Mal partido, en líneas generales, del Albacete Balompié en su visita a Mendizorroza.  El rival, un Alavés en horas bajas, supo sacar provecho de los despistes que están lastrando al equipo blanco en buena parte de los partidos de esta liga.

Tras tres encuentros donde se vio la mejor versión del Alba, hoy han faltado muchas cosas, entre ellas, la falta de concentración en los momentos claves del encuentro. La derrota coloca de nuevo al equipo que entrena Luis César en la última posición de la tabla. Ahora son cuatro los puntos de desventaja sobre la salvación. 

El Alba comenzó en el vestuario

Como suele ser habitual en la mayoría de los inicios de los partidos el Albacete salió dormido. Con las líneas descolocadas, sin intensidad en los marcajes, blandos. En cinco minutos el Deportivo Alavés parecía un vendaval sobre el área del reinsertado Dorronsoro. El gol era cuestión de segundos y así fue. Un balón abierto a banda a Medina era centrado a Juli que, libre de marca, desde el borde del área pequeña no perdonaba.

El gol era cuestión de segundos y así fue 

Aún dormidos, de nuevo Juli puso el susto en el cuerpo de los aturdidos jugadores albacetistas cuando desde tres cuartos de cancha intentó una parábola que se fue directa al larguero de la meta del Albacete. Podría haber sido la sentencia, pero ahí el Albacete comenzó a tranquilizar a la fiera vitoriana.

Recuperación del herido

Fue al cuarto de hora cuando el Albacete Balompié tuvo su primer acercamiento claro. Una falta servida por Cidoncha es rematada en semifallo por Gonzalo y Pulido, que también había subido a cabecear, envía el esférico al palo izquierdo de la meta de Manu Fernández.

El equipo de Luis César había regresado. El partido era de ida y vuelta. Con llegadas. Como las que tuvieron Chumbi y Jorge Díaz en sendos remates de cabeza. Y el gol llegó a falta de tres minutos para el descanso. Cuando más daño hace y, además, en propia puerta. Una jugada de Keko, al borde del área, era continuada por Miguel Núñez, que centraba a Chumbi que sólo tendría que empujarla. Antes, Einar impedía que el pase concluyea, pero envió el balón en su propia portería.

Fue un espejismo

Todo hacía presagiar una vuelta de vestuarios como en los partidos ante el Barcelona B o el Real Zaragoza. Con un Deportivo Alavés obligado a realizar dos cambios prematuros parecía que era el momento de matar el choque. Pero no. El Albacete se dedicaba a mover el balón en el medio del campo y el Alavés era el que con más claridad llegaba a la portería contraria. En definitiva, el que buscaba con las ideas más claras la victoria era el equipo vasco.

El gol, tal vez, llegó en la jugada más inesperada Tras varios acercamientos con cierto peligro a la meta manchega llegaría el gol de la victoria local. Tal vez fue en la jugada más inesperada. En el minuto 65, un cambio de dirección en el ataque alavesista era recogido por Juli -sin duda, el hombre del partido- que ponía un centro perfecto a Ion Vélez que se anticipaba a los dos centrales del Albacete para batir de cabeza a Dorronsoro.

En un visto y no visto, el Albacete tenía que remar a contracorriente y mucho tenía que cambiar el partido para que se pescase algo de tierras alavesas. No lo hizo. Llegadas con más corazón que cabeza y un Alavés que pudo rematar a su víctima a la contra en más de una ocasión.

Ya no se podrá acabar el año fuera del descenso, pero el encuentro del próximo domingo a mediodía -12:15 horas- ante la Llagostera se antoja clave para el devenir del futuro de un equipo que hoy no fue ni la sombra de lo que había sido en buena parte del mes de noviembre.