Las 53.000 personas que llenaron el estadio BC Place de Vancouver vieron como su selección se hacía con el billete para cuartos de final en un partido agónico, sin demasiado buen juego pero con la suficiente incertidumbre en el marcador como para estar pegados a sus asientos hasta que la árbitro, la neozelandesa Anna-Marie Keighley, pitó el final del partido.

Canadá y Suiza firmaron un partido muy igualado, tanto que la posesión del encuentro se repartió en un cincuenta por ciento para cada selección. Pero esa igualdad y la responsabilidad de lo que estaba en juego mostraron a dos selecciones timoratas, más preocupadas en defender sus porterías que en buscar el gol en el área rival. Dos tiros a portería por cada equipo en todo el partido hablan bien a las claras de la actitud ofensiva de ambas selecciones.

El primer remate a portería de las locales se estrelló en la cruceta de las helvéticas

Fue Canadá quien de la nada sacó la primera y única ocasión de la primera parte y pudo haber logrado su primer gol. No se podría haber contabilizado ni como ocasión si el centro muy lejano de Bélanger no se hubiera ido envenenando e impactara contra la misma cruceta de la portería defendida por Thalman. Corría el minuto 16 y parecía que la agresividad con la que habían salido las canadienses comenzaría a dar sus frutos pero al poco tiempo la presión decayó, las suizas se asentaron en el terreno de juego y la primera parte pasó sin mayores consecuencias.

Gol y tensión, mucha tensión

Al igual que en la primera parte, obligada por el escenario y su público que no dejaba de jalear a las suyas, Canadá se lanzó más al ataque. Comenzó a presionar más arriba y fruto de ello, tras varios balones consecutivos cruzados en el área helvética, Bélanger cazó un rechace y marcó de un potente zurdazo. Corría el minuto 52 de partido y el estadio se venía abajo viendo que su equipo tenía puie y medio en la siguiente fase.

Tras el gol, las canadienses pensaron que era mejor mantener el balón lejos de su área y quisieron jugar más en el terreno de las suizas, aunque estas, viendo que el final del partido se les echaba encima apretaron el acelerador para buscar el empate. Lo tuvieron en las botas de Ana Maria Crnogorcevic y Vanessa Bernauer pero sus remates, o no encontraron portería o se toparon con la guardameta local Erin McLeod. Fue ésta quien al finalizar el encuentro fue elegida como mejor jugadora del partido.

Canadá llegó a tener una muy buena ocasión para poder haber ampliado el marcador pero el disparo a puerta vacia y sin guardameta fue despejado por la capitana helvética Abbé.

Ocasión perdida para Noruega

Adelantarse en el marcador y tener enfrente a un rival que cometió tantos errores no fue suficiente para que Noruega se hiciera con el partido y el billete para la siguiente ronda. Aún hoy seguro que tanto las propias jugadoras como su entrenador, Even pellerud, estarán pensando en la ocasión perdida para seguir avanzando en la Copa del Mundo.

Y es que las noruegas controlaron más y mejor el tempo del partido. Las ocasiones, por lo menos las de la primera parte, corrieron a cargo de las escandinavas y pudieron haberse ido a vestuarios con más de un gol a su favor en función de las ocasiones con las que se encontraron.

Y se las encontraron porque Inglaterra, muy nerviosa, aunque muy bien en las ayudas, cometió demasiados errores en defensa y dio demasiadas facilidades a una delantera como la noruega. En la primera de ellas, a tan solo 12 minutos del comienzo del partido, un balón filtrado por el mismo centro de la defensa, llegó a Isabell Herlovsen que disparó con intención, aunque la guardameta británica reaccionó muy rápido y pudo despejar el balón. 

Fue el día de las guardametas, en las dos eliminatorias resultaron elegidas mejores jugadoras Bardsley y McLeod

Karen Bardsley volvería a salvar a su equipo de encajar algún gol en otras dos ocasiones en las que sus compañeras anduvieron poco finas. Fueron balones que las defensas perdieron cerca del área propia que ni Lene Mykjaland ni Ada Hegerberg pudieron enviar a las redes. Para evitarlo ahí estuvo Bardsley, paradas que le valieron ser la mejor jugadora del partido.

Segunda parte de alternativas

La posesión se la repartían casi al 50% y las estadísticas de lanzamientos a portería eran muy parecidas pero la sensación que rondaba en el estadio de que era Noruega quien llevaba la batuta del partido y sería la que se adelantara en el marcador, se certificó tan pronto como las dos comenzaron los últimos 45 minutos de partido. En tan solo nueve minutos y gracias a un lanzamiento de esquina y al remate en el primer palo de Solveig Gulbrandsen, Noruega se adelantó en el marcador. Se hacía justicia a lo visto en la primera mitad.

Poco les duró la alegría a las escandinavas puesto que tan solo siete minutos después, Steph Houghton establecía el 1-1 en el marcador tras rematar en el segundo palo de forma impecable un córner botado por las británicas.

A partir de aquí, comenzaron las hostilidades, ambas selecciones buscaron el segundo gol que les diera el pase a cuartos de final pero la que se llevó el gato al agua fue Inglaterra, gracias principalmente al potentísimo disparo desde fuera del área de Lucy Bronze que alojó el balón en la misma escuadra. Nada pudo hacer Hjelmseth para detener el misil de la inglesa, aunque si evitó un tercer gol de las británicas lo que permitió a su equipo seguir vivo hasta el pitido final. Su esfuerzo no obtendría recompensa.