La Kryptonita, ese mineral ficticio que aparece en los cómics, capaz de debilitar a todo un portento de la naturaleza como Superman. Hasta el más grande de los superhéroes tiene su talón de Aquiles. Ese punto débil que le anula y le convierte en un ser vulgar e impotente sin posibilidad alguna de reacción.

En el caso de Unai Emery también hay algo capaz de sacarle de sus casillas. Un material que no viene del planeta Krypton, más bien procede de un lugar más terrenal formado a la orilla del Manzanares. El Atlético de Madrid.

Desde su llegada a la máxima categoría del fútbol español, el técnico guipuzcoano se ha enfrentado con los rojiblancos 18 veces, de las cuales, sólo consiguió los tres puntos en tres ocasiones, todas ellas en su etapa como técnico del Valencia.

Pero no sólo en liga ha sufrido Emery el poder rojiblanco. En las eliminatorias a doble partido, el Atleti se ha convertido en todo un dolor de cabeza, apeándole en dos ocasiones de la Europa League, cuando dirigía al conjunto ché, y una en Copa del Rey, ya en el banquillo sevillista.

Una rivalidad forjada en Almería

En la costa del mediterráneo, Unai Emery gozó de su mejor momento como entrenador. Tras su paso por el Lorca, donde estuvo apunto de lograr un histórico ascenso a Primera División, firmó por el Almería, club al que sacó un rendimiento extraordinario, consiguiendo el ascenso a Primera y siendo el equipo revelación durante su primera temporada en la máxima competición del fútbol español. 

En sus duelos con el Atlético de Madrid, el Almería de Emery no pudo mostrar sus principales armas, los dos puntos fuertes en los que destacan los equipos del técnico vasco, el balón parado y el contraataque. En el primer enfrentamiento hubo reparto de puntos. Pero fue en el Calderón donde se empezó a forjar la rivalidad entre Unai Emery y el conjunto colchonero. Partidos tensos, con intercambio de golpes y, sobre todo, polémica.

Y precisamente de polémica estuvo rodeado el partido del Manzanares, donde los almerienses acabaron con nueve jugadores al ser expulsados, en la primera mitad, Rubén Pulido y Juanito. A pesar de la inferioridad numérica, los de Unai Emery consiguieron igualar el encuentro en dos ocasiones. Pero tras la reanudación, la superioridad local se hizo patente y dos goles del Kun Agüeron dieron la victoria al Atleti en un alocado partido que terminó 6-3.

Valencia y la pesadilla de la Europa League

Tras la espectacular temporada completada en Almería, en la temporada 2008/2009, Emery puso rumbo a Mestalla, uno de los banquillos más calientes de Primera. Durante las cuatro temporadas como técnico ché, el guipuzcoano se enfrentó en ocho encuentros ligueros a los rojiblancos, dando una de cal y otra, con tres victorias, tres empates y dos derrotas.

El primer encuentro ante el conjunto rojiblanco, como técnico valencianista, se saldó con victoria de los de Unai por un contundente 3-1. Pero ya no volvería a saborear la victoria ante los colchoneros hasta dos temporadas después. La racha negativa de dos empates y dos derrotas se cortó con un 1-2 en el Calderón. Meses después, ya en su última temporada en la capital del Turia, Emery truncó la clasificación rojiblanca para la Champions League venciéndoles 1-0 en Mestalla y arañando un empate sin goles en Madrid, lo que alejó a los del Manzanares, ya con Simeone en el banquillo, del sueño de volver a disputar la máxima competición europea. 

Casi siempre a la sombra de los dos gigantes de la Liga, rojiblancos y chés siempre han tenido una bonita batalla por ser el tercero en discordia, capaz de darle algo de picante a una competición cada vez más predecible en la lucha por el título. Y en esta guerra particular, el Valencia ha salido vencedor en la mayor parte de este siglo XXI. Pero todo cambió cuando ambos conjuntos se vieron las caras en la Europa League.

La primera eliminatoria llegó en los cuartos de final de la temporada 2009/2010. Un Valencia muy sólido comandado por jugadores de la talla de Silva y Villa se enfrentaba a un Atlético de Madrid bastante irregular, capaz de lo mejor y de lo peor. Pero el favoritismo ché en la eliminatoria se vio alterado en la ida, donde el Atleti consiguió sacar un valiosísimo empate a dos, muy favorable para la vuelta en Madrid. Y una semana después, el duelo en el Calderón volvió a estar rodeado de polémica. Un gol anulado a Forlán por fuera de juego inexistente y un penalti de sobre Zigic cuando el partido llegaba a su fin, dejó el marcador a cero, otorgando la clasificación a semifinales a los rojiblancos, que a la postre se proclamarían campeones de la competición. 

Dos años después, los dos equipos se volverían a encontrar en la misma competición, aunque esta vez para disputarse un puesto en la final. Y aquí no hubo discusión. Un Atleti muy sólido, gracias a la labor de Diego Pablo Simeone, que había llegado al equipo tras la destitución de Gregorio Manzano, se impuso 4-2 en la ida, dejando prácticamente sentenciada la eliminatoria. En la vuelta, los rojiblancos se limitaron a defender la renta cosechada en el Calderón y ya con el Valencia volcado, Adrián  aprovechó un contragolpe para anotar el 0-1 y sellar el pase a la final de Bucarest. 

El maleficio de Emery continúa en Sevilla

Después de su paso por el fútbol ruso al frente del Spartak de Moscú, Unai Emery regresó al fútbol español para comandar a un Sevilla que pasaba por una crisis aguda de fútbol y resultados.

Cuando parecía enderezar el rumbo del conjunto hispalense, Emery se cruzaba de nuevo con los colchoneros en otras semifinales, pero esta vez en la Copa del Rey. La motivación del técnico vasco pasaba, por un lado, en volver a meter al Sevilla en una final de Copa, y por otro, poner fin a la pesadilla en la que se había convertido disputar una eliminatoria contra el Atlético de Madrid. Pero no con esas consiguió el guipuzcoano apear a los rojiblancos de la final. Un ajustado 2-1 en el Manzanares dejaba todo abierto para la vuelta en el Pizjuán.  La batalla de Nervión se convirtió en casi un paseo colchonero, los cuales supieron manejar mucho mejor la tensión del encuentro. Como con el Valencia, el exceso de motivación perjudicó a los de Emery, facilitando la tarea a un Atleti que supo mantener la cabeza fría en los momentos decisivos. El 2-2 final certificaba la clasificación a los de la ribera del Manzanares para la finalísima del Santiago Bernabéu. 

Dos meses después de las semifinales coperas, ambos equipos se veían las caras en la Liga, con varias cuentas pendientes y un solo protagonista, Diego Costa. El partido fue transcurriendo entre tánganas y protestas, hasta que Falcao se cansó de tanta marrullería y anotó el 0-1 que a la postre le daría el triunfo a los del Cholo.

El enfrentamiento más reciente tuvo lugar en la primera jornada de la presente temporada. Los de la ribera del Manzanares abrieron el curso en el Sánchez Pizjuán estrenando el casillero de victorias con los primeros tres puntos del curso. El partido llegó muy igualado a la recta final con el empate a uno firmado por Diego Costa y Perotti, pero otro tanto del delantero hispanobrasileño y el tercero obra del Cebolla Rodríguez, tras una gran jugada individual, sellaron el definitivo 1-3

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Sobre el autor
Pedro Oliver
Periodista y redactor del Club Atlético de Madrid. Email de contacto: [email protected]