El Alavés no se quiere despedir aún del sueño de entrar a Playoff. Así lo atestigua su victoria lograda ayer por 2-1 frente a la Ponferradina, no sin esfuerzo, ya que el tanto de la victoria llegó en el minuto 82. Pero llegó, y así el Alavés se vuelve a meter de lleno en la lucha por esa promoción que continúa lejana.

No fue el mejor partido por parte de ninguno de los dos equipos. Muy trabado, intenso, y con mucho juego en el centro del campo en muchos momentos del encuentro. El Alavés puso ese punto extra, tal vez gracias al aliento de un Mendizorrotza que respondió a las mil maravillas a una intempestiva hora, que de las botas de Laguardia le dio los tres puntos.

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Salió el Alavés con un centro del campo renovado, en el que Jagoba Beobide y Rafa García sustituyeron a Dani Toribio y Manu García, este segundo por obligación. Y no lo hicieron mal ninguno de los dos, especialmente el Gudari, por esa lucha continua que se echaba de menos en las gradas de Mendizorrotza.

Primer minuto y primera ocasión. Barreiro remató con una notable tijera un buen centro de Manu Lanza, que volvió a cuajar un soberbio partido. Pero no pudo ser, el balón no quiso entrar cuando los aficionados aún ocupaban sus localidades. Y no quiso porque Kepa Arrizabalaga, arquero visitante, se estiró de forma sobresaliente para evitarlo. Fue la primera, pero no la última que evitó el vizcaíno.

Después de esta tempestad llegó la calma, aunque momentánea. En el minuto 17 se internaba Toti por su banda, la izquierda, y después de un recorte ponía el balón dentro del área. Rafa paraba el balón, y se lo orientaba a Manu Barreiro y el final es de sobra conocido. Undécimo tanto de Zlatan Barreiro en una notable segunda vuelta que está cuajando el gallego.

Barreiro volvió a encontrarse con el gol, que no marcaba desde hace varias jornadas (Fotografía: LFP)

Fallo infantil y vuelta al empate

No duró mucho la alegría producida por el tanto de Barreiro. Minuto 25 de partido, y Goitia recibe un pase aparentemente inocente de Laguardia. Sin embargo, el portero se complica el control, cede un balón complicado a Jarosik, y el de Ústí nad Labem pierde el balón dentro del área. Sobrino recupera la bola, que se la entrega a Acorán, que después de driblar a Goitia mete el balón en la portería. 1-1. El Alavés demostró ser el mayor peligro para sí mismo en una primera parte que estaba controlando con comodidad.

Esto pareció anestesiar a los locales, y el partido se equilibró, con largos momentos de balones disputados en el centro del campo. Un flojo remate de Barreiro y un cabezazo desviado de Sobrino intentaron cambiar la dinámica de un partido que tenía toda la pinta de irse al descanso con empate. Y así se fue al medio tiempo, aunque primero Lanza y después Toti pudieron haberle dado la ventaja a los vitorianos.

Acorán celebra el tanto logrado para los suyos (Fotografía: LFP)

Segunda parte babazorra

La segunda mitad del choque comenzó como lo hizo la primera, con el Alavés volcado en la portería de Kepa a sabiendas de que un gol era muy importante para ellos. Lanza lo sabía, pero Kepa no quiso que un disparo suyo de fuera del área entrara en la portería. Pablo Infante, bestia negra del Alavés, entre tanto, puso los corazones de los aficionados en un vilo al estrellar en el lateral de la red una peligrosa falta. No tuvo su día el extremo burgalés, para fortuna de la zaga rival.

Y llegó el gol para el Alavés. Falsa alarma. Fuera de juego, bastante claro, de Barreiro. Susto para los visitantes que espoleó aún más a los locales. Otra volea más de Toti, el mejor ayer, ponía en aprietos a Kepa, pero el arquero volvió a atajar el balón. Fue el mejor de los suyos ayer el jugador cedido por el Athletic, al que se le augura un sobresaliente futuro en San Mamés.

Premio justo al esfuerzo

Y el héroe berciano estuvo a punto de convertirse en villano para los suyos. El canario, rebosante de confianza, se adentró en su propia área intentando regatear a los alavesistas, pero Juli, perro viejo, le arrebató el balón y remató a puerta, aunque Kepa lo paró. El rechace, sin embargo, llegó a las botas de Despotovic, que disparó a meta con el portero casi vencido. Cuando ya cantaban gol las gargantas congregadas en Mendizorrotza, Acorán volvió a vestirse de héroe para salvar el gol en la misma línea.

Este fallo, imperdonable para muchos, cayó en el olvido a los pocos segundos. Córner botado por Juli que remata Jarosik hacia dentro del área. Allí, sólo Laguardia coge el balón, y, ahora sí, bate a Kepa. Locura en Mendizorrotza. Gol vital de un jugador vital para el equipo de Alberto. Poco asunto quedaba ya, y sólo quedaba esperar para que el Alavés consiguiera sumar tres puntos claves que le colocaran con ese medio centenar de puntos necesarios para la salvación.

Victoria importantísima cuando el equipo más lo necesitaba contra un equipo con grandes aspiraciones. El Alavés volvió a ganar, volvió a dar un motivo a la afición para no decaer. Es difícil, sí, pero que el Alavés lo intentará hasta el final es seguro.

8.571 personas se juntaron ayer para disfrutar de su equipo (Fotografía: LFP)
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Sobre el autor
Jon Aroca
1996. 4º de Periodismo en la Universidad del País Vasco