Tan solo es la tercera jornada de una liga muy larga pero la victoria lograda por el Oiartzun KE, además del consabido impulso moral, supone un gran espaldarazo al devenir de las oiartzuarras en esta liga. 

Llegaba el Collerense al Karla Lekuona con cero puntos en su casillero y como, a priori, uno de los equipos con los que las locales deberán luchar por la permanencia. Tras su derrota en casa ante la Real Sociedad y sabedoras que dichos puntos habrán de ser recuperados en sus salidas a domicilio, las mallorquinas llegaron dispuestas a sacar algo positivo de su visita a Gipuzkoa.

El Collerense pierde mucho de su potencial en sus partidos a domicilio

Pero el Collerense pierde muchos enteros a domicilio. Las características de su terreno de juego las hace muy fuertes en casa y sus salidas, hasta la fecha, se cuentan por derrotas. Además, un campo como el Karla Lekuona, de hierba natural, regado y rápido como ayer, no es el fuerte de las jugadoras comandadas por una incombustible Pili Espadas. Por eso era más necesario que nunca que los puntos se quedaran en casa y el Oiartzun lograra la primera victoria de la temporada. Resultarán en un futuro cercano, algo más que tres puntos.

El Collerense, a verlas venir

No lo tuvo nada fácil el Oiartzun. Las locales quisieron hacerse con el balón desde el pitido inicial, jugar rápido y por las bandas, como le gusta a su entrenador Jon Alkorta pero la maraña defensiva planteada por las mallorquinas obligó a las locales a jugar en largo, cometiendo muchas imprecisiones y dando ventaja a las defensoras que sacaban el balón con muy pocos problemas.

Este fue el ritmo del partido a lo largo de los primeros 45 minutos, un Oiartzun dominador, un Collerense replegado, mucho fútbol en el centro del campo y la mayoría de las veces balones al aire, sin poder caer al rápido césped del Karla Lekuona para dar velocidad y mordiente a las jugadas de ataque.

Tal fue el poco juego del partido, el bajo número de jugadas trenzadas en la primera mitad, que no se contabilizó ni una sola ocasión de gol en ninguna de las dos porterías. Muchos córners, principalmente a favor del Oiartzun, mucho balón dividido pero ningún lanzamiento a portería para que intervinieran las guardametas de los dos equipos.

Un campo que pasa factura

Pronto se vio que el terreno de juego comenzaba a hacer mella en las piernas de las jugadoras visitantes. La lentitud en las ayudas defensivas comenzó a abrir huecos y, a pesar de cerrase aún más en defensa, el Oiartzun comenzó a encontrar algún que otro hueco para poder filtrar balones y hacer peligro en la portería rival.

Itxaso Nabaskues desatascó el ataque con un lanzamiento desde fuera del área para hacer el primer gol del partido

La posesión era total. El campo desnivelado hacía un solo lado conseguía que el balón rondara la portería del Collerense pero sin posibilidad de generar verdaderas ocasiones de gol. En esta situación y con el Oiartzun insistiendo una y otra vez buscando la meta de Andrea Rodríguez, Itxaso Nabaskues tuvo la fortuna de estar en el sitio adecuado y enganchar un rechace para enviarlo al fondo de las mallas.

Era el minuto 67 de partido y el Oiartzun había hecho lo más difícil, inaugurar el marcador y obligar al Collerense a salir de su área para intentar igualar el partido. Lamentablemente, lo lograron tan solo ocho minutos después (min. 75) y precedido por un grave error defensivo. Bastó tan solo una aproximación de las visitantes para que los nervios atenazaran a las defensoras oiartzuarras y no pudieran cerrar, primero, el disparo de Ruth Álvarez y, después, el rechace defensivo. La veteranísima jugadora Pili Espadas, si estaba donde tenía que estar y no tuvo más que empujar el balón al fondo de las mallas. Empate a uno y vuelta a trabajar y a presionar para intentar abrir la defensa del Collerense.

Tal y como es costumbre, el equipo de Jon Alkorta no cejó en el empeño de intentar hacer el segundo gol. Su espíritu combativo ya lo demostró en Albacete remontando un 3-0 y no entraba en los planes de las oiartzuarras dejar de intentarlo ante su público. Este empuje titánico, más con las vísceras que con argumentos futbolísticos, hizo que el Oiartzun recibiera su justo premio en forma de gol. Una jugada desafortunada para las visitantes en la que una de sus defensoras desvió a gol un disparo a la desesperada de Esti Bajo. Era el minuto 93 de partido y no hubo tiempo para más.

Tres puntos con los que el Oiartzun inaugura su casillero de victorias y que le dan u respiro en la clasificación tras tres jornadas. Cuatro puntos, los mismos que las separan de los puestos de descenso, que las lleva al noveno puesto de la clasificación.

La semana que viene, en la cuarta jornada de la competición, el Oiartzun KE viajará a Barcelona para enfrentarse al RCD Espanyol quien esta pasada semana cayó ante la Real Sociedad por dos goles a cero.

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