Viajaba la expedición del Atlético de Madrid a Bilbao con la firme convicción de sacar los tres puntos contra el Athletic Club, un equipo que solo ha perdido un partido en su feudo, para seguir en la punta de liderato. Una certeza y una confianza que no tenía el aficionado colchonero, que guardaba sus dudas con una de las salidas más complicadas que le quedaban al equipo rojiblanco hasta el término de la Liga. A estas alturas de la película, no hay espacio, tal y como sabe Simeone, para un tropiezo, no hay partido que conceda una tregua. Y como equipo intenso, combativo y gladiador, el ‘Cholo’ nunca especula.

No hubo muestra más evidente de la fidelidad al himno colchonero que el compromiso, la casta y el orgullo que el Atlético de Madrid demostró en San Mamés

No falló el Atlético de Madrid en San Mamés. Como nunca lo ha hecho esta temporada. Han pasado 31 jornadas de Liga y el equipo rojiblanco es líder del campeonato, con 76 puntos, uno más que el FC Barcelona y tres más que el Real Madrid, los dos colosos del fútbol español que se han repartido los trozos más golosos de la tarta en los últimos años. Depende exclusivamente de sí mismo si quiere ganar la Liga. El famoso “ya caerá el Atleti”, en su versión trigésimo primera. Su famoso lema de “partido a partido” molesta, ahora más que nunca.

Diego Pablo Simeone no negocia el esfuerzo y, al igual que Larry Bird (“cuanto más entreno, más suerte tengo”), proclama la cultura del esfuerzo. Con el técnico argentino en el banquillo se cumple al dedillo cada una de las palabras que reza el himno del Atlético de Madrid. Dice éste en una de sus estrofas que sus jugadores “luchan como hermanos” para defender sus colores, derrochando coraje y corazón. No hubo muestra más evidente de la fidelidad al himno colchonero que el compromiso, la casta y el orgullo que el Atlético de Madrid demostró en San Mamés para remontar el partido contra el Athletic Club de Bilbao.

El gol de Iker Muniain a los cinco minutos de partido provocó una reacción instantánea en el Atlético. Se echó Diego Costa el equipo a la espalda y buscó las cosquillas de San José. A la tercera fue la vencida. Koke robó un balón y el ‘19’ emprendió la carrera hacia el marco de Iraizoz para poner las tablas en el marcador. Ganó el Atlético por orgullo, con una cabalgada de Filipe Luis y un centro que remató a gol Koke. Insistió como un martillo pilón hasta su objetivo. Hay mucho en juego y Simeone detesta la derrota.

El Atlético del ‘Cholo’ es un ejercicio completo de intensidad. Lo es cuando Diego Costa, después de fajarse con todo el Athletic, se juega una rotura de abductores por robar un balón en el minuto 90 de partido. Lo es cuando Gabi, el líder del Líder, se multiplica en el terreno de juego y aparece en todos los sitios para echar una mano. Lo es un equipo que entiende quiénes son los titulares y son los suplentes los que tienen que salir con el cuchillo entre los dientes cuando se les requiere. Lo es el sacrificio de Arda Turan, unas botas repletas de magia que no rechazan meter la pierna para robar el balón. Lo es una mano de santo de Courtois a cabezazo de Aduriz y un equipo que eleva su presión hasta la primera línea del campo de su rival. Y lo es el abrazo de Diego Pablo Simeone con Germán ‘Mono’ Burgos en cada gol, la viva imagen que representa el éxito por el trabajo bien hecho.