Corría el minuto 60 de partido cuando Simeone se percató de lo que estaba ocurriendo: el Real Madrid le había ganado la batalla táctica en el centro del campo. La falta de intensidad, unida a la inoperancia en la presión por parte del Atlético de Madrid, ayudó a sentenciar la eliminatoria en favor de los blancos. Tarea del 'Cholo' es descifrar los problemas (y no son pocos) que aguardan al final del túnel.
 
La firma de Diego Ribas el pasado lunes implicaba la llegada de una caja repleta de calidad, de un futbolista distinto, el deseado por el técnico argentino para competir hasta el final por cualquier título. La lesión de Villa ante la Real Sociedad impidió saber cuál iba a ser el rol de Diego tras su fichaje: jugador titular, jugador de refresco, jugador fundamental o jugador para completar plantilla. 
 
El 4-2-3-1 reúne inconvenientes advertidos por Simeone
 
La percepción tras el encuentro del Bernabéu es que el 4-2-3-1 no agrada a Simeone. O, en concreto, no este 4-2-3-1. Las razones, conociendo al 'Cholo', se evidencian por sí mismas: la ausencia de uno de los dos puntas resta eficacia en la presión general del equipo cuando el rival trata de sacar el balón jugado. Diego Costa se pasó la noche pateando la última línea él solo, con la escasa ayuda que le brindaron los tres mediapuntas. 

El problema de Koke

Porque, igual que sucede en el Real Madrid con Modric, Koke se encuentra cómodo con dos jugadores guardándole las espaldas. Habitualmente, en 4-4-2 o 4-3-3, comparte línea con Tiago y Gabi. Hoy, si miraba hacia atrás, solamente distinguía a Gabi. Por delante de él, Raúl García, Arda, Diego Ribas y Diego Costa. Demasiado espacio para él y Gabi. Demasiada distancia entre la línea del centro del campo y la línea de tres cuartos. Demasiadas dificultados para presionar con probabilidad de éxito.
 
Simeone advirtió la traba en el descanso; fue entonces cuando trató de reorganizar el equipo: sentó a Diego, calidad, y sacó a 'Cebolla' Rodríguez, intensidad, para que la presión fuera más efectiva. Pero no funcionó tampoco. Marcó Jesé en el 56´, y en el 60´el técnico argentino realizó otro cambio, intentando así solucionar un nuevo inconveniente: la ausencia de un segundo punta. Quitó a Turan y concedió una oportunidad a Adrián, estrella sobre el mismo escenario hace no tanto. 
 
Los cambios del Cholo fueron significativos: sustituyó a los tres mediapuntas
 
Nueve minutos después, el cuarto árbitro iluminaba su tablilla anunciando el tercer y último cambio: Sosa (IN) por Raúl García (OUT). Sintomático: los tres sustituidos fueron los tres mediapuntas: el propio Raúl, Diego y Arda. El Atlético de Madrid finalizó el encuentro con la disposición táctica deseada por Simeone (4-4-2), pero no con sus mejores jugadores. Koke y Gabi formaban doble pivote, flanqueados por Cebolla y Sosa, futbolistas solidarios para apoyar a la pareja de mediocentros; arriba, dos delanteros: Adrián, el noveno jugador con menos minutos de la plantilla, y Diego Costa, amonestado y desesperado por un cúmulo de cosas. 
 
Diego trae consigo calidad y un problema; bendito o no, ya se verá. Aunque todo indica que, si Simeone le quiere convidar un hueco en el equipo titular, deberá cambiar una estructura que ha actuado de maravilla durante meses. No es un dilema sencillo: ¿añadir calidad para restar presión y defensa? Permanezcamos alerta.