Tras el empate frente al Sevilla y el consiguiente pase a la final de la Copa de S.M el Rey, Alexis Martín Tamayo, más conocido como “Mister Chip”, apuntaba un interesante dato: Diego Pablo Simeone se convertirá, cuando dé comienzo la finalísima ante el Real Madrid el 17 de mayo, en la tercera persona que disputará una final de Copa como jugador y como entrenador del Atlético de Madrid.

Luis ganó la Copa como jugador en 1972 y como entrenador en 1976 Esto significa que solamente dos personas lo lograron antes que Simeone. El primero fue el que es, para muchos, el mejor entrenador de la historia del Atlético de Madrid: Luis Aragonés. El segundo fue, precisamente, un argentino: Iselin Santos Ovejero, defensa que militó en las filas rojiblancas durante cinco temporadas (de la 1969-1970 a la 1973-1974), antes de abandonar el equipo y fichar por el Zaragoza. Fue en el ecuador de su etapa, en la campaña 1971-72, cuando Ovejero se alzó con la Copa del Rey.
En la final de Copa de 1971, Ovejero y Luis Aragonés compartían vestuario El central colchonero cuajó un buen campeonato, y fue titular en los siete encuentros que disputó el equipo a lo largo del torneo. En octavos de final, el Atlético de Madrid eliminó a Las Palmas; en cuartos, fue el Barça quien sucumbió ante los capitalinos; en semifinales, se jugó una dramática eliminatoria frente al Athletic Club.
En el encuentro de ida, los rojiblancos se impusieron por 4-1 en el Vicente Calderón; sin embargo, en el choque de vuelta, los vascos pusieron en verdaderos apuros al Atleti, que salió derrotado por 3-1 y estuvo a un solo tanto en contra de disputar la prórroga. Ya en la final, los colchoneros vencieron al Valencia por 2-1 en el Santiago Bernabéu, gracias a los goles de Gárate y Salcedo (Valdez hizo el único tanto valenciano).

Aquel duelo también lo disputó y capitaneó Luis Aragonés, quien levantaría la Copa del Rey como entrenador cuatro años más tarde, siendo el primero en entrar en la leyenda colchonera.

Luis Aragonés: del campo al banquillo
El “Sabio de Hortaleza” cumplía su segunda campaña al mando del Atlético de Madrid. Su corta edad no invitaba al éxito: 36 años. Pero su buen rendimiento en la temporada anterior le hizo valedor de una nueva oportunidad que no desaprovechó. Tras superar a Racing de Santader, Sporting de Gijón, Fútbol Club Barcelona y Real Sociedad, el 26 de junio de 1976 Luis Aragonés inscribía su nombre en el Olimpo tras derrotar al Zaragoza y convertirse en la primera persona en levantar la Copa del Rey como jugador y entrenador del Atlético de Madrid. Y en apenas cuatros años.
Ovejero dirigió la final de Copa tras la destitución de Ivic Lo más llamativo de todo es que hasta 1992, cuando alzó su cuarta Copa como técnico, Aragonés levantó otras dos: una en 1985 y otra, en 1988. Sin embargo, fue en la campaña 1990-91 cuando su reinado de exclusividad tuvo que ser compartido con un personaje que volvió a aparecer en la historia del Atleti casi sin querer...
Ovejero lo consiguió de rebote
Ovejero había comenzado la temporada 1990-91 como entrenador del primer equipo, tras la destitución de Peiró en la pretemporada, mientras Gil cerraba la contratación de Tomislav Ivic. Una vez lo consiguió, el técnico croata se hizo con las riendas del equipo y le cambió la cara por completo. Su sistema de juego se basó en una férrea defensa (aquel año Abel batió el récord de imbatibilidad) y en un rápido contraataque.
Condujo al equipo hacia el subcampeonato de Liga y a la final de la Copa del Rey, pero poco antes del encuentro fue destituido. Ovejero, que era su segundo entrenador, se sentó en el banquillo rojiblanco en la final copera ante el Mallorca, aunque su presencia fue solo testimonial, ya que el sistema y la idea impregnada por Ivic no varió en absoluto.

Alfredo anotó el único gol del choque en la prórroga, y el 19 de junio de 1991 Ovejero, de forma inesperada, se colaba en la historia rojiblanca al convertirse en la segunda persona en ganar una final de Copa del Rey como jugador y como entrenador. Y no es poca cosa, como señalaba Tomás Guasch en su crónica del Mundo Deportivo:

El Atlético alzó la Copa de campeón en medio de un Bemabéu teñido de rojiblanco. Al cuarto año, Gil hizo realidad su primer sueño: un gran título para la afición “colchonera”. Título que curiosamente dirigió un legendario del Manzanares, Iselín Santos Ovejeros, antes “cacique del área” y, desde ahora, “brujo del banquillo” porque eso de entonar un alirón con el “Pupas” no es algo que puedan explicar muchos técnicos.
Simeone, 22 años después, vuelve a lograr la gesta. Primero, como jugador, cuando ganó la Copa en 1996. Y ahora, como entrenador, habiendo capitaneado un barco en medio de las turbulencias que envuelven al club. Le falta el último paso: levantar el trofeo. Luis Aragonés y Ovejero están deseosos de compartir su gloria con el Cholo.