Si la semana pasada los de Bordalás se fueron de vacío de Lugo después de merecer sacar un buen resultado, ayer consiguieron romper con esa mala dinámica de no poder remontar los partidos, sumando una gran victoria por 3-2 frente al Córdoba, aún colíder la la categoría.

Remando por detrás en el marcador en dos ocasiones y remontando otras tantas, los de Bordalás demostraron la garra necesaria para volver a hacer de su casa un fortín, y vuelven a entrar en los puestos de promoción, con 10 jornadas ya de liga. Quieren demostrar que, este año sí, van en serio.

Buen inicio albiazul, gol del Córdoba

Si algo ha quedado claro en los pocos meses que llevamos de competición es que Bordalás es un hombre pragmático. Conoce a sus jugadores, y si sabe que el equipo funciona bien no lo toca salvo obligación. Eso mismo sucedió ayer, ya que volvió a repetir el once de la pasada jornada.

Dani Pacheco repetía titularidad, y ya suma más minutos en las tres veces que ha comenzado el partido que en las siete que empezó como suplente. El equipo nota su calidad, por supuesto, ayer incluso en forma de gol, el primero de la temporada del malagueño.

Como es costumbre en Mendizorroza, salió el Alavés a por el partido desde el primer minuto, consciente de que empezar ganando podría ser clave a la postre. Primero Juli, con un potente disparo desde fuera del área, y minutos después Raúl García, que aprovechó un soberbio pase entre líneas de Sergio Mora pusieron a prueba a Razak, que finalmente fue titular pese a las molestias sufridas a lo largo de la semana.

Pero el que primero se llevó la alegría fue el Córdoba. Fidel botaba una falta al corazón del área, y Florín se adelantaba a todos y remataba a placer de cabeza al fondo de las mallas. Sumaba el de Botoșani su cuarto tanto de la temporada, el tercero en dos partidos.

El Alavés se veía en una situación incómoda, con una estadística demoledora: no había remontado ninguno de los cuatro partidos que había comenzado perdiendo. Pero conscientes de que si en algún lugar podían romper la estadística era en casa.

Empate y otra vez Florín

Dani Pacheco también lo sabía, bajó un balón en el extremo izquierdo, la paró, y puso un centro soberbio a la cabeza de Toquero, que batió a Razak adelantándose a la zaga. Cuarto gol también del vitoriano, sorprendiendo a muchos con una faceta goleadora que no había mostrado hasta ahora.

Quiso volver a poner tierra de por medio el Córdoba, pero ni Fidel con un disparo lejano ni Markovic, a la salida de un córner, sorprendieron a Pacheco, muy seguro bajo palos. Ha encontrado la parroquia vitoriana, después de mucho buscar, un guardameta que les transmita seguridad.

Florín fue clave en el ataque del Córdoba, con un gol y una asistencia

Pero, otra vez Florín era determinante en poner a los suyos por delante. Recibe un pase en profundidad en la derecha del ataque, la aguanta y se la pone franca a Fidel para que remate de cabeza. 2-1 al borde del descanso. Gol psicológico, como se suele decir, para la afición vitoriana, que veía como sus opciones de reengancharse arriba se reducían.

Florin celebra el gol que abrió el marcador (Fotografía: LFP)

Segunda mitad con dominio babazorro

Volvían ambos del descanso con roles opuestos. Los locales salían con todo, manteniendo la pelota y buscando pases precisos para llegar a la meta de Razak. Los visitantes, por su parte, aceptaron ese rol de defender su renta. Esa falta de ambición, a la postre, pudo ser fatal para no conseguir puntuar.

Llegaba el Alavés tímidamente a la zona del área rival, aunque sin llevar demasiado peligro en sus acciones. Más destacable fue un centro de Pacheco desde su banda que Mora no remató casi en boca de gol. Se empezaba a preocupar la hinchada, ya mediada la segunda mitad y todavía por detrás en el marcador.

En la segunda parte el Alavés fue el que tuvo el control del balón

Bordalás introducía a Barreiro por un desaparecido Femenía, buscando pegada, y recolocaba en la banda derecha a Juli. Oltra daba paso a De Tomás por Xisco, que veía la amarilla por tardar en abandonar el campo.

Pese a los cambios, el guion seguía igual, con asedio del Alavés en campo contrario. Entonces llegó otra vez Pacheco, el mejor albiazul ayer, y, tras regatear a Stankevicius, que lo sufrió todo el partido, disparó a portería. Empate a dos. Volvía a creer la afición que podrían lograr algo importante, especialmente con el Córdoba tan aletargado.

Despertaba el Córdoba momentáneamente, pero Fernando Pacheco volvía a desbaratar la ocasión blanquiverde. Poco más tarde pedían penalti los visitantes, en una jugada con agarrones entre Laguardia y Héctor Rodas. Quemaban otra bala más ambos entrenadores, con Pineda saliendo por Fidel y Guichón haciendo lo propio por Juli.

Y cuando ya parecía que el partido iba a acabar en tablas, especialmente del agrado de los visitantes, tuvo el Alavés su última ocasión. Carpio ponía con todo un balón desde el centro del campo, nadie acertaba a rematar, pero el balón llegaba a Guichón, cuyo remate rechazó bien Razak. No lo pudo atrapar, y de ello sacó buen provecho Pelegrín, que empujó el balón al fondo de las mallas, desatando la locura en Mendizorrotza.

Lo que cambian las cosas en 45 minutos. De llegar perdiendo 1-2 al descanso, con el Córdoba mucho mejor, a ganar el partido en el último minuto. Mejoró mucho el Alavés tras el descanso, motivado por un Córdoba que se echó atrás.

Mendizorrotza tuvo, una vez más, un papel estelar en la película. Y puede seguir siendo la estrella, ya que dos de los próximos tres partidos serán en Vitoria. El primero, el próximo domingo contra el Albacete. Si empuja tanto como hoy, el equipo puede consagrarse como uno de los cocos.