Bernd Schuster se cubrió la espalda ante el Atlético de Madrid de Diego Pablo Simeone. Las dudas que genera el Málaga en la línea defensiva quisieron ser forradas con la presencia de tres centrales más dos laterales. Un engranaje de cinco jugadores que taparan las goteras del entramado defensivo. La jugada le funcionó a medias tintas al técnico alemán para encolerizar al Atlético de Madrid. Con Angeleri muy pendiente de la carrera en los desmarques de Diego Costa y con Sergio Sánchez siempre al corte cuando el brasileño entraba por el centro, el Málaga, sin pasar del centro del campo, desmontó los argumentos de un Atlético de Madrid que se llegó a juntar con cuatro jugadores (Tiago, Koke, Óliver y Arda Turan) muy propensos al juego de toque.

Sin espacios para correr, el Atlético de Madrid se mostró incómodo todo el partido. No podía estirarse con las patadas en largo que llegaban desde la parte trasera (hasta más de 20 balones hacia la derecha en 45 minutos) ante la desesperación de un Diego Costa al que le ganaban los balones por arriba y por abajo. El brasileño se encontró constantemente solo en un islote rodeado de camisolas blanquiazules. No pudo ayudarle David Villa, muy discreto en todo el partido. El asturiano fue una mera comparsa que intentó echar una mano con sus “carajeos” como nexo previo al balón en largo para el delantero brasileño.

Al Atlético de Madrid tampoco le ayudó encarrilar el encuentro en La Rosaleda por la falta de ritmo que tuvo el partido en su primer periodo. Tanto el Málaga como el equipo de Diego Pablo Simeone combatieron contra la energía que el colegiado Teixeira Vitienes puso para emplearse a fondo con el silbato. Sus primeros cuarenta y cinco minutos se resumieron concretamente en 20 faltas señaladas (12 a favor del Atlético y ocho a favor del Málaga) y cuatro tarjetas amarillas (dos para cada bando), una de ellas para Juanfran, que se perderá el compromiso liguero contra el FC Barcelona.

Koke encuentra la luz

No pasan los mejores días Adrián a orillas del Manzanares. El delantero asturiano, muy lejos de su mejor versión mostrada en la primera temporada con el cénit en aquella galopada imposible en Hannover en la Europa League, es un simple espejismo de la realidad del día de hoy. A pesar de su bajo rendimiento, Simeone confía en la mejoría del ‘7’ rojiblanco, que no pasa por otro lado que por contar con más y más minutos que lo permitan encontrarse con su mejor fútbol. Adrián pudo darle la razón al técnico argentino al poco de entrar en el segundo periodo, en detrimento de un gris Óliver Torres, con una acción sublime de Diego Costa que descargó hacia la derecha para que el asturiano, solo ante Caballero, se topara con un rápido corte de Weligton.

Con el paso de los minutos, el Atlético de Madrid obligó al Málaga a retrasar metros. Fue aculándose poco a poco en su campo y dependían exclusivamente del peligro que generan a través de la pelota parada. Simeone veía como su planteamiento inicial no dañaba al de Schuster, por lo que movió banquillo y dio la alternativa a la intensidad y electricidad de Cebolla Rodríguez en detrimento de Arda Turan.

Los cambios surtieron efecto. Con el uruguayo por dentro, Diego Costa cayó a un costado ante la falta de balones que le llegaban. En una jugada aislada, el delantero brasileño sacó a relucir su antiestética zancada, se internó en el área y puso un centro al punto de penalti repelido por Willy Caballero al que llegó Koke Resurrección desde atrás para poner el primer gol de la tarde.

Simeone responde a Schuster

Con 20 minutos aún por delante para disputar, el Atlético de Madrid comenzó a respirar con cierta tranquilidad. Bernd Schuster corrigió su planteamiento inicial y retiró a Angeleri para dar entrada a Pedro Morales, un experto a balón parado. El Málaga, con defensa de cuatro, comenzó a salir de la cueva y se exponía ante su rival con balones en largo que eran repelidos por la contundencia en el salto del eje Godín - Miranda. Ante la propuesta malacitana, Diego Pablo Simeone agotó su último cambio y retiró del terreno de juego a un apagado David Villa para ingresar a Toby Alderweireld, que se incrustó como central para formar una línea de tres con Godín y Miranda.

Apenas hubo tiempo para ver un par de arrancadas más de Diego Costa desde la izquierda que no tuvieron demasiado éxito. El brasileño, poco acertado y falto de compañeros, se dio por satisfecho con un resultado que mantiene al Atlético de Madrid como líder de la Liga a expensas de lo que suceda en el partido del FC Barcelona contra el Elche.