Hay partidos que un futbolista nunca desea jugar y que a un aficionado rara vez le apetece contemplar. El que enfrentó a Numancia y Albacete Balompié en la última jornada de la Liga Adelante 2015/2016 cuenta con el dudoso honor de ser uno de ellos. Poco más de dos mil espectadores acudieron a Los Pajaritos a presenciar un choque intrascendente cuyo único interés residía en la retirada del fútbol profesional de Javier Del Pino, emblema del club soriano en la época más reciente de su historia. Tanto Numancia, salvado desde hace varias jornadas y sin opciones de promoción, como Albacete, descendido desde su derrota en Ponferrada, saltaron al césped sin mayor motivación que la de cumplir con el trámite y acabar de una vez la temporada para centrarse en el futuro.

Apenas se había rebasado el primer minuto en el marcador de Los Pajaritos cuando Pablo Valcarce remataba el primer balón peligroso del encuentro, que sin embargo no encontró la portería defendida por el gallego Dani Mallo. El Albacete contestó esta ocasión dos minutos más tarde, con un disparo de Santi Jara que terminó sin mayor peligro en las manos de Juan Pablo.

El primer aviso de gol a favor del Albacete Balompié llegó en el minuto 9, con un libre directo que Jason dirigió a la escuadra de la portería local, obligando a Juan Pablo a enviar el esférico a saque de esquina. Los hombres de Ferrando mantuvieron la posesión del balón a lo largo de los minutos siguientes, pero apenas lograron llevar peligro al área rival. Tan sólo una larga jugada iniciada por Jason, que remató primero Paredes y que acabó en un disparo al poste por parte de Córcoles, llegó a inquietar al conjunto soriano en este tramo del encuentro.

El Alba no cejó en su empeño y siguió buscando la portería defendida por Juan Pablo, pero el guardameta y, sobre todo, la falta de acierto de los manchegos en los últimos metros impidieron que el marcador se moviese. Los últimos minutos de la primera parte supusieron un monólogo del equipo local, que a pesar de encadenar una serie de llegadas al área manchega no llegó a crear ninguna ocasión manifiesta de peligro en su favor. Después de 46 minutos, el encuentro llegaba al descanso con empate a cero.

Dos goles y una ovación entre la apatía

Antes de que el balón echase a rodar de nuevo, César Ferrando hacía debutar al delantero del filial albaceteño Iván Cifuentes, en detrimento de Jason, como premio a su buena temporada en Tercera División. Una vez reanudado el encuentro, todo lo que en el primer tiempo había sido fútbol de ataque y juego más o menos vistoso, sin la presión de la necesidad de puntos, tornó en apatía y jugadas embarradas entre ambos equipos. Los primeros minutos de la segunda parte pasaron sin que Numancia ni Albacete lograsen encadenar unos pocos pases; tan sólo Santi Jara, que tras verse favorecido por un rebote intentó sorprender con un disparo lejano a un adelantado Juan Pablo, rompió momentáneamente esta dinámica.

Pocos minutos después, Del Pino servía un pase al hueco entre los centrales manchegos que encontró a Álex Alegría, quien aprovechó el ligero bote del balón y la mala colocación de Dani Mallo para conectar un buen disparo con el exterior de su bota derecha con el que se rompía la igualada en el marcador. El Albacete intentó reaccionar tímidamente al gol local, pero el Numancia mantuvo la superioridad sobre su rival en estos minutos, e incluso llegaría a disponer de varias ocasiones más para aumentar la brecha, aunque sin éxito.

Con el paso de los minutos, el Numancia fue aminorando la marcha y los hombres de Ferrando aprovecharon para lanzarse de nuevo al ataque. No obstante, la suerte de cara a portería siguió siendo esquiva para los manchegos, que veían cómo cada intentona de llevar algo de peligro sobre la portería soriana quedaba en nada por la falta de acierto, la mala fortuna o directamente la apatía de unos jugadores a los que la paupérrima temporada del equipo parecía suponer una carga demasiado pesada sobre sus hombros.

Apenas cumplidos 70 minutos, llegaba el momento más esperado del encuentro. El cartelón luminoso del cuarto árbitro marcaba en rojo el dorsal 11 y Javier Del Pino, después de once temporadas y 292 partidos a sus espaldas con la camiseta del Numancia, se retiraba por última vez en su carrera del terreno de juego de Los Pajaritos ante la monumental ovación de su afición. Después de tan emocionante momento, el partido regresó a los mismos derroteros por los que había transitado hasta entonces: poco fútbol, arreones del Albacete sin peligro para Juan Pablo y tímidos contragolpes del equipo local, en medio del cansancio y la desidia general. Sólo un disparo de Aquino contestado por otro de Víctor Curto despertaron temporalmente al partido de su letargo.

Parecía que el gol del Albacete acabaría llegando en algún momento, siquiera por pura inercia, pero los minutos siguieron pasando, el partido iba muriendo (si es que había llegado a estar realmente vivo en algún momento) y los pocos aficionados que habían asistido a Los Pajaritos se fueron levantando de sus asientos para volver a sus quehaceres; entretanto, en el césped todavía se movía la pelota, aunque a la deriva.

Cuando todo parecía cumplido, Pérez Pallás señalaba penalti a favor del Numancia y mostró la segunda amarilla a Mario Ortiz. Julio Álvarez hizo el 2-0 desde el punto de máximo castigo y el partido que nadie quería jugar llegó a su fin para alivio de todos. Los jugadores se retiraban del terreno de juego con las mismas cosas en la cabeza que cuando saltaron a él dos horas antes: el futuro que les espera. El Numancia afronta un nuevo año en la división de plata, con la intención de dar por fin el esperado salto a la élite. El Albacete, por su parte, debe centrarse ahora en construir un nuevo equipo que les devuelva la categoría perdida, lejos ya de los focos del fútbol profesional.