Olympique de Lyon. Sin más. Y Europa se ha vuelto a rendir una vez más. El conjunto de Precheur se adjudicó el merecido premio final tras una temporada simplemente sensacional. Con globales que asustan, incluyendo un 7-0 al PSG en semifinales, las galas se plantaron en la definitiva lucha por el torneo continental frente a un Wolfsburg de menos a más durante el año.

Aunque fue la tanda de penaltis la que dilucidó al nuevo campeón continental, lo cierto es que durante los minutos de juego en sí el Lyon se erigió como claro dominador. Como siempre, basándose en el control del esférico, en la combinación continuada como seña de identidad, y en la perfecta sintonía defensiva global, el cuadro francés trenzó muchas jugadas peligrosas que finalmente no encontraron mejor premio que un único gol. Y eso lo aprovecharía a la perfección un Wolfsburg que aguantó las embestidas e igualó la contienda a dos minutos para el final.

Tercera vez, tercera vez que Europa se rinde al Olympique de Lyon. El fútbol ha vuelto a sonreír a una máquina del mismo. Porque, tarde o temprano, cuando se le da, éste siempre lo devuelve. Las francesas, nuevas reinas del Viejo Continente.

Schelin y Bachmann, en el banquillo

Lotta Schelin y Ramona Bachmann, en el banquillo. Sin duda, esa fue la gran noticia en los onces iniciales de ambos contendientes. Ni la delantera sueca ni la atacante suiza fueron incluidas en los primeros planes de Precheur y Kellermann. En sus lugares entraron Saki Kumagai y Anna Blässe. Aunque no como sustitutas posicionales. La nipona adelantó su posición y se situó en el centro del campo, junto a Henry y Necib, siendo Abily la encargada de caer más hacia el costado izquierdo del ataque francés, acompañando a las insustituibles Le Sommer y Hegerberg. Por su parte, Blässe actuó como extremo diestro, acompañando en la zona más ofensiva a Kerschowski y las delanteras Jakabfi y Popp.

El resto de jugadoras, las esperadas. El Lyon se fió de Bouhaddi bajo los tres palos y de una línea defensiva protagonizada por Bremer, Renard, MBock Bathy y Majri. Por su parte, el Wolfsburg mantuvo a la siempre segura Schult en la portería, con dos laterales reconvertidas como Dickenmann y Peter, y la contundente Fischer y una Goessling que retrasó su posición en el eje central. Bussaglia y Bernauer actuaron por delante, en el doble pivote.

Gol tempranero

El inicio del choque fue fulgurante, con una ocasión para cada equipo dos minutos después de que la colegiado silbase. Rápidamente cada equipo reflejó su esperado rol sobre el césped. Mientras el Lyon ya guardaba el esférico en su poder, el Wolfsburg comenzaba a situarse con inteligencia para impedir la aparición de huecos. Y lo cierto es que hasta que se abrió la lata, las galas no estaban del todo cómodas sobre el campo. Tenían la posesión, sí; pero solo conseguían superar la buena presión adelantada del rival mediante balones en largo fáciles para Schult.

La noruega Hegerberg firmó su 13º gol en la presente Champions

Le Sommer fue la que tuvo la opción más clara de los primeros minutos, en un esférico dentro del área al que no consiguió darle dirección. Como tampoco dirección pudo darle Blässe a un buen envío germano desde la banda izquierda. Y, entonces, apareció Bremer. La atacante reconvertida a lateral se la liaba al equipo de su nación, penetrando como una exhalación por el costado derecho, venciendo por potencia y velocidad a su defensora, ganando área y línea de fondo y poniendo el balón en el corazón del área para que la siempre oportuna Hegerberg solo tuviese que empujarla.

Minuto 12 y el Lyon ya estaba por delante. El 13º tanto de la joven noruega en la presente edición de la Women´s Champions League ya campeaba en el electrónico. Lo más difícil para las de Precheur estaba conseguido, la lata estaba abierta más prontamente de lo esperado.

Hegerberg (21 años) celebra su tanto en la final. | Foto: UEFA.
Hegerberg (21 años) celebra su tanto en la final. | Foto: UEFA.

