Si Simeone había sido uno de los  jugadores que habían tenido el privilegio de disputar los últimos cuartos de final de la UEFA Champions League con el Atlético de Madrid, Simeone debía tener la clave para poder alcanzar esta fase de clasificación 17 años después.

Y así fue. Desgañitándose desde la banda del Vicente Calderón daba órdenes a sus hombres, los situaba por todo el terreno de juego, los ánimaba, se quejaba de las malas actuaciones y de las jugadas perdidas, celebraba los goles, sufría y vivía el fútbol como solo la filosofía cholista es capaz de predicar.Así se contagia el Calderón,'partido a partido' animando y defendiendo a sus futbolistas, coreando el nombre del 'Cholo' Simeone junto a la ribera del Manzanares, la cual cada noche luce más rojiblanca.

El 'Cholo' era uno de los once de Antic, uno de los once que, con el '14' a la espalda, llevaba el escudo del Atlético de Madrid por todo el viejo continente

El Atlético de Madrid no disputaba unos cuartos de final de la máxima competición europea desde hacía 17 años. Por aquel entonces, Simeone no vivía las noches europeas desde la banda, ni vestía traje negro. El 'Cholo' era uno de los once de Antic, uno de los once que, con el '14' a la espalda, llevaba el escudo del Atlético de Madrid por todo el viejo continente. Diego Simeone era uno de aquellos que supieron tocar la gloria como rojiblanco y ahora, peagado a la línea de cal pero ya con la cabeza de míster, Simeone sigue llevando los colores rojiblancos por toda Europa, anteponiéndose a cualquier circunstancia y rival, a cualquier historia europea cualesquiera que pueda ser.

Así se llega a unos cuartos de final. Porque se llega creyendo, luchando, defendiendo una filosofía en la que da miedo creer porque se sabe que puede dar sus frutos. Así ha llevado Simeone, casi dos décadas después, al club rojiblanco a un lugar privilegiado del fútbol, donde muchos equipos de renombre no están: así se llega a ser uno de los ocho mejores equipos de  Europa.