro ojos ven más que dos. Hay momentos en que los partidos se complican y en que tanto jugadores como cuerpo técnico se bloquean, y es necesario ese apoyo. Él tiene mucha más experiencia, ha visto mucho fútbol sala desde la grada, y va a ser un apoyo fundamental sobre todo en esos momentos en que el entrenador se bloquea. El año pasado yo me bloqueé muchas veces y no era yo, hacía cosas que yo nunca haría porque hay momentos en que te puede la presión. Tener a un compañero como él te hace tener más confianza”.

Clave en el fichaje de Chico y en la renovación Eli -entre otras operaciones-, Roberto es, junto Sonia Campillo (jefa de prensa), el encargado de que la entidad funcione como un reloj en todos los aspectos extradeportivos, fuera de las pistas. Aunque la decisión no es oficial, todo parece indicar que continuará a pie de cancha la próxima temporada, pudiendo repetirse así la dupla que tan bien ha funcionado este año.

El abrazo de Canarias

Si hay un momento que refleja la conexión entre ambos, es el abrazo de Canarias. Era un partido muy complicado, ante uno de los favoritos para el ascenso directo, y al que Cartagena acudía con muchas bajas. Las lesiones de Enrique, Rivero, Dani Blanco, Rubén Zamora habían incrementado la dificultad para traerse los tres puntos de tierras isleñas. Además, aún no había llegado ningún refuerzo invernal. Con ocho jugadores de campo, los naranjas se repusieron al tanto inicial encajado y remontaron a base de tesón y coraje. Fue un golpe encima de la mesa que hizo que los jugadores creyeran definitivamente en sus posibilidades de subir a la máxima categoría. Cuando los colegiados señalaron el final del encuentro, Juan Carlos y Roberto liberaron la tensión con un abrazo. El abrazo de la Primera División.