Dominio y ocasiones sin premio

Con la mínima ventaja favorable, el Lyon se sintió mucho más cómodo sobre el verde italiano. Las galas tocaban y tocaban, encontrando vías de escape con mucha mayor facilidad. La opción más clara para acariciar la sentencia de la gran final tuvo de protagonista a Schult. Y es que la guardameta alemana consiguió enviar a saque de esquina un duro remate a bocajarro de Le Sommer tras dejada previa de Hegerberg. El Wolfsburg se salvaba. Una parada a la postre vital para las suyas, que se mantuvieron con vida hasta el final.

Antes de llegar al tiempo de descanso, el Wolfsburg equilibró algo más una posesión del esférico hasta ese momento totalmente decantada hacia el lado galo. Mientras tanto, Bremer seguía haciendo de las suyas por la banda. Más carreras y carreras partiendo desde el lateral. La germana estaba siendo un quebradero de cabeza para sus paisanas.

El Lyon dominó claramente la contienda

La reanudación trajo consigo un dominio todavía más aplastante del Lyon. Necib, que ya en el primer período había dado un enésimo recital de distribución del esférico, apareció también en disparos a portería. No en vano, y tras un par de intentos, uno de ellos se perdería muy cerca de la escuadra izquierda de la portería de Schult. Pero no sería la única en internarlo. Abily también probó fortuna desde la lejanía. Todo lo contrario que Henry, que llegó desde segunda línea tras una nueva carrera de Bremer para rematar finalmente sin mucha fuerza. El Lyon creaba peligro con el balón en juego, pero también cuando éste se encontraba parado. Saque de esquina de Necib, exquisita prolongación de tacón de MBock Bathy y cabezazo de Renard que desvía una defensora alemana bajo palos.

Las francesas seguían a lo suyo. Dominando, tocando a placer y dando profundidad cuando la situación así lo requería. Así las cosas, la sempiterna goleadora Schelin entró por Le Sommer para disfrutar de su último partido con la camiseta del Lyon y posteriormente la bala Thomis hacía acto de presencia en lugar de una exhausta Bremer.

Popp siempre está

Las de Kellermann veían que pasaban los minutos, que no se acercaban a la portería de Bouhaddi… pero los cambios surtieron efecto en el Wolfsburg. Entraron Bachmann y Wullaert y el ataque verde se dinamizó. No quedaba otra que arriesgar, y por esa razón las lobas empezaron a jugar más en campo rival durante los últimos minutos del tiempo reglamentario, buscando la heroica.

Popp, que siempre aparece, avisó tras casi tocar un buen envío de la belga Wullaert desde la izquierda. Y a la segunda ya no perdonó. Nuevo balón lateral, en este caso con más altura, y remate de la potente alemana en el área pequeña. 1-1, minuto 88.

Una vez más, no se remató a las alemanas y, una vez más, éstas volvieron a aprovechar su oportunidad cuando quizá nadie ya lo esperaba. La prórroga ya estaba ahí. Pocos lo creían, y menos un Lyon claramente superior durante los 90 minutos. Pero es fútbol.

Popp volvió a aparecer para salvar al Wolfsburg. | Foto: UEFA.
Popp volvió a aparecer para salvar al Wolfsburg. | Foto: UEFA.

Bouhaddi emergió

La prórroga hizo acto de presencia y el Wolfsburg volvió a tener en sus botas la mejor ocasión. Pero Popp remató excesivamente cruzado y ésta se perdió para no regresar. El Lyon también tuvo la suya antes de firmar la tanda de penaltis. Necib lo intentó, el esférico se negó a introducirse entre los tres palos.

Y llegaron los penaltis. Llegaron las penas máximas. Toda una temporada, toda una final, se decidía desde los once metros. Curiosamente el Lyon erró el primero pero, justo en los últimos lanzamientos, Bouhaddi detuvo los dos últimos del Wolfsburg para llevar el título a Lyon. Francia sonreía, el Olympique de Lyon era campeón de Europa por tercera vez en la historia. Las de Precheur recibieron su justo premio, quedándose ahora a tan solo un título de igualar los cuatro del Frankfurt, máximo celebrador continental. Pero esa será otra historia. Ahora toca disfrutar. A ellas, a los aficionados y, sobre todo, al fútbol.

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