Cada partido que pasa en esta Champions League refuerza la imagen de igualdad que hay en cuanto al nivel de equipos dispuestos a discutirla. Si esa igualdad ya se ejemplifica desde bien temprano, en fase de grupos, tenemos pedigrí para rato. El Grupo F de la Champions impresionaba en el sorteo y no está decepcionando para nada. Equipos punteros de cuatro de las principales ligas se están batiendo en un duelo que va a dejar a dos contendientes por el camino a Lisboa a las primeras de cambio. Si descontamos al Marsella, al que le quedan ya pocos cartuchos; Arsenal, Borussia Dortmund y Napolés rivalizan con los mismos puntos.

El partido que ha dinamitado el grupo se ha jugado en el Emirates Stadium, donde el Arsenal tenía la oportunidad de darle carpetazo al grupo y sellar prácticamente su pase a octavos para refrendar el inicio triunfal de temporada. El vigente subcampeón de Europa no es poca cosa. De hecho era el invitado perfecto para establecer un diagnóstico en firme de cuál es el estado actual y el potencial del conjunto londinense. Un partido donde había mucho en juego de cara al futuro y que se ha saldado con una victoria en la recta final del conjunto germano, que fue capaz de resistir la acústica del templo londinense merced a un tanto de Lewandowski

Klopp cortocircuita la circulación gunner

Se notaba la relevancia del encuentro desde el minuto 1, cuando el Dortmund decidió que quería llevar la voz cantante del encuentro. Su posicionamiento sobre el tapete fue excelso, lo que le hizo ganar puntos al principio ante un Arsenal que aun había arrancado. Agarraron el cuero los amarillos y sometieron al Arsenal a un hostigamiento, que si bien no llegaba hasta el marco de Szczesny, cortaba todas las vías para que los gunners no salieran de la cueva. Multitud de ayudas, gran escalonamiento de líneas y mucha intensidad le insufló el Dortmund, que olió a sangre cuando Ramsey trató de salir conduciendo en el balcón de su área y Reus estuvo rápido para robar y asistir a Mkhitaryan, que pilló a la defensa descolocada para adelantar a los suyos. Gol para el Dortmund y nuevo escenario para el Arsenal, que si bien llegó tarde al partido, empezó a coger el relevo en el ecuador de la primera parte, pero a base de devanarse los sesos para superar los obstáculos que planteaba Klopp.

Rosicky y Wilshere quedaban ahogados en las bandas, Ramsey, desubicado, Arteta, enjaulado para la salida de balón y Ozil, completamente desaparecido. El que tiró del carro entonces fue Giroud, que fue poco a poco imponiéndose en sus pugnas con los centrales. Y detectó debilidades. A raíz de su insistencia y su avidez, se le presentó al Arsenal la mejor ocasión para empatar el partido. El francés dejó atrás a Subotic, puso el centro y el rechace lo empaló sin pensarlo Rosicky. Grosskreutz estuvo providencial para salvar el tanto sobre la línea. En el fervor creciente del Arsenal llegó la igualada. Una de las pocas veces que el Arsenal logró trenzar de dentro hacia fuera. Sagna lanzó su único buen centro hasta entonces y entre Subotic y Weidenfeller se liaronn para que el más listo de la clase, Giroud, certificase la igualada. Así se fueron al descanso los dos equipos con la medio satisfación de haber dejado su marca. 

El Dortmund se apaga

Tocaba renovar fuerzas y eso le vino bien a los borussers para recomponer su plan inicial, de dominio territorial y presión alta. El partido entró entonces en un terreno pesado, donde ninguno encontró la luz y el ritmo se hizo lento. El Dortmund se acercaba con acciones hasta línea de fondo, pero faltaba la presencia en el área. Lewandowski, que había sido sustancial en el primer tiempo, se fue quedando sin amigos y entre Koscielny y Mertesacker, lo ataron en corto. Así, se empezó a inclinar el terreno de juego hacia la portería de los visitantes. El Arsenal se mostró más dispuesto a irse a por el partido y, sobre todo, con el paso de los minutos estuvo más entero que el Dortmund, que empezó a acusar gravemente el cansancio realizado hasta entonces para ensuciar la fluidez de los de Wenger, que cumplía 64 años.

Klopp decidió actuar e introdujo a Hoffmann y Aubameyang para no decaer en ataque. El que verdaderamente irrumpió con fuerza fue Cazorla, muy activo desde su entrada por un Wilshere tocado en su tobillo. El asturiano fue incisivo en la zona de tres cuartos para dotar de perspectiva al Arsenal, ya con Arteta mucho más acomodado. Ozil se acostó en la derecha para atraer a sus rivales y el Arsenal tuvo sus momentos de gloria. En la mejor jugada colectiva, Cazorla estrelló un disparo sensacional en el larguero. Más acercamientos se producían sobre el marco de Weidenfeller en el que los seguidores se quedaban con la miel en los labios. Llegó el gol, pero este fue anulado por el árbitro por un empujón previo de Koscielny a Hummels.

Zarpazo inesperado de Lewandowski

Parecía amordazado el Dortmund  y, nada más lejos de la realidad, los de Renania del Norte aprovecharon un contraataque marca de la casa al final para dejar helado el Emirates. Aubameyang recibió en ventaja en la medular y contemporizó para la incorporación de Grosskreutz, que lanzó un centro para la llegada en velocidad libre de Lewandowski, culminando el polaco el 1-2 frente a Szczesny. El gol fue una losa definitiva para los locales, que no supieron encajarlo y su impotencia les hizo caer en el juego de dejar correr el reloj del Borussia. El equipo alemán da un golpe sobre la mesa con este triunfo tras el susto inicial en Napolés y demuestra su condición de gigante europeo ganando en una plaza muy cotizada. El grupo se pone patas arriba con el triple empate a seis puntos en un grupo que, seguro, va a dar mucho juego hasta su resolución.