Tiene buena pinta este nuevo Alavés. Después de una buena victoria el pasado fin de semana en Huesca los babazorros llegaban al primer duelo en Mendizorrotza con la mente puesta en continuar con la racha de victorias.Y ha disfrutado de lo lindo la parroquia babazorra con su equipo. Los casi 10.000 fieles que han poblado las gradas de Mendizorrotza han podido comprobar in situ como su equipo, esta vez sí, va en serio.

2-0. Solvente victoria frente a un ultramotivado rival. Los goles, primero de José Manuel Fernández en propia meta y después de Pelegrín han podido con un combativo Oviedo que ha ido de menos a más, pero que ha pecado de demasiados errores de novato.

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Salía el Alavés con el mismo once que la pasada jornada, con Sergio Mora en la sala de máquinas acompañado por Manu García, y Juli en la zona de enganche con un más que notable Gaizka Toquero. Parece haber encontrado Bordalás su once tipo a las primeras de cambio.

Y con las cartas ya sobre la mesa comenzó el partido en Mendizorrotza. A los pocos minutos de partido, cuando algún rezagado aún no había ocupado su localidad, llegó el primer gol de la tarde. Juli alcanza con tesón a un balón largo de Carpio y, ayudado por la falta de entendimiento entre José Manuel Fernández y Esteban, el balón entra en la portería golpeado por el zaguero ovetense. Parece que, al igual que el curso pasado, el Alavés se ha abonado a los inicios trepidantes. De momento la estrategia le ha salido a pedir de boca.

Tras el subidón inicial del primer gol el partido bajó una marcha, con el Oviedo buscando el tanto del empate. Un lanzamiento de falta que se marchó fuera por poco fue una de las ocasiones más claras de los carbayones en la primera mitad. No se vio al mejor Oviedo sobre el campo, pero en el Principado hay confianza en la capacidad de los suyos para revertir la situación.

Y como dice el refrán, el Oviedo no quería café, pero el destino le sirvió dos tazas. Sergio Mora bota un córner desde la izquierda, le defensa rival no consigue despejar un balón que llega a las botas de Laguardia, que pone un centro que Manu García deja franco a Sergio Pelegrín para que remate al fondo de las mallas. 2-0 en poco más de 20 minutos. Ese es el sello de un potente Alavés.

Otro gol y otra vez bajó la marcha del partido, que sólo alteraría mínimamente otra vez Susaeta, pero su disparo a bocajarro lo desviaría Pacheco a córner. Parece buen alumno el pacense, que aprendió de los mejores. Si mantiene ese nivel que ha demostrado hasta ahora, el Alavés tiene portero para rato.

Segunda mitad más igualada

Entre algún que otro tímido acercamiento, un gol anulado a Linares por falta sobre Carpio y alguna tarjeta amarilla demasiado rigurosa llegó el descanso a Mendizorrotza. A su reanudación Egea hizo un doble cambio, consciente de que la situación debía cambiar mucho si querían llevarse algo positivo de vuelta a Asturias. Diego Aguirre, que debutada con la camiseta azulona -ayer rosa-, y Borja Valle, sustituían a Jonathan Vila y Héctor Font.

La segunda mitad comenzaba, por lo tanto, con un Oviedo más intenso y concentrado que en la primera, pero no consiguieron alterar demasiado la meta de Fernando Pacheco en los primeros compases. La primera ocasión fue para los babazorros, y llegó por la banda izquierda, en la que se pudo ver a un más que notable Facundo Guichón, que ya se ganó los primero vítores al son de "uruguayo, uruguayo" desde la grada. El de Florida recibe en el córner izquierdo un balón de Manu García, y después de un buen driblaje pone un centro a Juli, cuyo remate saca magistralmente Esteban. Todo un ejemplo el guardameta, que con 40 años muestra unas cualidades físicas propias de un veinteañero. Ni el mismo Dorian Gray.

Poco más quedaba ya en el partido, aparte de un peligroso remate de Toquero y algún acercamiento del Oviedo que atajó con solvencia Pacheco. Los cambios albiazules, en el que primero Dani Estrada sustituyó a Sergio Mora para que Javier Carpio pasara al centro del campo y después el de Dani Pacheco por Kiko Femenía sirvieron para dar aún más pausa al partido. El Oviedo también quemó su último cartucho, en el que Toché sustituyó a Hervías, ya casi a la desesperada.

Ya con el partido muerto Barreiro sustituyó a un sobresaliente Juli, que ha empezado esta temporada al nivel del que ya dejó destellos el pasado curso. Ese buen nivel del pequeño mediapunta ha sido uno de los factores determinantes para el pleno de punto de los vitorianos.

Seis de seis, dos victorias de dos, es el balance conseguido hasta ahora por un notable Alavés. El equipo ilusiona, y sólo el tiempo dirá si el equipo va en serio o no. La primera prueba para demostrarlo, el Llagostera, el próximo domingo a partir de las 17:00 horas.