"El balón está hecho de cuero, el cuero viene de la vaca, la vaca come pasto, así que hay que echar el balón al pasto". Alfredo DiStéfano dejó para la historia una frase que refleja a la perfección la idiosincrasia del fútbol. Aunque eso no quiere decir que el trato de balón a ras de césped sea el único camino para llegar al éxito, ya que para ello es necesario dominar todas las artes del fútbol, algo que el Atlético de Madrid está consiguiendo desde la llegada de Diego Pablo Simeone al banquillo del Calderón.

Con el Cholo, los rojiblancos se han convertido en un equipo temible en el juego aéreo, potenciando una de las virtudes del técnico argentino en su etapa de jugador. Jugadores como Miranda, Godín, Tiago o Raúl García forman un cóctel perfecto al servicio de uno de los mejores asistentes de la Liga, Koke.

Precisamente las jugadas a balón parado fueron una de las características más importantes del Valencia durante los primeros años del Siglo XXI. El mejor conjunto ché de la historia hizo del juego aéreo un arte, donde hombres como Ayala, Baraja, Albelda, Marchena o el actual entrenador valencianista, Miroslav Djukic, fueron un auténtico quebradero de cabeza cuando el balón sobrevolaba el área rival.

La pesadilla ché en el juego aéreo

El Valencia está muy lejos de aquel equipo que lideraba con absoluta facilidad la llamada "liga terrenal", es decir, aquella en la que no se incluyen ni al Barcelona ni al Real Madrid. Pero ahora esos tiempos de vino y rosas los vive el Atlético de Madrid. Como si de un intercambio de papeles se tratara, los rojiblancos tienen ahora las virtudes del mejor Valencia, entre las que destaca el juego aéreo. Una facete que los de la ciudad del Túria parecen haber abandonado por completo.

Cierto es que, con el paso del tiempo, el conjunto ché ha ido desprendiéndose de hombres con un gran potencial en el juego por alto. El adiós de baluartes como Ayala, Baraja, Albelda, Marchena, columna vertebral del último Valencia Campeón de Liga, ha debilitado a los valencianistas en esta parcela del juego, siendo actualmente el segundo equipo de la Liga BBVA que más goles de cabeza recibe (7), lo que equivale a una media por partido de 0,47 goles. Sólo el Almería, con 11 tantos de cabeza recibidos, está por delante de los de Mestalla.

Sin embargo, en ataque su fiabilidad por alto mejora significativamente. En la clasificación de remates de cabeza a puerta el Valencia se sitúa en quinto lugar con 42, es decir, una media de 2,80 por partido. Y de esos 42 remates, cuatro consiguieron batir al portero rival, gracias, en parte, al potencial de Ricardo Costa, que con dos goles es el mayor peligro ché en el juego aéreo.

Un Atleti temible por alto

Si el Valencia es uno de los peores equipos de la Liga en el juego aéreo, el Atlético de Madrid ha convertido el juego por alto en una de sus mayores virtudes. Y es que, hasta hace bien poco, ver un gol de cabeza por el Calderón era tarea más que complicada. Es más, cada balón que sobrevolaba el área rojiblanca provocaba más de un rezo entre la parroquia colchonera. Si antes era normal ver a jugadores como Gabi, Juanfran o Filipe Luis hacer la estatua cuando el esférico rondaba sus cabezas, ahora son un ejemplo más del 'Milagro de Simeone'. Aunque lejos de la mística y la espiritualidad, el milagro realizado por el técnico bonaerense es fruto del trabajo y de la obsesión de un entrenador por convertir a cada uno de sus jugadores en un reflejo de lo que él era sobre el césped.

Y todo este esfuerzo y compromiso colectivo sumado al potencial de hombres como Tiago, Miranda, Godín, Diego Costa o Raúl García les ha situado como el segundo conjunto de la Liga que más goles ha conseguido de cabeza (7) empatado con Real Sociedad y Valladolid y sólo superado por el Athletic Club con 8. Además, los de la ribera del Manzanares son el tercer conjunto que más remates a portería ha realizado con la testa, un total de 45, lo que equivale a una media de tres por encuentro.

Raúl García, el 'Barón Rojo' del Manzanares

La variedad estratégica de la pizarra del Cholo ha encontrado en Koke un auténtico emisario a la hora de buscar con precisión milimétrica la testa de sus compañeros. Precisamente, uno de los compañeros que más ha aprovechado los servicios del vallecano ha sido Raúl García.

Si la principal seña de idéntica de Simeone es la de construir sus equipos a imagen y semejanza de lo que él era como jugador, el principal exponente de esta transformación es el jugador navarro. Sin duda, Raúl García se ha convertido en el  terror del aire cada vez que un balón busca su cabeza. Su efectividad por en el juego aéreo le sitúa como el máximo realizador de cabeza con cuatro dianas, más de la mitad de los tantos logrados por los rojiblancos en esta faceta del juego.

Rayo Vallecano, Real Valladolid y Getafe, en dos ocasiones, han sufrido el potencial por alto del pamplonica, cuya capacidad de anticipación y potencia en el salto siembra el pánico en el área rival al igual que Manfred von Richthofen cuando surcaba el cielo con su rojo avión durante la Gran Guerra.