Apuntaba Mané hace ya quince años aquello de salir a defender el punto que la Federación otorga al comenzar cada encuentro. Y este Alavés de Alberto López ha hecho suya aquella máxima. Tercer partido consecutivo con la portería a cero, esta vez ante un equipo que basa su fortaleza en el dominio del balón, en llegar muchas veces, siempre con peligro y en la gran calidad de sus jugadores, muchos de los cuales han debutado ya con el primer equipo. Por todo ello los únicos tres disparos recibidos en todo el partido dan muestra del gran trabajo realizado por los albiazules, que pusieron mas para llevarse el partido a partir del minuto 70, si bien las escasas fuerzas restantes o la falta de mordiente arriba disiparon cualquier posibilidad de pescar los tres puntos en el revuelto río de Can Barça.

Seguramente una crónica bastante fehaciente de lo ocurrido sería aquella del Un punto y poco mas en el Nuevo Colombino. Las escasas diferencias sobre aquel 0-0 vienen a continuación.

El 4-4-2 como sostén de la solidez

Se presentó este Alavés con cinco bajas en su línea defensiva, con la obligación de cerrar la banda derecha sin contar con un lateral al uso ante una de las tripletas atacantes más rápidas de la Liga Adelante. Era necesario un paso adelante. Y allí estaba Sangalli. El donostiarra no estaba atravesando por su mejor momento de forma ni de moral. Morador del banquillo desde hacía bastantes encuentros, el pico de forma que demostró a principio de temporada había quedado en el olvido. Sus otrora desbordes se habían convertido en intentos baldíos. Pero en el Miniestadi se vio a Sangalli, al alegre, al osado, a aquel jugador que no se guardaba nada, a aquel que afrontaba cada jugada como si fuera la última del partido. Grande.

Y por la izquierda Raúl García. Muy grande. Enfrente el rapidísimo Adama Traoré, que en Mendizorrotza hizo un roto por aquella banda y que amenazaba con uno nuevo a poco que se le dieran dos metros. Pero no se los dieron. No hace muchos partidos las bandas eran un coladero. Toribio y Beobide hacían lo imposible por tapar esos agujeros y se creaban unos nuevos por el centro. El 4-4-2 estrenado ante Las Palmas cambió el escenario. Los laterales ya no están solos. En Barcelona Toti y Lanzarote estuvieron siempre ahí. Y cuando no existió la ayuda llegó el peligro. Como en ese tiro de Sandro mediada la primera parte que rozó Laguardia y se encontró con el larguero. No volvió a ocurrir.

Los dos de arriba, más brega que gol

Es Alberto un tipo al que no se la juegan dos veces. Aquella primera parte de la ida en Mendizorrotza brilló un jugador por encima de todos. La pedía atrás, la conducía, la pasaba y suyo fue el ritmo del partido. El nuevo Guardiola decían, un tal Sergi Samper. En el empate a cero de este sábado se vio a otro Samper, uno muy bueno también, pero que por momentos pareció pedir tregua. Auxilio. Una pérdida de balón suya a falta de quince minutos para el final supuso la mas clara oportunidad babazorra, pero Vélez no atinó con la portería.

La aparición de Rafa García acompañando a Ion no parecía tener otro objetivo que el de secar al catalán, además de sumar unos centímetros de altura tan importantes en la Liga Adelante. Y si el objetivo era ese, se consiguió. A costa de perder mordiente arriba. No está sobrado el Alavés de pólvora y menos aún con Manu Barreiro en el banquillo. Su entrada en el minuto 85 fue ya demasiado tardía, de nuevo. Minutos antes había saltado al campo Manu García, para defender el punto que la Federación otorga al comenzar cada encuentro.

Cuatro partidos sin perder, llega el Zaragoza

La tan buscada solidez defensiva y la nieve sobre Mendizorrotza ha llevado a los babazorros a encadenar cinco fines de semana sin conocer la derrota, dejando ya lejos los infaustos primeros veinte minutos con los que inició 2015 ante el Mirandés. Una victoria y tres nuevos empates que elevan a once los cosechados por los albiazules, a solo uno ya del Sporting, rey de las tablas.

A diferencia de la pasada temporada las diferencias en la presente son mayores entre playoff y descenso. Sin embargo los de abajo no capitulan y cualquiera puede llevarse algún susto. Y alguno se lo va a llevar. Por eso comienza a ser importante sumar puntos de respiro. Respirar para aspirar a mas. La nueva oportunidad para intentar engancharse al pelotón de los que miran hacia arriba la dará el Real Zaragoza con su visita al Paseo de Cervantes, el sábado 21 a las 18:15. Los maños parecen haber alcanzado la estabilidad institucional y también la deportiva, de momento.